Los policías penitenciarios de la cárcel Carlos Luis Fallas, en Pococí, Limón, deben tener muchísimo cuidado cuando suben a los fortines para vigilar a los reos, pues las escaleras están corroídas y en cualquier momento podrían caerse.
Una vez arriba, deben lidiar con el calor que supone estar dentro de espacios cerrados y sin ventilación, más aún en una zona de clima caliente y húmedo.
En el fortín tampoco tienen agua potable ni mucho menos servicios sanitarios. Entonces, si durante la jornada tienen alguna necesidad fisiológica o simplemente desean hidratados, deben bajar del puesto.
Dos de los seis fortines de ese centro penal tampoco tienen radios de comunicación ni teléfonos, lo que impide mantener informados a sus compañeros o recibir avisos de importancia.
Esta situación provocó que los policías penitenciarios de esa prisión, representados por la Unión Nacional de Trabajadores, interpusieran un recurso de amparo ante la Sala IV, el pasado 6 de abril.
Ante los magistrados constitucionales, exigieron al Ministerio de Justicia y Paz las condiciones mínimas para poder ejercer su vigilancia del centro penitenciario desde los fortines, que son una especie de torres desde donde tienen una mayor panorámica del centro penal.
Los argumentos presentados convencieron a los altos jueces, quienes en votación del 1.° de junio declararon con lugar el recurso y ordenaron a las autoridades de Justicia “corregir los problemas de riesgo que existen en los fortines” en un plazo no mayor a los seis meses.
Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria, reconoció que los fortines de la cárcel de Pococí tienen condiciones “particulares”. No obstante, alega que se ha trabajado en mejorar la situación de los oficiales.
Según él, en ese centro, se han hecho trabajos como la remodelación de dormitorios para mujeres oficiales.
“También se ha construido habitaciones para visitas conyugales de la población privada de libertad (...) existe un mejoramiento no solo de las condiciones de donde están los reos, sino también de los funcionarios”, expresó.
¿La razón? No hay material
Marco Feoli, ministro de Justicia en la anterior administración, indicó que, si bien habían comenzado con la remodelación de los fortines en setiembre del 2017, no se ha podido concluir por falta de materiales, como soldadura.
Además, lo que se tenía destinado para atender esta problemática se tuvo que redireccionar a otras necesidades de infraestructura "que requerían atención urgente".
"Eso obedece a diversas órdenes sanitarias emitidas por el Ministerio de Salud, dentro de los cuales se encuentran el mantenimiento de las instalaciones relacionadas con el suministro de agua, ampliación de la clínica y remodelación de la armería", explicó Feoli.
De esta forma, ante las múltiples necesidades, tuvieron que dar prioridades a otras obras.
Feoli, a quien le correspondió responder el recurso, explicó a la Sala que en abril había una contratación administrativa en trámite para adquirir materiales de construcción, entre ellos la soldadura.
El ahora exministro dijo que posiblemente, para julio de este año, la contratación ya esté adjudicada.
Aunque se le hicieron consultas a las autoridades actuales de Justicia, no hubo respuesta al cierre de esta nota.