Un costarricense de 28 años, cuya identidad no trascendió, fue detenido el jueves por oficiales del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá cuando negociaba la venta, con un agente encubierto de la policía panameña, de un moderno fusil AR-15, con dos cargadores.
El hecho lo dio a conocer la oficina de Relaciones Públicas del Ministerio Público de Panamá mediante un comunicado de prensa, en el cual se detalla que el arresto forma parte de una operación binacional denominada Dinastía 2, en la que toman parte autoridades panameñas y costarricenses.
“La Fiscalía Primera Superior Especializada Contra la Delincuencia Organizada, en conjunto con el Servicio Nacional de Fronteras, lograron la aprehensión de un ciudadano costarricense y la incautación de un arma de fuego tipo fusil. Con esto se cumple la fase final de la operación desarrollada en el cordón fronterizo, donde se ejecutaron técnicas especiales de investigación de vigilancia y seguimiento, así como la compra controlada de un arma de fuego y la aprehensión de uno de los vinculados con los hechos.
El tico será puesto a órdenes del Juzgado de Garantías de Chiriquí como sospechoso de la comisión del delito de tráfico ilícito de armas de fuego. “Dentro de este mismo trabajo de investigación hace unos dos meses se había realizado otra compra controlada de dos armas de fuego tipo pistola, lo cual confirma que en la región fronteriza se están cometiendo estos delitos”, señala el reporte de prensa.
El AR-15 es un fusil de asalto desarrollado en 1956 para uso del Ejército de Estados Unidos y que con el paso de los años se hizo muy comercial. En nuestro país lo usan de manera legal el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y los cuerpos policiales del Ministerio de Seguridad Pública, pues se estima que es un arma muy efectiva. Tiene un alcance de 500 metros de distancia.
En los últimos años, AR-15 han sido decomisados a grupos relacionados con delincuencia organizada que los utiliza principalmente para cometer crímenes.