Después de los 65 años, cuando el adulto llega a la tercera edad, se debe prestar especial atención al órgano más grande del cuerpo: la piel; con el objetivo de prevenir y atacar a tiempo cualquier tipo de afectación.
Al envejecer, este órgano se hace más delgado y presenta una pérdida importante en la cantidad de glándulas sebáceas, por ende, hay una disminución de la humectación natural y de la barrera protectora ácida que posee.
Ismael Sánchez, médico dermatólogo, explica que, para llevar un adecuado cuidado de la piel durante la tercera edad, es necesario tener un control anual con un médico especialista en la piel, para que se realice un tamizaje de lesiones.
Enfermedades más comunes
En los adultos mayores, las enfermedades en la piel son generalmente consecuencia de la exposición a la luz ultravioleta, la cual genera un daño solar acumulado y también son la causante de varios tipos de cáncer de piel.
“Las zonas más habituales en las que se presentan lesiones, son todas las partes del cuerpo que durante los años han sido expuestas al sol, por ejemplo, la cabeza, nariz, frente, pómulos, orejas, el área “V” del cuello y los brazos”, indica Sánchez.
Dentro de las lesiones más frecuentes, se encuentran las denominadas pre malignas, como por ejemplo la queratosis seborreicas y actínicas. Respectivamente, la primera se caracteriza por tener una apariencia similar a una verruga, generalmente es oscura y sus principales causas son el proceso normal de envejecimiento, herencia y exposición a la luz ultravioleta.
La segunda, tienen también como causa principal exposición a luz ultravioleta y radiaciones ionizantes. Se pueden identificar como un parche grueso y escamoso o una mancha pequeña en la piel.
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“Las lesiones a las que debemos prestarle más atención son las que se caracterizan por tener color rojizo o coloración oscura, están elevadas, con capilares y pueden ser propensas a ulcerar. Es importante considerar que cuando la lesiones en la piel no sanan luego del un mes de aparecer y se llegan a ulcerar, se debe recurrir inmediatamente a un dermatólogo, para que el especialista inicie el tratamiento adecuado para sanar el área afectada. Si éstas no son tratadas a tiempo, puede iniciar un cáncer de piel”, asegura Sánchez.
Tratamientos. Los tratamientos para las enfermedades dermatológicas dependen del tipo de lesión identificado por el médico. Generalmente, consisten en métodos que eliminan la lesión como criocirugía, electro fulguración, así como opciones tópicas como quimioterapia o bien una cirugía en caso de ser necesario. Durante el tratamiento médico, es recomendable que el adulto mayor evite exponerse al sol.
Cuidados básicos
Entre los cuidados esenciales de la piel de un adulto mayor se encuentran el uso del filtro solar en crema con un factor de protección mayor o igual a 50. En caso de que se tenga una exposición solar directa, se debe reaplicar el protector cada dos horas y complementar con gorra, sombrero y ropa que cubra las zonas como los brazos y el cuello.
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A la hora del baño diario, se aconseja durar diez minutos máximo y que la temperatura del agua sea tibia. También, es necesario humectar el cuerpo tres veces al día con cremas espesas, que ofrezcan mayor protección, así como usar ropa fresca -no ajustada-, según el clima y que idealmente sea de algodón.
“En caso de que el adulto mayor o un familiar observe un cambio en alguna parte de la piel, debe acudir a su dermatólogo de cabecera para que puedan analizar la lesión y tomar las medidas necesarias”, concluye Sánchez.