Una fiesta de caderas flojas y cuerpos muy, muy juntos se armó ayer a la orilla del Paseo de los Turistas, durante el concierto del cantante jamaiquino Konshens.
A las 2 p. m., los integrantes de FyahRed le dejaron la mesa servida al artista que vino a Costa Rica hace dos años a un escenario similar, las fiestas de Palmares.
Bajo un sol que quemaba las pieles vírgenes de los josefinos y doraba las de los locales, el artista apareció para cantar temas como Bong, Diggy Bang y On Your Face .
La emoción por su presencia no se hizo esperar. Gritos y saltos de un emocionado público que lo esperaba desde el mediodía fue la mejor forma de recibirlo.
No eran demasiados los espectadores, pero sí los suficientes para armar la fiesta. En el público había de todo, adultos, niños y una nutrida cantidad de jóvenes escasos de ropa y deseosos de baile.
Para el momento en que Konshens apareció en escena, el efecto desinhibidor de las cervezas ya se había manifestado en muchos de los presentes.
Como si fuera una guerra de agua, y sin importar la inversión que habían hecho en sus bebidas, los muchachos se dedicaron a disparar a los presentes el líquido de sus latas de cerveza. Muchos lo hacían estratégicamente sobre todo cuando una chica guapa pasaba por el lugar.
Curiosamente, a diferencia de lo que hubiera pasado en otro escenario, las víctimas solo los volvían a ver y sonreían; otras hasta pedían más.
Las chicas, por su parte, perdieron cualquier pudor y se entregaron a la danza. Caderas flojas, brazos al aire y con chicos rodeándolas por todos los costados, sobre el asfalto del puerto se vieron candentes bailes.
No importa si el ritmo de la canción era rápido o lento. Todo se bailaba igual, independientemente si se trataba de canciones como We no Worry Bout Them , Last Drink o la sugestiva Pull Up to Mi Bumper .
Ese último tema de hecho fue climax del concierto. Hasta el mismo Konshens hizo una llamada para que las chicas se entregaran al baile.
Tras 50 minutos de concierto, se despidió de los costarricenses, no sin antes tomarse un selfie con ellos. El público no lamentó mucho el adiós, porque, inmediatamente, volvieron los DJ de Fyah Red que hicieron mezclas por un buen rato más.
Pocos minutos después de la música los porteños hicieron camino al más importante espectáculo de la tarde, el carnaval.