Una iniciativa que pretende mostrar a mamás reales e imperfectas se extiende por Instagram con la etiqueta #comomamayotambien. Su impulsora Kimberly Salazar tiene 29 años y hace dos años y medio es mamá de una niña llamada Valeria.
“Usualmente en la maternidad solo se muestra y se habla del lado bonito, las fotos en redes sociales captando momentos hermosos, las sonrisas y los logros, pero por alguna razón no se habla del lado no tan agradable: las dificultades de la lactancia, la depresión posparto, los berrinches y la privación del sueño, entre otras”, aseguró Salazar.
Con este movimiento ella se propone mostrar ese lado de la maternidad por el que “todas pasamos pero no nos atrevemos a hablar por miedo a ser juzgadas o porque nos sentimos culpables”.
La iniciativa trata de utilizar la etiqueta y hacer alguna confesión de algo bonito, feo o divertido que han sentido o hecho en su rol de madres. Además nominamos a otras madres a que hagan sus confesiones.
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Entre los objetivos se encuentra desechar la culpa, que sepamos que no somos malas madres por sentir algunas veces que queremos salir corriendo, “por querer estar solas aunque sea 10 minutos, por perder la paciencia, por extrañar algunas veces nuestra libertad antes de ser madres, ni por ser imperfectas”.
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Hasta el momento más de 200 personas se han unido al movimiento utilizando el hashtag y muchas madres le han comentado a Kimberly que ahora se sienten mejor al saber que no son las únicas que pasan por esas situaciones. Además, que están dejando de sentirse culpables; se sienten apoyadas y agradecidas al mostrar un lado más sincero y real de la maternidad.