El Tribunal de la Inspección Judicial descartó "maltratos o tratos inhumanos" durante los entrenamientos que realizan los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que integran los grupos especializados que se dedican a seguimientos, vigilancias y a la protección de víctimas y testigos.
La conclusión la dieron a conocer los jueces el pasado 28 de junio luego de analizar 24 quejas que tienen que ver con acoso laboral, negligencia, incorrecciones en el ejercicio del cargo y omisión de comunicar faltas, que se siguieron contra 9 funcionarios de la Policía Judicial.
El principal reclamo tenía que ver con las actuaciones de los jefes, instructores, compañeros y psicólogos durante un entrenamiento realizado el 15 de mayo del 2015 en la Universidad Earth, ubicada en Guácimo de Limón, donde falleció ahogado el agente Jesús Andrés Vega Zúñiga, de 26 años, cuando intentó cruzar un canal que estaba muy lleno de agua.
El deceso ocurrió durante una práctica de posicionamiento con GPS en montaña.
Los integrantes del Tribunal, Luis Porfirio Sánchez Rodríguez, Ana Lía Umaña Salazar y Ericka Quesada Salazar, declararon sin lugar las quejas y orderaron que se archive el expediente y se levante cualquier medida cautelar en contra de los investigados.
La resolución todavía no ha sido analizada en el Consejo Superior del Poder Judicial, órgano que podría acatarla o pedir alguna ampliación del fallo, comunicó el Departamento de Prensa y Comunicación.
Antecedente. Esta pesquisa se abrió en mayo del 2015, luego de la muerte de Vega Zúñiga. En aquel momento, la Asociación Nacional de Empleados Judiciales (Anejud) le pidió a los magistrados de la Corte Plena que indagaran los supuestos maltratos que habían recibido agentes del OIJ.
Incluso José Martín Vega, padre del agente fallecido, aseguró a La Nación que su hijo le había comunicado que no deseaba ir a la práctica en Guácimo, pues lo enviaban por una "sacada de clavo". El joven también le mandó mensajes de texto a su novia diciéndole que lo obligaron a ir "solo por maldad", comentó el papá.
Jesús Ándres Vega había ingresado al Poder Judicial el 10 de febrero del 2011 y al momento del accidente era agente de la Unidad de Protección a Víctimas y Testigos (Uprov).
En junio del 2015, el Poder Judicial anunció que mientras se seguía la pesquisa se ordenó suspender del cargo a cinco agentes, mientras que otros cuatro fueron trasladados de puesto.
Los suspendidos fueron el jefe de la Uprov, de apellido Reyes, el jefe de la Unidad de Vigilancia y Seguimientos (Uvise), de apellido Flores, y tres agentes de apellidos Castro, Roldan y Berrocal. En tanto los trasladados fueron de apellidos Mora (un hombre y una mujer), Marín y Zamora.
Hechos probados. El Tribunal de la Inspección Judicial en el voto N° 1026- 2016, luego de revisar pruebas documentales y de recibir testimonios de oficiales de la Uprov, de la Uvise, así como de Michael Soto, jefe de la Oficina de Planes y Operaciones (OPO) de la cual dependen ambos grupos especializados, decidió exonerar a los implicados.
Entre las razones para llegar a esa conclusión fue que en los entrenamientos no hubo castigos, sino de que se trataba a acondicionamiento físico apropiado para el tipo de trabajo que debían desempeñar los oficiales.
"La parte física es indispensable en grupos tácticos y élites, porque tienen –en algunos casos– que levantar a los protegidos en sus hombros, de ahí la velocidad y fuerza. Un agente que no esté en buenas condiciones lo pueden matar, así como a sus protegidos, por eso es indispensable el ejercicio diario", recalca el fallo.
En cuanto a los hechos que acontecieron antes de la muerte de Jesús Ándres Vega, el Tribunal determinó que este oficial el 11 de mayo del 2015, un día antes de salir para el curso en la Earth llamó a Reyes y le comentó que no iba a asistir a la práctica porque no tenía dinero ni los implementos, pero acudió luego de que Reyes le consiguió todo lo que ocupaba.
Sobre el accidente en el canal lleno de agua, la pesquisa determinó que el grupo de agentes colocó una cuerda (amarrada a dos árboles) para pasar por el lugar, pero Vega se "soltó de la cuerda sin explicación alguna y no pidió auxilio". Otro agente, al ver la situación, se lanzó al agua pero no pudo rescatarlo.
En el expediente también se aportó un dictámen médico legal emitido el 28 de junio del 2012, según el cual Jesús Ándres Vega negó padecer de enfermedades crónicas como asma bronquial, diabetes mellitus e hipertensión arterial, entre otros males.