El alcalde de Alajuela, Roberto Thompson, se mostró confiado en que, del diagnóstico en 15 municipios, saldrá un instrumento positivo contra la delincuencia.
“Es hora de que el país vuelva a ver a los gobiernos locales, más allá de arreglar calles, alcantarillas y parques, y que tenga como eje central al ciudadano y la paz de las comunidades”, indicó Thompson.
Para Édgar Mora, alcalde de Curridabat, el proyecto busca entroncar el trabajo municipal con el de instituciones del Gobierno, en aras de lograr objetivos comunes.
Según Mora, desde 1856, en tiempo de filibusteros, Costa Rica no había tenido una amenaza tan seria como la que tiene ahora con el narcotráfico y el crimen organizado.
“En donde se asientan esos grupos, buscan sustituir al Estado, porque imparten justicia a su manera, cobran ‘impuestos o peajes’ a cambio de no hacer daño a quienes transitan por sus territorios y reprimen a quienes se les oponen”, resaltó.
Cooperación. Mora dijo que el trasiego de drogas en su cantón, al igual que en otros, genera una cadena de delitos asociados.
Esto surge, acotó, por falta de coordinación institucional y problemas que no respetan límites territoriales, por lo que se requieren trabajo conjunto entre Gobierno y municipios.
“La estrategia de Policías Municipales más bien tiende a aislar una comunidad de la otra. Lo que se busca es hacer permeables los bordes y coordinar. Por ejemplo, todos deberíamos ayudar a Alajuelita”, indicó.
El alcalde de Curridabat afirmó que hay instituciones que defienden su competencia y entonces la burocracia gana, pero el que pierde es el ciudadano.