Un tiroteo registrado a 500 metros de la delegación de la Fuerza Pública de Desamparados, Alajuela, dejó dos personas fallecidas y a otras tres heridas, de ellas dos graves.
Vecinos de calle La Loma alertaron a las autoridades sobre la balacera registrada a las 6:08 p. m. del miércoles, cuando apenas caía la noche y todavía muchas personas estaban en vía pública.
Según los testimonios, al menos dos sujetos se habrían bajado de un vehículo blanco y dispararon en varias ocasiones contra la vivienda de Alvaro Alfaro Alfaro, un tatuador de 39 años.
Alfaro se encontraba en ese momento con un cliente identificado como Jefferson Javier Porras Vargas, de 28 años, quien era mecánico.
Ambos fueron alcanzados por las balas durante el ataque. El tatuador falleció en el hospital, mientras que Porras murió en la vivienda donde le realizaban el tatuaje, informó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ)
El primero era conocido como Chambalito y al parecer había estado preso dos años atrás. Su cliente era vecino de Canoas de Alajuela, era soltero y tenía un hijo de cinco años, según datos del Registro Civil.
Además de los dos fallecidos, en el lugar había otros dos clientes, oriundos de Río Segundo y del Invu Cañas, quienes esperaban turno afuera del aposento y fueron alcanzados por la ráfaga.
Sandra Alfaro Alfaro, de 56 años, madre del tatuador fallecido, también resultó herida, pero fue reportada en condición estable.
Los otros heridos fueron identificados por el OIJ como Hugo Villalobos Porras, de 43 años y Luis Alonso Pérez Montero, de 36.
Villalobos Porras fue llevado en condición delicada hasta el Hospital México, donde lo iban a someter a una cirugía esta tarde, pues tenía una bala alojada en un pulmón.
Las autoridades investigan si un ajuste de cuentas contra alguno de los cinco involucrados motivó la agresión, pues la cantidad de balazos y de heridos así lo hacen presumir, pero las investigaciones apenas comienzan.
Vecinos de la zona se mostraron temerosos por lo ocurrido.
Una lugareña, quien prefirió no identificarse, comentó que alguien avisó por el chat del barrio sobre la balacera para nadie saliera.
“Es triste que estas cosas pasen, porque en una de esas hasta hieren a gente inocente”, aseveró.
Agregaron que era usual ver carros todo el día en la casa donde ocurrió el ataque. “Posiblemente vienen al negocio de ese muchacho, porque ahí dice que se hacen tatuajes”, indicó otra vecina.