
Raúl Talavera Duarte tenía 57 años cuando dos hombres que fingieron ser repartidores de comida asaltaron su joyería, situada en Liberia, Guanacaste. Talavera confeccionaba dos anillos cuando los sujetos, con cascos y a bordo de una motocicleta sin placas, le arrebataron la vida de varios disparos.
Un año y tres meses después del homicidio, el Tribunal Penal de Liberia halló culpables por el delito de homicidio a un hombre identificado con el apellido Fuentes y otro de apellido Flores, quienes deberán purgar 30 años de prisión cada uno.
El homicidio truncó una larga historia de superación. Raúl Talavera llegó desde Nicaragua 30 años antes de su muerte, en busca de oportunidades para él y su familia.
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Tres días después de que se reportó el homicidio, su hija, Linda Talavera, contó a La Nación que a su padre le tocó trabajar desde muy joven y a los 14 años aprendió el oficio de la joyería. Con los años estableció su negocio en Nicaragua, pero la inestabilidad política de su país lo llevó a buscar un nuevo hogar.
Una vez en la Ciudad Blanca laboró en una joyería y años después, mediante un bono de vivienda, construyó su casa y alquiló un local en las cercanías para inaugurar su propio negocio.
Según explicó el Poder Judicial tras dar a conocer la sentencia, aparentemente, los imputados idearon un plan para ejecutar el robo armado en el local de Talavera, situada en barrio Los Cerros.
Los hombres, en colaboración con otros implicados no identificados, habrían realizado labores de vigilancia, de marcaje y de escape, para que una vez que consumaran el robo, pudieran alejarse desapercibidos.
La mañana del 22 de julio del 2024 los asaltantes ingresaron a la joyería y amenazaron a Talavera, quien habría reaccionado levantando una de las herramientas que utilizaba para confeccionar los anillos. Fue entonces cuando recibió al menos cuatro disparos en el pecho, hombro, mano, pelvis y muslo izquierdo.
Una vez fallecido, los asaltantes rompieron las vitrinas y sustrajeron gran cantidad de joyas y relojes que se mantenían en exhibición.
“Él a nosotros siempre nos dio cariño y siempre trabajó para darnos lo que él nunca tuvo. Siempre trató de buscar algo mejor para sus hijos”, relató entre lágrimas a este medio Linda Talavera, su hija, en aquellos días.
