La llegada de nuevos inquilinos y el surgimiento de movimientos extraños a toda hora en una casa, al costado sur del cementerio de Aserrí, motivaron a los vecinos a denunciar la situación ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Las sospechas de los lugareños no eran infundadas, pues llevaron a la Policía a la detención de cinco personas sospechosas de vender droga.
La noche del jueves, en vía pública, los agentes interceptaron a una pareja que llegó en un carro a la vivienda junco con dos menores. Al salir, a las 7 p. m., se les investigó y, en un bolso, los agentes encontraron 2.525 piedras de crack, cuyo costo en el mercado supera los ¢2,5 millones.
Los aprehendidos son una mujer de 31 años, de apellidos Sáenz White y un hombre de apellidos Rojas Rueda, de 23. Eran vecinos de Rincón Grande de Pavas.
Como iban con dos menores, se alertó al Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que los dejó a cargo de otros familiares.
De inmediato, se solicitó a la Fuerza Pública custodiar el inmueble. Este viernes a las 9:30 a. m. se allanó y se detuvo a otra mujer y dos hombres que la habitaban desde hace un mes.
Se trató de una mujer de apellidos Chinchilla Carrión, de 37 años y a dos hombres de apellidos Morales Vargas, de 29 años y Palma Corado, de 19.
Ahí se encontró más de ¢1 millón, al parecer producto de las ventas. También, en una caja fuerte, se
hallaron dos kilos de cocaína y varias “cajetas” de crack listas para alistar más dosis o piedras.
Chinchilla Carrión es madre de dos niños y un adolescente. Antes de trasladarse a Aserrí, vivió en Paso Ancho de San Sebastián, San José.
Los cinco detenidos serán puestos esta tarde a la orden de la Fiscalía.