Deshacerse de los guantes y sentir el frío del hielo antártico penetrando sus manos es una sensación que la costarricense Mónica Araya jamás olvidará.
Caminar por el rincón más remoto de la faz de la tierra en compañía de otras 78 mujeres líderes que luchan, cada una desde su trinchera, para conservar los recursos naturales fue una experiencia que la tica vivió tras ser seleccionada por la organización australiana Homeward Bound.
Se preparó durante un año entero para un viaje de 20 días a la Antártida a bordo del barco The Ushuaia. Allí vio pingüinos, contempló icebergs y entonó conversaciones y amistad con las líderes mundiales de la conservación ambiental.
"Han sido ya unos 100 años de exploración de la Antártida por parte de hombres. Esta expedición es un acto simbólico en el sentido de que visibiliza a las mujeres y nuestro compromiso con la naturaleza", declaró Araya a Perfil.
Araya fue la única investigadora latinoamericana seleccionada para viajar a sur de la tierra para estudiar el cambio climático y reivindicar el papel de la mujer en la ciencia.
Las 79 participantes de la expedición fueron seleccionadas entre más de mil aspirantes y son profesionales de casi todos los ámbitos: ciencias naturales y sociales, ingeniería, medicina, matemática, física, entre otros. Comenzaron su viaje en Argentina a bordo del barco.
Abriéndose lugar en la ciencia
Mónica subraya que son muchas las mujeres que se quedan fuera de proyectos científicos de alto impacto como este pues existe una presión social de compaginar su vida personal y familiar con las exigencias de expediciones de este tipo.
Además, la investigadora critica la falta de financiación. Declaró que ningún Gobierno dio su apoyo a la fundación, que se financió meramente con fondos privados. Esto las obligó a reducir el tiempo que planeaban pasar en el Polo Sur.
Cada participante, tras ser seleccionada, recibe un financiamiento del 65%, el 35% restante (Más de $15,000) corresponde financiarlo por cuenta propia, por lo que la tica recurrió a un sinfín de entidades privadas con grandes programas de responsabilidad ambiental y en ninguna consiguió ayuda.
Aún así, se aventuró a solicitar colaboración monetaria por medio del sitio de crowdfunding Generosity y se dio cuenta de que son realmente los ciudadanos los que se preocupan por ayudar a este tipo de iniciativas y no las empresas, que se jactan de su preocupación por el ambiente.
Una parte del dinero la recibió por medio de esta plataforma, otra parte fue donación de amigos y familiares y el resto lo financió mediante un préstamo bancario. La falta de dinero no la detuvo para cumplir su sueño.
Araya resalta que la suya no fue una expedición aislada. Homeward Bound busca que sean 1.000 mujeres las que logren viajar a la Antártida en los próximos 10 años y la tica tuvo la dicha de ser la primera latinoamericana en hacerlo.
Ella espera abrir camino para que otras mujeres de América Latina, en especial de Costa Rica, se unan a la expedición en el futuro.
Remoto y virgen
Menos del 1% de la población tiene la oportunidad de pisar este continente del sur. Araya pudo constatar por ella misma las consecuencias del cambio climático en este rincón casi inexplorado.
La tica vio cómo las condiciones de clima han cambiado y los pingüinos han tenido que adaptarse a temperaturas cada vez más altas. Además, el hielo se va derritiendo y provoca el decrecimiento de los glaciares.
Mónica regresó de su expedición el pasado 22 de diciembre y asegura que es una experiencia que le ha cambiado la vida y la forma de percibir el mundo que la rodea. Totalmente desconectada del internet y en sincronía con los recursos naturales, asegura que cambió su vida tras el viaje: usa menos el celular y trabaja aún más duro por preservar los recursos naturales.
Como parte de los objetivos de la expedición, está aumentar el rol de liderazgo de las mujeres a escala global y explorar su influencia en el desarrollo sostenible. También, demostrar con pruebas científicas que los polos son el medio perfecto para comprender el estado real del planeta.
Mónica asegura estar enamorada de la Antártida sin remedio. "Enamorada de su aislamiento radical, esos colores congelados, los cielos despejados, así como las aguas de un azul profundo que son hogar de los animales más encantadores", narró en una carta abierta que hoy destaca en la página principal del proyecto.
Aseguró que uno de los momentos de mayor orgullo de ser tica fue cuando, durante el viaje, proyectaban videos inspiradores de mujeres líderes y frente a los ojos de todas las expedicionarias apareció otra costarricense: Christiana Figueres.
¿Quién es Mónica Araya?
Mónica Araya es una apasionada por la conservación ambiental. Esta economista costarricense tiene un doctorado en gestión ambiental de la Universidad de Yale y es la directora y cofundadora de la organización Costa Rica Limpia.
Araya fue parte del equipo negociador de Costa Rica en materia de cambio climático y se opuso a la construcción de la refinería de combustibles fósiles financiada por el gobierno Chino, lo que le causó una polémica la expulsión del equipo.
Tras el viaje, Araya buscará poner en práctica lo aprendido, aprovechar los contactos logrados con otras líderes en este campo y poner en práctica las herramientas del encuentro para impactar positivamente a nuestro país.
Así, Mónica alineará estos propósitos con los de su organización, Costa Rica Limpia, para continuar planteando temas de energía renovable para su uso en los sistemas de transporte.
De hecho, ya planteó un proyecto con sus colegas australianas para estudiar las actitudes de los costarricenses y de los australianos ante las noticias ambientales. Esto, en aras de establecer estrategias para comunicar estos temas de forma óptima.
También estudiarán qué mensajes climáticos y ambientales funcionan mejor con los niños y los jóvenes.
"Volví con mucha inquietud de la conexión que hemos perdido con la naturaleza. Me encantaría que los profesionales ticos hagan lo que les apasiona y lo hagan bien, pero que en sus proyectos no se olviden del componente de sustentabilidad", concluye la costarricense.
Convocatoria para el segundo viaje
La expedición ya abrió su segunda convocatoria, que partirá hacia la Antártida a inicios del 2018. El proceso de inscripción abrió desde el 20 de enero y ya hay cientos de mujeres de todo el mundo en lista de espera. La inscripción finaliza el 20 de febrero. Puede acceder aqui.
El programa de selección de Homeward Bound tiene su sede en Australia y solo es necesario seguir una serie de requisitos para aplicar. Entre ellos, formularios, cartas motivacionales y un video de dos minutos que explique sus motivos para ser parte de la próxima expedición.
Mónica espera haber inspirado a otras costarricenses para que realicen el proceso de inscripción y logren ver con sus propios ojos los blancos azulados del rincón más sureño del mundo.