
Brenda Miles, una mujer de 98 años con diagnóstico de demencia, fue desalojada del hogar de ancianos donde vivía en Inglaterra luego de agotar sus ahorros en atención médica. La decisión provocó reclamos de su familia por el impacto emocional que la medida causó en su estado de salud.
Durante cinco años, la adulta mayor residió en el hogar Innage Grange, ubicado en Bridgnorth, donde pagaba una mensualidad de $5.260. Tras invertir sus ahorros de $315.800 en los cuidados, su patrimonio descendió por debajo del umbral de $30.264 exigido para recibir apoyo estatal.
Debido a esto, el Consejo de Shropshire no autorizó su permanencia en el lugar y la reubicó en Hilton Brook House, una residencia que cobra $3.158 al mes.
Cambio sin retorno
Brenda, viuda y sin hijos, manifestó confusión al llegar a su nueva residencia, según relataron familiares. Al llegar la mujer preguntó: “¿Dónde están todos mis amigos?”.
Su sobrina, Victoria Fellows, denunció que la decisión generó angustia y desorientación en la adulta mayor. Alegó que no se respetó su bienestar emocional al forzar la mudanza.
La familia afirmó que el nuevo centro no cubre sus requerimientos básicos. El cuarto asignado no tiene baño privado, lo que dificulta su movilidad, especialmente porque necesita atención las 24 horas.
Algunos objetos personales y fotografías permanecen en su anterior habitación, lo que incrementó el impacto del traslado. Los familiares también intentaron interceder ante el Parlamento y el mismo consejo local, sin lograr revertir la decisión.
La familia sostiene que Brenda estaba cómoda y bien atendida en Innage Grange, y calificó el cambio como una situación innecesaria que deterioró su calidad de vida.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
