La cineasta Patricia Velásquez sabe que enamorarse del Caribe costarricense es muy fácil. Ella misma se dejó atrapar por la riqueza cultural de esta zona y por su controversial realidad llena de estereotipos; tanto que se convirtió en el lugar elegido para su primer largometraje: Dos Aguas. La película, que se estrenó en mayo, gira en torno a Nató, un chico de 12 años que sueña con sacar a su familia de la pobreza. Enterarse de que su hermano está metido con narcotraficantes lo llevará al mítico lugar en medio del océano conocido como Dos Aguas, donde las corrientes se encuentran y se acumulan las cosas que son tiradas al mar. Velásquez quería hacer un retrato de Limón que se alejara de los estereotipos y por eso decidió utilizar en su largometraje personajes de la comunidad en lugar de actores profesionales. El resultado es una película que busca romper con las ideas preconcebidas y la visión más turística, para mostrar un Caribe real y pulsante.
P:¿De dónde nace la idea de Dos Aguas?
PV: La idea salió de Puerto Viejo, en Limón. Oscar Herrera y yo que fuimos quienes escribimos la película íbamos mucho a esa zona. A mí me gusta muchísimo.La cuestión es que una amiga hotelera nos contó de este lugar “Dos Aguas” donde se juntan dos corrientes marinas en medio del mar y todo lo que llega ahí queda estancado.Entonces los narcos, cuando los andan persiguiendo la policía, tiran la cocaína al mar… y luego se recoge ahí. Nos pareció alucinante que pasara eso y que es un fenómeno que no pasa solo en Costa Rica.Era un lugar mítico, mucha gente cuenta que en Dos Aguas hay vacas muertas, pianos... Intentamos ir y nunca vimos nada de eso, pero a partir de ahí decidimos que queríamos escribir sobre este tema desde una visión diferente.
P: Entonces es una forma diferente de tratar el tema de las drogas...
PV: No queríamos hacer una película ni de balazos ni de pandilleros ni nada de eso,sino más bien de cómo afecta a una familia normal. Es decir, no es una familia desintegrada, ni con problemas, traumas psicológicos o desintegración. La película está contada desde la visión de un niño de 12 años que se da cuenta de que su hermano está involucrado en este mundo, sin saber muy claramente cómo.En realidad nunca vemos la violencia, las pandillas o la droga, lo que vemos son las consecuencias.
P: Pero ante todo es una película sobre el Caribe.
PV: Eso mismo, queríamos retratar el Caribe. La película trata sobre Puerto Viejo, Cahuita… sobre el lugar, la cultura, la religiosidad, la gente. Queríamos también desmitificar un poco el tráfico de drogas como se percibe en Limón. Cada vez que sale una noticia de Limón, tiene que ver con violencia, tiene que ver con tráfico, es una situación que está pasando y es innegable, pero también hay un montón de prejuicios al respecto que caen sobre la población afrodescendiente.Queríamos mostrar las razones por las que alguien se mete en algo así. No necesariamente por ser malo o vicioso. En este caso es un muchacho que quiere ayudar a su hermano a entrar a una escuela de fútbol.
P:¿Cómo lograron esa cercanía con la comunidad?
PV: Estuvimos durante dos años visitando y trabajando con la gente. Hicimos un casting en que participaron unas 500 personas. Casi toda la comunidad de Puerto Viejo, Manzanillo y Punta Uva está en la película de una forma o de otra. Si no están actuando, son los de los botes, las comidas, el hospedaje.
P: ¿Cómo fue el trabajo con actores de la comunidad?
PV: Hicimos un casting buscando capacidad de improvisación ya que desde un principio se determinó que no les íbamos a dar el guión. No quería que se aprendieran nada de memoria, nos parecía que iba a ser muy forzado en especial si no eran actores profesionales. Escribimos un guión tipo guía porque sabíamos que no hablábamos como la gente del Caribe y menos aún como los niños, no queríamos que quedara artificial.Lo que hicimos, en lugar de ensayos, fue dinámicas de improvisación, paseos, sesiones de fotos, reuniones, acostumbrarlos a las cámaras, que se conocieran… pero nunca trabajamos sobre el texto. El texto se empezó a trabajar en la filmación y siempre a partir de improvisaciones. Ellos construían el diálogo y nosotros íbamos limpiando y dando direcciones. Pero el guión es construcción de los actores. Fue muy bonito trabajar con ellos, una dinámica diferente. Especialmente el protagonista (Ismael Brown), increíble el trabajo que hizo él. La entrega. En la última toma nos decía: ¿Pero ya? ¿Esta es la última?¡Pero hagamos otra! Él estaba súper contento.
P: Esta es su primera película. ¿Cómo ha sentido la presión?
PV: Una como que está muy insegura con la primera película. Un tema fuerte es que el filme habla sobre la población afrodescendiente y algo que me daba terror es que se percibiera como una película racista. Pero eso fue muy interesante en Panamá (donde se estrenó el largometraje), donde la mitad del cine era afrodescendiente. A la gente le encantó y eso fue muy bonito y me sentí muy bien.
P: ¿Cuáles son tus expectativas con respecto a la película en Costa Rica?
PV: Pues lo primero es que la vea la mayor cantidad de gente posible, ha sido un trabajo de casi cuatro años y me parece que toda la gente que estuvo involucrada merece que se vea el trabajo de ellos. No necesariamente que sea taquillera o no, pero que se vea en la mayor cantidad de espacios posibles. Conseguimos la declaratoria de interés educativo entonces van a meter la película en el curriculum académico de secundaria. Creo que eso va a hacer que mucha gente la vea. Y si logra que la gente mire diferente el caribe, esa sería una meta cumplida.
P: ¿Cuáles otros proyectos vienen en camino?
PV: Tengo dos películas en desarrollo. Una se llama Apego y es una historia sobre la relación madre hija, una historia más femenina y relacionada con la vida de las mujeres. Luego está Comienzo que es más adolescente. Trata de una chica de catorce años que tras su madre sufrir un accidente, tiene que volver a vivir con su papá que no ve desde hace diez años. Es volver a encontrarse y entenderse en medio de esta etapa tan fuerte de ella.
P: ¿Considera que su formación en psicología influencia su trabajo?
PV: Creo que todos mis trabajos tienen que ver con esa parte social, íntima y psicológica que siempre me ha gustado. Todo este tema de que la vida es de contradicciones, podemos ser gente buena que igual hace cosas malas y feas… eso me gusta mostrarlo. Así como la vida misma, yo creo que la gente se puede reflejar más. Todas son decisiones que nos llevan por diferentes caminos.