Hace 30 años, Greivin González se despertó un sábado por la mañana en su casa en La Unión de Tres Ríos de Cartago; como era un fin de semana, el chico aprovechó su tiempo libre para pasearse descalzo por el patio construido por sus padres.
Greivin recuerda cómo se detenía a observar con atención a los colibríes, los rualdos y los tomeguines –conocidos en estas latitudes como gallitos– que llegaban a alimentarse de los árboles frutales y las semillas del jardín.
“Podríamos decir que papá construyó un pequeño ecosistema con árboles, fuentes para que los pájaros se bañaran y espacio para que hicieran sus nidos. Allí fue donde inició mi pasión por la ornitología”, recordó Greivin, quien ahora se desempeña como guía turístico en el Trogón Lodge de San Gerardo de Dota.
Con el tiempo, el chico de Tres Ríos se familiarizó con los plumajes, los sonidos y hasta las dietas de sus huéspedes temporales. Para González no había nada más gratificante que adentrarse a la montaña o ir a la playa junto a su padre con el fin de ver nuevas especies de aves, cuyas características apuntaba en un pequeño cuaderno que sería su diario de exploración. Al poco tiempo, también se aprendió a conciencia los periodos de anidación y migración de sus amigos emplumados.
El camino obvio para Greivin fue enrumbarse en una carrera dedicada a la administración y el turismo, en la que puede compartir su pasión por las aves con los miles de turistas que visitan Costa Rica.
Con más de 900 especies de aves registradas, la observación ornitológica en Costa Rica es una de las mejores del planeta. De hecho, el país se encuentra como uno de los cinco principales destinos favoritos del mundo para la observación de aves, junto a Noruega, Portugal, la India y Malasia.
Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), el 11% de los turistas que ingresaron al país entre el 2016 y el 2018 incluyeron entre sus actividades el avistamiento de aves. Quizá usted haya visto a uno de estos individuos que nos visitan desde Inglaterra o Estados Unidos, cargados con cámaras costosas, trípodes y cantimploras. Estos extranjeros genuinamente se fascinan cada vez que se adentran en el bosque tropical húmedo o incluso en las zonas verdes del Área Metropolitana.
Y no es para menos, pues en la misma ciudad se puede encontrar un centenar de aves. En San José, por ejemplo, el Parque La Libertad de Desamparados es el hogar o lugar transitorio de al menos 100 especímenes.
"En casi cualquier lugar en Costa Rica vamos a encontrar aves. Desde el jardín de la casa hasta en un parque nacional. Si está comenzando lo mejor es que no invierta demasiados recursos y comience en el Parque Metropolitano La Sabana o en el Braulio Carillo, pues son lugares céntricos y que además cuentan con una amplia variedad de aves”, explicó Pablo Elizondo González, director ejecutivo del Observatorio de Aves en Costa Rica.
Equipamiento
Ok... aves, ¿qué necesito para verlas? Iniciar un hobby puede parecer abrumador; sin embargo el avistamiento de aves sobresale por lo sencillo de su práctica. Según los expertos, lo único que se necesita es una libreta de campo, binoculares y, por supuesto, una vasta curiosidad para adentrarse a este mundillo.
Los binoculares son la herramienta principal y más básica. Los recomendados son los modelos tubulares con una medida de 8 x 42: si los cuida son una inversión que le puede durar para toda la vida. Están valorados en $150 en Amazon.
Tome en cuenta que los prismáticos se designan con dos números como, por ejemplo, 7 x 50 u 8 x 42. El primer número es el aumento o potencia de amplificación del instrumento y el segundo es su abertura. El aumento indica cuántas veces mayor se verá un objeto a través de los binoculares con relación a como se ve a simple vista. Por ejemplo, unos prismáticos de 10 aumentos le ayudaría a una persona situada a 100 metros del objeto a observarlo como si estuviera a tan solo 10 metros. Por otro lado, la abertura determinará la captación de la luz de los binoculares.
Los expertos también recomiendan prepararse con camisas de manga larga, pantalones largos y zapatos para escalar. También es importante usar colores neutros como el gris, pues tonos como el blanco o el rojo atraen la atención de las aves y las ahuyenta.
“Si uno utiliza colores muy vivos como el blanco, puede llamar la atención de los animales y los asustaría. Eso podría arruinar toda una mañana de búsqueda", explica Greivin González.
Por último, se le recomienda a los entusiastas contar con una guía de aves en Costa Rica. Estas enciclopedias tienen detalladas todas las características de los animales que habitan en la región. Las recomendadas por los expertos son las de Alexander Skutch y Gary Stiles, ambas se pueden encontrar en las librerías populares del país.
Eso sí, también hay aplicaciones móviles que facilitan el proceso de identificación. Por ejemplo, la iBird Pro Guide to Birds –disponible para iPhone y Android a un precio de $15– ofrece una guía interactiva con pautas de identificación, fotos, grabaciones de cantos y un mapa de las zonas donde se encuentran las especies.
Por su parte, la aplicación Merlin Bird ID –gratuita para iPhone y Android– hace cinco preguntas sobre el objetivo emplumado: ¿Dónde está? ¿A qué hora fue el avistamiento? ¿Qué tan grande era? ¿Qué colores tenía? ¿Qué estaba haciendo? Posteriormente, con la información recolectada lanza una posible respuesta del espécimen.
¿Cuándo y dónde comenzar?
Todo momento es bueno para comenzar, pues Costa Rica es en un puente entre ecosistemas donde abunda el movimiento entre las especies. Incluso, en el patio de su casa o en la ciudad.
Por ejemplo, durante el primer trimestre del año se puede apreciar a cientos de aves migratorias en los humedales y en las cordilleras. El proceso de anidación de los quetzales es en febrero, una de las aves más bellas de América Central.
¿Pero dónde comenzar? Podría intentar acercarse al Club de Aves de Montes de Oca, un colectivo que sale los fines de semana para observar animales que habitan en la ciudad.
“Las aves son animales muy interesantes, llamativos y sumamente variados que podemos observar en casi cualquier sitio, ¡Incluso en un cantón urbano! En ese sentido, la observación de aves ha demostrado ser una forma sumamente eficiente de conectar a las personas con la naturaleza, desarrollar sus sentidos, liberar estrés y llevar a cada uno a reflexionar sobre la importancia de tomar acción por la conservación de la naturaleza” comentó el guía José Pablo Castillo.
Si desea observar aves que son únicas en Costa Rica, tendría que ir al Cerro de la Muerte o a San Gerardo de Dota; allí es donde se encuentran las aves endémicas. Esto quiere decir que solo se encuentran en un área bastante limitada. Allí podrá encontrar especies únicas del país como colibrí garganta de fuego, la chispita volcanera y los capulineros.
Otro de los puntos más llamativos para el avistamiento de aves es el Parque Nacional Carara. Podrá ver más de 360 especies de pájaros que habitan en el Pacífico, como la lapa roja. Tampoco se puede dejar de lado al Caribe, pues Tortuguero es el santuario de tucanes, garzas, trogón, y el gavilán cangrejo. De hecho, en la isla del Atlántico se encuentra al menos 400 especies.
Por último, no se puede dejar de lado el Parque Braulio Carrillo donde se encuentran 500 especies tanto locales como migratorias; allí destacan el cóndor de la selva, mejor conocido como el rey de los zopilotes. La reserva nacional también es hogar del jilguero, el quetzal y el pájaro sombrilla.
Consejos para el avistamiento de aves
Lo esencial es familiarizarse con las partes de las aves como el pico, las plumas, así como el comportamiento. Tome en cuenta que muchas aves no están acostumbradas a la presencia humana y son sensibles, por lo tanto cuando emprenda su expedición evite hacer ruidos fuertes o movimientos bruscos. Viaje ligero y con poca gente.
Si encuentra un nido con crías por nada del mundo las tome y mantenga una distancia prudente. De lo contrario las aves podrían abandonar su refugio. Se puede admirar un momento y tomar fotografías de manera discreta para después alejarse y dejar a las aves seguir con su curso.
Unas de las prácticas más comunes en el avistamiento es utilizar la técnica conocida como “llamados”, en el que se imita el canto de las aves para atraerlas. Aunque puede ser una técnica tentadora, se debe limitar su uso pues puede ocasionar que los pájaros abandones sus nidos y crías, convirtiéndose en presa fácil para los depredadores.
El avistamiento de aves es un pasatiempo fascinante y de fácil acceso en Costa Rica pero se debe disfrutar de manera responsable.