La rayería que suele acompañar a los aguaceros o también caer en seco cuando las condiciones atmosféricas lo propician, ha generado 136.000 descargas y cuatro muertes en lo que va del presente año.
Aunque se trata de un registro alto de descargas, la cifra está por muy debajo de los 192.616 rayos que cayeron entre el 1.° de enero y el 11 de mayo del 2017.
Con la llegada de la temporada lluviosa al país, los cuerpos de socorro llaman a la población a extremar cuidados, principalmente a quienes trabajan o se movilizan a pie cuando la rayería comienza.
El pasado 9 de abril, en Cartago, un peón agrícola de 25 años, identificado como Jhonatan Andrés Ramírez Pérez, murió al ser impactado por un rayo.
Ramírez realizaba labores en una finca en Llano Grande, cerca del límite con Rancho Redondo, cuando una centella cayó en seco a eso de las 11 a. m. y lo alcanzó.
Luego, el 15 de abril en el distrito de San Antonio de Alajuela, Bernarda Peralta Arce, de 57 años, perdió la vida en circunstancias un tanto diferentes.
La mujer, madre de tres hijos, estaba en el cuarto de pilas de su casa en barrio Tejar, cuando fue alcanzada por una descarga mientras lavaba ropa.
El caso más reciente ocurrió en Buenos Aires de Puntarenas, donde una pareja murió cuando un rayo cayó en seco, poco antes de un aguacero.
Las víctimas fueron Javier Acuña, de 46 años, y su esposa Sarita Hidalgo, de 40, vecinos de Ceibo de Buenos Aires, Puntarenas, y padres de tres hijas.
La menor de ellas, de cuatro años, les acompañaba al momento del suceso y fue quien corrió a alertar a familiares sobre lo que había ocurrido.
No hace falta que llueva para que ocurran descargas, pues las condiciones cálidas de algunos días, en especial en época lluviosa, forman nubes llamadas cumulonimbus, que fomentan la rayería, a veces en seco.
Registro por años
De acuerdo con el Departamento de Descargas Atmosféricas del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), de los últimos tres años, el 2018 fue el año que inició más activo.
Mientras tanto, el 2020 estuvo dentro de valores promedios y el 2021, hasta el momento, se comporta de manera similar al año pasado.
En lo que va del presente año, el día que registró más rayos fue el 8 de abril, con 13.500.
Las zonas donde más rayos caen son la península de Nicoya, Quepos, Parrita, Golfito y Osa.
También se presentan en regiones al oeste del Valle Central y sus linderos, especialmente en Alajuela, Belén, Santa Bárbara, Barva y Heredia.
De igual forma, los sensores detectan mucha actividad en Orotina, San Mateo y Atenas de Alajuela.
Además, existen otros lugares que suelen ser activos de manera variable, como Ciudad Quesada, Guápiles y Siquirres, informó el ICE.
De los últimos cinco años, el 2017 tiene el récord con 1.245.948 descargas registradas. Le sigue el 2016 con más de 891.000 y luego el 2018 con 879.344.
Luego, las cifras bajaron a 623.458 en el 2019 y 631.066 el año pasado.
Encargados de las mediciones afirman que la precisión de los sistemas es muy alta, al punto que en las zonas fronterizas se puede establecer si un rayo cae en nuestro territorio o en un país vecino.
Con los siete sensores que se tienen, el margen de error es solo de pocas decenas de metros.
“Por lo que es muy confiable y capaz de identificar si una descarga cae en suelo nacional o no”, explicó Berny Fallas, encargado del Departamento de Descargas.
El ICE utiliza esos datos para prevenir que gran cantidad de funcionarios que laboran a la intemperie con redes energizadas o en proyectos a campo abierto sufran incidentes.
En general, cuando una persona escucha tronar, debe saber que está en zona de riesgo por caída de un rayo y que lo recomendable es guarecerse dentro de edificaciones, carros o viviendas.
El ICE también brinda datos a empresas de aviación, y a personas que laboran en áreas constructivas, agropecuarias, pesqueras, hoteleras, deportivas y recreativas y otras, que también están expuestas.