El asesinato de Bernard Enrique Aird Barrot, de 59 años, podría quedar esclarecido en cuestión de días y como principales sospechosos de esa muerte están personas de confianza o allegadas a la víctima.
Así lo dio a conocer el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Wálter Espinoza, quien indicó que este lunes tres agentes realizaron las últimas averiguaciones en la zona donde ocurrió el asesinato, en la Semana Santa del 2017.
El cuerpo de Aird Barrot fue descubierto el 18 de abril del 2017 en la casa donde vivía solo en Setillal, distrito de Ipís, Goicoechea. Presentaba al menos ocho puñaladas en el cuello, abdomen y tórax.
Se presume que lo mataron cuatro días antes de que su cuerpo fuera hallado, ante la alerta de compañeros extrañados porque no se presentó a trabajar en la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), luego del receso de Semana Santa.
“Tenemos un dato importante que nos afirma que hay personas cercanas a él vinculadas con este hecho criminal, eso generó que desplazáramos a la Sección de Homicidios al lugar para realizar entrevistas y acercarnos a personas que nos van a ayudar a esclarecer el hecho”, dijo Espinoza.
El jefe policial agregó que, por las manchas de sangre encontradas en el piso y la mecánica del homicidio, todo hace presumir de que varias personas participaron en el asesinato.
El fallecido tenía 37 años de laborar como técnico del departamento de Tecnologías de Información en la CNFL y estaba a punto de jubilarse, según confirmó en aquel momento la oficina de prensa de la entidad.
El hombre apareció sin camisa dentro de la vivienda. Era divorciado y no tenía hijos.
En el 2011, Aird había interpuesto varias denuncias por robos, pero desde entonces no presentó más.
La habitación donde apareció el cadáver no tenía signos de registro y la Policía tampoco encontró algún faltante de pertenencias como eletrodomésticos, ni artículos personales de valor.