Aunque los sismógrafos nacionales no registran un aumento en la cantidad de temblores en el país con respecto a años anteriores, la cuarentena por la emergencia del nuevo coronavirus podría hacer que la población perciba lo contrario.
Al parecer, el hecho de que las personas estén más tiempo en sus casas y permanezcan más quietas, abre la posibilidad para que sientan más los sismos leves, los cuales antes solo eran detectados por los aparatos especializados.
Esa es una hipótesis que comparte el director de la Red Sismológica Nacional (RSN), Lepolt Linkimer Abarca, al indicar que no sería extraño que los ticos perciban ahora más los temblores, en comparación con épocas anteriores, cuando salían a trabajar, tomar el transporte público o manejar en carretera.
“La posibilidad que tenemos ahora de estar más en casa y estar un poco más quietos podría hacer que sintamos más temblores pequeños, pero de momento no hemos tenido un aumento en la cantidad de reportes de sismos sentidos; estamos en la misma situación que semanas atrás”, comentó Linkimer.
El especialista indicó que la RSN no ha registrado ningún aumento en la actividad sísmica del país, a pesar de los continuos reportes que han divulgado sobre movimientos en la zona sur y norte, especialmente por sectores aledaños a las fronteras.
“En la zona sur, los sismos son frecuentes siempre. Es un sector donde ocurren temblores todos los días y ese es el resultado de ubicarse en una zona muy cercana a lo que llamamos un punto triple, en donde hay contacto entre las placas Nazca, Coco y Caribe.
"Todas estas interactúan entre ellas y eso hace que la sismicidad sea alta. Entonces no es ninguna sorpresa que veamos muchos temblores en esa zona, no está pasando nada inusual”, aseveró.
Sin embargo, Linkimer comentó que la población ahora podría estar notando que hay una mayor cantidad de reportes de sismos, ya que su oficina adquirió un sistema de localización de temblores más eficiente que el que tenía antes.
Otro aspecto que explica el aumento de reportes en la zona sur es la cooperación que existe entre la RSN y la red sismológica de la provincia de Chiriquí, en el occidente de Panamá, para intercambiar datos que permitan localizar, con mayor detalle, los temblores que ocurren a ambos lados de la frontera.
“Cabe destacar que este tiempo que estamos más en casa por el covid-19 es un buen momento para identificar los sitios seguros de la casa y establecer los planes de evacuación, así como los sitios de encuentro, en caso de que se presente un sismo”, acotó Linkimer.
Mitos sobre sismos
El director de la Red Sismológica Nacional también aprovechó para desmitificar dos mentiras que circulan con frecuencia en esta época del año y que se relacionan con la percepción de sismos: primero, que tiembla más en Semana Santa; y, segundo, que cuando hace calor es que va a temblar pronto.
Estas dos “creencias” son completamente falsas, según comentó Linkimer, pero ambas tienen una explicación que obedece a coincidencias que marcaron la memoria de las personas.
“Si las personas vivieron un sismo fuerte, como en la Semana Santa de 1983, o si percibieron un sismo muy fuerte en una época en que estaba haciendo mucho calor, eso queda en la memoria y relacionan la coincidencia de dos cosas. Pero no existe relación alguna”, aseveró.
Al respecto, el profesional rescató que sí hay posiciones científicas muy interesantes sobre la relación del clima con la tectónica, así como con la evolución del planeta, pero jamás a un nivel como para afirmar que el calor atrae los sismos.
“La gente lo sigue diciendo, pero en realidad no hay una correlación entre el calor y los sismos. Ese mito existe aquí en Costa Rica, pero en otras zonas con otros climas no existe. Igual el de Semana Santa, ese mito no existe en países con otras religiones”, concluyó Linkimer.
Gran actividad en zona sur
Aunque la Red Sismológica Nacional no identifique un aumento considerable de sismos en los últimos meses, el boletín sismotectónico del Ovsicori revela que en la zona sur, principalmente en las penínsulas de Osa y de Burica, se ha registrado una gran actividad sísmica desde el 12 de mayo del 2019.
Ese día, ocurrió un sismo de magnitud 6, a la 1:24 p. m., conocido como el terremoto de Puerto Armuelles, localidad de Panamá y, desde entonces, han ocurrido ocho sismos con magnitudes mayores o iguales a 5, todos sentidos fuertemente en Golfito, Corredores y regiones del país vecino.
El terremoto de Puerto Armuelles tuvo más de mil réplicas que continúan ocurriendo hasta el día de hoy, pese a que muchas no son sentidas por la población.
El último sismo percibido en esa zona fronteriza ocurrió el 12 de marzo pasado, a las 10:46 p. m. con una magnitud de 5,3 grados, generado por el proceso de subducción de la placa de Nazca por debajo de la microplaca de Panamá. El temblor se ubicó unos 6 km al noreste de Puerto Armuelles.
El sismólogo del Ovsicori, Marino Protti, indicó que era esperable que durante muchos meses prevalezcan los fuertes sismos, pues la zona de fracturas de Panamá, origen de esos temblores, tiene esa característica.
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