Sus cartas de presentación son fotos y reseñas de los más variados, exagerados y al parecer deliciosos platillos. Así muestran sus perfiles y blogs los influencers de gastronomía o foddies (aficionados de la comida). Ellos se mueven principalmente por Facebook e Instagram, donde encantan con tentaciones de todos los sabores.
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Recomiendan y antojan. Sus seguidores les creen y van en busca del deseable platillo que los cautivó con solo ver una foto o leer una experiencia gastronómica.
Eat Costa Rica es un proyecto gastronómico que nació hace tres años. Las recomendaciones se pueden encontrar en Instagram, Facebook y en una página web.
Este oasis para sedientos y hambrientos comensales deseosos de nuevas vivencias está adornado con muchas imágenes de platillos y nació hace tres años. Fue creado por Fernando Fernández, Kristhel Hernández y Carlos Plaza. Como ellos trabajaban fuera de oficina siempre comían “en la calle”. Al descubrir la variedad que ofrece Costa Rica ellos pensaron en que merecía la pena compartir el platillo, pero además dar la dirección del lugar para que los fiebres del buen comer se antojaran y también fueran a disfrutar.
Fernando Fernández, uno de los creadores, contó que hacer las recomendaciones es un trabajo de muy poca retribución que se realiza “por amor al arte”.
¿Cómo funciona? Generalmente Eat Costa Rica recibe invitación para ir a probar un platillo a algún restaurante. Ellos van y sí les gustó el producto lo recomiendan. “Si algo no nos gusta no lo promocionamos. Promocionamos lo que nos agrada y son cosas positivas. Nada de negatividad ni de crítica”, contó Fernández.
El trabajo de tres años ha tenido sus réditos. Con el crecimiento de la página y el aumento de seguidores surgió un negocio: “Junto con Eat CR tenemos una agencia, ahí está la parte comercial del negocio. Damos servicio y manejamos las redes de restaurantes. Actualmente, en el país manejamos más de 50. Lo que hacemos es ayudarlos a tener una buena imagen en Internet.
Cada vez que algún establecimiento de gastronomía los llama, ellos van y prueban. En el proceso, ofrecen sus servicios para promocionar y manejar las redes sociales del restaurante y es ahí donde el negocio es sostenible y hace que los tres blogueros se dediquen de lleno a vivir y recomendar lo mejor de la gastronomía.
En la página web eat.cr hay una guía de todo tipo de restaurantes. Quienes quieran aparecer allí, pagan una suma de $20 al mes.
Eat Costa Rica tiene más de 25.000 seguidores en Facebook y casi 11.000 en Instagram.
Pasión por la comida
Melvin Molina escribe de gastronomía en su blog desde el 2011. En Facebook e Instagram comparte las imágenes de aquellos platillos que cautivaron su paladar. Aunque lo quisiera, recomendar comida no es un negocio para él, sino un pasatiempo que disfruta con cada mordisco.
“Hice un blog de gastronomía porque soy un comelón”, dice.
Inicialmente, su blog nació en blogspot, emigró a nacion.com y ahora tiene su propio dominio en elsartencaliente.com. Alterno a ello Molina creó una página de Facebook, que hoy es seguida por más de 15.000 personas y también el perfil de Instagram que va creciendo en seguidores y el cual tiene todo un catálogo de los más deseables platillos.
“Yo, personalmente, no sé si soy pionero (en esto de compartir experiencias de lo que come). Uno no sabe si alguien hacía algo similar. Yo recuerdo que no tuve ningún referente local de alguien que hiciera lo que yo quería. Generalmente se leían columnas de personas interesadas en cocinar, pero yo quería comer y hablar de eso”, contó.
El sartén caliente es manejado únicamente por Melvin y nació con la idea de escribir y comer rico.
Él, junto a su esposa, son emprendedores y tienen Punto y Aparte, una empresa de relaciones públicas, fuente de la que proviene todo su ingreso, por lo que, el tiempo y dinero invertido en las visitas a nuevos restaurantes son pasión pura: él toma fotos, graba videos y además, escribe las reseñas.
Aunque su afición gastronómica no le genera recursos por sí sola, sí han salido un par de negocios paralelos: algún restaurante le solicita que haga alguna sesión de fotos a platillos o bien, le piden que realice campañas, relacionadas con gastronomía, desde sus redes sociales.
Por lo general Melvin va a los lugares y paga por su comida. En otras ocasiones es invitado como bloguer de gastronomía a inauguraciones de restaurantes o estrenos de menús.
“Me suelen invitar a más actividades de las que puedo ir. Porque el trabajo que me genera ingresos (agencia de relaciones públicas) es demandante.
No niego que, por ejemplo, propietarios de restaurantes que son mi fuente me invitan a probar la hamburguesa de temporada y le cuento a la gente. No es visita tradicional, está pactada pero no es que me están pagando. Todo lo hago por amor a la comida”, afirma.
Ese amor que pregona implica esfuerzo en producciones de fotos, en escribir notas y reseñas, pero admite que siente "gran satisfacción”.
Ahora sus conocimientos gastronómicos son transmitidos por las ondas radiales. Todos los miércoles presenta El sartén caliente en 95.9 FM, de 6 a 7 p. m.
Una pareja enamorada del buen comer
Adriana Díaz es publicista y su novio, José Pablo Navarrete, es tatuador. Ambos aman la comida, por ello, desde hace un par de años crearon en Facebook e Instagram The Foodies CR, un perfil en el que le cuentan a sus seguidores cómo les fue probando algún platillo por primera vez.
“Empezamos porque nos gusta salir a comer y no encontrábamos una página con buenas recomendaciones. (…). Nosotros creemos que si no hay nada bueno que decir mejor no decimos nada, o se dice directo a la persona del restaurante. Creamos este espacio para decir cosas positivas”, explicó Díaz, de 28 años.
Generalmente la pareja recibe invitaciones a diferentes sitios; sin embargo, muchas veces ellos van por su propia cuenta. “Esa es la salida de nosotros”, agregó la experta comensal.
Dedicados a sus respectivas profesiones, el par de novios no podría considerar vivir de hacer recomendaciones.
“Varias marcas nos han pagado (por hacer publicaciones). Pero no vivimos de eso. No cobramos por publicaciones la mayoría de veces. (…) Quizá a futuro si el proyecto creciera o si tuvieras más tiempo pensaríamos en hacerlo lucrativo”.
The Foodies CR tiene la premisa de publicar únicamente lo que disfrutaron. Si algo de lo que prueban no les gusta, simplemente no lo publican.
The Foodies CR cuenta con 13.000 seguidores en Facebook y más de 3.000 en Instagram.
Comer sin pagar
Alexandra Lang, de Así come Ale es una estudiante de Nutrición y Administración, de 21 años. Como todos los protagonistas de este artículo, a ella también le encanta comer.
Tiene casi 7.000 seguidores en Instagram luego de empezar a compartir fotos de comida desde hace un año. Todo empezó por su gusto por el buen comer y con la idea de aportar algo más que solo una foto de sus alimentos.
“Lo empecé en chiste. Ahora lo hago porque me gusta. El beneficio que obtengo es que me invitan a comer a restaurantes. No me pagan. Otras veces voy yo a lugares por mi cuenta”, contó la joven estudiante.
Aunque sus reseñas son muy constantes, el no recibir remuneración por sus recomendaciones permite que Ale se dé espacios y vaya a disfrutar “sin hacer posts en Instagram”.
"Esto empezó porque me gusta mucho la comida y me gustaba tomarle fotos a los platillos. Dije que podría hacer algo diferente a lo que hacía todo mundo de solo poner la foto".
¿Qué tal la experiencia de comer gratis?
“Para mí ha sido espectacular. Llevo un año en esto. Que me den comida gratis es algo demasiado bueno. Ir a restaurante y no pagar a veces con mi familia o amigos”.
Hay algo que caracteriza a Así come Ale: todo lo que está en su perfil de Instagram es honesto. Si va a un lugar y la comida y el servicio no le gusta, ella lo dice en el post con toda apertura. "Aunque me estén invitando a comer yo les aviso que si mi experiencia no es buena, lo diré con sinceridad".