Christian Nodal topó con suerte a encontrar un espacio en la agenda de Catalina Araya, generalmente ella tiene pocos espacios los fines de semana.
Si bien no se dedica a esto de forma profesional, es su pasatiempo favorito y lo que le gusta hacer en su tiempo libre, entonces aprovecha los sábados cuando no tiene que ir a la escuela (y cuando no está en exámenes) para hacer algunos tatuajes a familiares, amigos cercanos y otras personas que la buscan directamente para que impregne su arte en su piel.
Catalina tiene 10 años y es una estudiante de cuarto grado del centro educativo Saint Michael School que sueña con ser la mejor tatuadora algún día. Su talento en este arte lo descubrió hace dos años atrás cuando le dijo a su papá, el tatuador Christian Araya, que si le daba permiso de hacerle una flor en la pierna y su papá accedió.
“Esto es algo que me gusta, que me encanta. Todo pasó cuando yo tenía ocho años y un día me dio la curiosidad de probar la máquina de mi papá y le pedí que me enseñara y ahí empecé. Al principio empecé a practicar y me gustó mucho. De hecho, el primer tatuaje que hice fue una flor en la pierna de mi papá”, cuenta la niña.
Y aunque apenas tiene dos años de experiencia considera que en este tiempo ha aprendido mucho. Su papá, quien es parte del Samsara Tattoo Studio, en Curridabat, siempre la ha supervisado a la hora de hacer los tatuajes y es quien la aconseja.
A la fecha ya lleva unos 30 tatuajes realizados. Ha hecho mandalas, flores, corazones, sandías y todo tipo de dibujos; y ahora está aprendiendo a hacer “figuras psicodélicas porque descubrí que me gustan”.
“Últimamente he tratado de hacer los tatuajes yo sola y creo que cada vez los hago mejor. Siento que he aprendido mucho, por ejemplo, para mí lo más importante a la hora de hacer un tatuaje es no lastimar la piel ya que luego el tatuaje se pueda dañar. Además, siempre trato de hacerlos con amor y con paciencia”, dice la pequeña.
Artista nata
Su abuela Luz Venegas pinta y hace cuadros, su papá es tatuador y a ella desde los dos años le gusta dibujar. Basta una hoja en blanco y un lápiz para que ponga manos a la obra.
“Catalina desde que estaba bebé le gusta rayar todo con dibujos. Siempre le ha gustado mucho lo que tiene que ver con las artes plásticas, el dibujo, pintar y participar en todo lo que tenga que ver con arte en la escuela. Creo que lo que le ayuda es que es muy disciplinada para eso, porque ella dibuja todos los días para crecer un poquito más”, afirma Eliana Ospina, la mamá de Catalina.
Ospina, como toda una mamá orgullosa, cuenta que la niña es una excelente estudiante, prueba de ello es que su promedio en la escuela es de 98.
Además, detalla que siempre han apoyado a la pequeña Catalina, su hija única, pues quieren que siempre sea muy feliz haciendo lo que le gusta.
“Nosotros somos papás orgullosos. Ella es una niña muy independiente, muy madura y siempre la hemos apoyado en lo que ella quiera ser y hacer. Mi esposo y yo sabemos que a ella le gustan mucho las artes y que hoy por hoy lo que le gusta es tatuar, pero si el día de mañana decide estudiar otra cosa y no ser tatuadora igual la vamos a apoyar al 100%”, asegura.
Un corazón para Nodal
Su propuesta para Christian Nodal era una nota musical, sin embargo, el intérprete mexicano prefirió un corazón que fuera verde.
“Él se puso a pensar y quería hacerse un corazón verde y él dice que es porque para él, el color verde representa la pureza”, explica la niña, quien confiesa que en ese momento estaba muy nerviosa.
Ella puso manos a la obra y terminó realizando un corazón verde con muchos puntitos. De hecho, todos sus tatuajes son con puntos pues como todavía no se aguanta la maquina para hacer tatuajes, las líneas no le quedan perfectas, entonces mientras su mano crece utiliza la técnica del puntillismo.
Luego de su experiencia con Christian Nodal, la pequeña Catalina ha recibido dos invitaciones diferentes a convenciones de tattoo en México y espera por lo menos poder ir a una, pues este tipo de eventos “me encantan”.
Anteriormente acompañó a su papá a la NY Empire State Tattoo Expo, en Nueva York, en la que él participó y sueña con el día en el que pueda estar sentada a la par de él haciendo lo mismo.