Cuando juega ‘Play’ le da rabia si le quitan el control. No aguanta que le pasen por delante del ‘tele’ y menos que le hablen en medio de una ‘misión’.
–¿Me hiciste perder, oye?– reclama al intruso, sin despegar un segundo su mirada de un monitor de 42 pulgadas.
No para. Desde que se levanta hasta que se acuesta se pega a su videojuego y a veces ni come.
Parece una adolescente, pero de eso no tiene un pelo. Isabel Martinotti tiene 81 años y desde hace tiempo, con todos los méritos del oficio, se ganó el título de la ‘Abuela Gamer’.
De nacionalidad argentina, Martinotti se hizo famosa gracias a Youtube, cuando a uno de sus nietos se le ocurrió grabarla jugando uno de sus juegos favoritos: God of War.
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En el primer video de su colección –que se puede ver en el canal Abuela Gamer ARG–, Isabel luce una bata de dormir y a toda costa se niega a entregar el control de su Play Station.
Su nieto viene del trabajo y quiere jugar, pero ella está enganchada con una emocionante partida. Nada la moverá de allí, nada.
En un universo donde los principales consumidores son niños, adolescentes y adultos jóvenes, está claro que Isabel se erige como todo un fenómeno.
La verdad es que da risa verla y sus miles de seguidores la aman por lo cool que es.
“Ché, ¿ no querés ser mi abuela ?”, le repiten comúnmente en las redes sociales.
Otros internautas, sin embargo, no la quieren y hasta la llaman “vieja ridícula”; pero cuando la anciana no está en su ‘loco trance’ y analiza con seriedad su afición por los videojuegos ella sabe como defenderse.
“Esto ejercita el cerebro, sí, por que tengo que resolver cosas en las misiones”, justifica Isabel, en una entrevista que concedió a la agencia de noticias Infobae.
No es que Isabel menosprecie los crucigramas –el típico pasatiempo que suelen recomendar los terapeutas a los adultos mayores–. Ella asegura que alguna vez los completó entusiasmada, pero los videojuegos terminaron por conquistarla.
Su razonamiento no debería sonarnos descabellado. Diversos estudios científicos han demostrado que los adultos mayores podrían obtener beneficios al jugar partidas electrónicas con cierta regularidad.
La mejoría en la capacidad de concentración y la posibilidad de hacer varias cosas a la vez, estarían entre las ganancias que señalan institutos académicos como la Universidad de California y la Universidad Estatal a Distancia de España.
Tampoco es casualidad que en Japón, potencia de los entretenimientos electrónicos, el mercado de videojuegos para adultos mayores haya crecido en los últimos años.
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La empresa Kaikaya, filial de la empresa invent PacMan –Namco Bandai–, desde el 2014 ha construido varios centros de videojuegos dirigidos a adultos mayores.
Se trata de un mercado en plena expansión en el envejecido país, donde para el 2055 casi la mitad de la población tendrá más de 65 años.
¿Alguna diferencia con el resto del mundo? No. En casi todas las naciones del orbe el llamado ‘Invierno poblacional’ no es una palabra nueva.
En consecuencia, que las grandes empresas de videojuegos apuesten por ese sector de la población no debería sorprendernos. Una gran ola, de abuelos ‘enfiebrados’, podría convertirse en una auténtica moda.
“Ofrecemos entretenimiento y así los ancianos pasan el día jugando, divirtiéndose juntos hasta que por la noche regresan a la casa felices. Cansados, pero felices”, aseguró Yoshiaki Kawamura, presidente de Kaikaya a la agencia de noticias AFP.
Pero lo principal no es lo que ofrecen, sino lo que sus clientes experimentan. Para muchos de ellos, literalmente, jugar es un “gimnasio cerebral” y aseguran que juegan para “no perder la cabeza”.
Además, el ‘gimnasio electrónico’ no lo solo ayudaría a la mente. Como ya es conocido, los avances tecnológicos han promovido que los jugadores se levanten de su sillas y se muevan lo más que puedan en la sala.
Para estos efectos está el sensor de movimiento Kinect, desarrollado por Microsoft para su consola de videojuegos Xbox, o el famoso Wii, de Nintendo.
El fisioterapeuta japonés Keizo Sato asegura que ese tipo de videojuegos pueden aumentar la fuerza y la flexibilidad de los jugadores, mientras que la Escuela de Enfermería de la Universidad de California, ha usado la tecnología Wii para crear juegos que ayudan a las personas con Parkinson a mejorar su equilibrio.
Abuela sedentaria.
Pero aunque todo lo anterior suena lógico y hasta necesario para los ciudadanos de la tercera edad, hay que reconocer que la Abuela Gamer no es precisamente un ejemplo de ejercicio físico.
En algunos videos de su canal la hemos visto bailando al ritmo de Guitar Hero, pero siendo honestos no parece ser su fuerte.
Isabel Martinotti es más bien una jugadora sedentaria, un elemento negativo que se le critica reiteradamente a la industria en todos sus niveles. Ella, sin embargo, se aferra a su lucidez mental para defender su afición por lo videojuegos y de vez en cuando agrega un elemento adicional a su discurso: los beneficios familiares que brinda.
Martinotti asegura que su afición por lo videojuegos nació por el deseo familiar de acercarse aún más a su primer nieto, quien pasaba horas de horas frente al Play Station.
“El estaba muy solito, era nieto único. Entonces le compré un ‘Play’ porque me dijeron que le iba a gustar. Como dos años después volví a comprar, pero esta vez dos Play Station, uno para mi pieza y otra para la de él”, confesó Isabel a Infobae.
En poco tiempo, la abuela ya se había acercado a su nieto de una manera distinta. Ambos estaban en la misma galaxia.
“Nadie puede creer las cosas que me ha confesado, que no se las dice a nadie. Parece mentira, pero entrar en el mundo de mi nieto, pudo traer provecho”, comentó.
“Para poderlo criar y orientarlo en la vida ha sido bueno. Los chicos muchas veces se cierran y así no puedes decirle lo que esta bien o está mal en la vida. Eso era lo que le gustaba a él y entonces ahí teníamos que entrar”, reflexionó Isabel.
Luego fue que llegó el vicio. Tanto se enredó con las aficiones de su retoño que terminó convirtiéndose en la Abuela Gamer. La que pasa madrugadas jugando hasta el amanecer y peleándose continuamente la consola con su nieto.
Todas esas discusiones se pueden ver en su canal web. Además, miles de usuarios siguen sus partidas de God of War en vivo y le demuestran su amor cada vez que la octagenaria mujer toma el mando virtual.
“Te amo”, “Sos lo más” o “Quisiera ser como vos cuando sea grande”, son frases comunes en su página de Facebook, donde la siguen 86.000 personas.
Ella sonríe ante los piropos pero responde poco o nada los miles de mensajes de cariño. Obvio. ¡Está ocupada jugando!.
Guiño generacional.
Con la prueba en la mano de que los videojuegos no son solo cosa de gente joven, ¿qué tan fuerte es la apuesta de las compañías por promocionar este producto en las poblaciones mayores?
Pues haciendo a un lado el proyecto de la compañía Kaikaya, existe en Suecia una idea promocional que ha dejado el universo de los gamers con la boca abierta: se trata de los Silver Snipers.
Los Francotiradores de Plata –como se le conocerían en castellano–, es un grupo de cinco jubilados que compiten en las altas esferas de los videojuegos.
El grupo tiene un promedio de 71 años de edad y está integrado por tres hombres y dos mujeres. Se trata de adultos mayores muy joviales, que sin embargo a la hora de los “balazos” virtuales lucen rudos y hasta amenazantes.
Que lo diga su foto oficial de presentación, en la que con caras serias y chaquetas negras se muestran listos para la acción. “Tenemos tiempo para matar”, dice el slogan pintado en su pecho.
El hecho es que en el mundo gamer son la sensación y se les conoce con estos nombres: Windy, Birdie, Trigger Finger, YoungGun y Teen Slayer.
Los Silver Snipers son especialistas en el videojuego Counter Strike: Global Offensive, uno de los más populares en el mundo entero. Miles de fans siguen sus partidas en vivo por medio de la web y por el mismo canal interactúan con chicos 40 o 50 años más jóvenes que ellos.
“Creo que el mensaje es claro; que las olimpiadas electrónicas son para todos, no importa para nada la edad, el género ni la nacionalidad”, dijo Tommy Potti Ingemarsson, multicampeón mundial de Counter Strike al programa BBC Stories.
Ingemarsson, personalmente, es quien entrenó a los Silvers Snipers en su debut en los Dreamhacks de invierno, uno de los festivales competitivos más importantes del mundo.
El resultado en las competencias fue lo de menos. Con la excepción de que Trigger Finger, de 66 años, se enfrentó en la competencia a uno de sus nietos.
El duelo fue muy cerrado y emotivo. Trigger Finger terminó perdiendo solo por un punto.
Pero más allá de la parte anecdótica, lo que es más relevante es lo que existe detrás de la conformación de este grupo. Lo primero que resalta a la vista es un asunto de marketing –pues Silver Snipers es un equipo patrocinado por la marca Lenovo–, y lo segundo, el deseo expreso de que más adultos mayores le pierdan el miedo a los videojuegos.
“Los Silver Sniper tienen un objetivo explícito, el de ampliar la audiencia de los juegos electrónicos, típicamente reservados para otras audiencias. Es un esfuerzo demográfico”, destacó la revista The Vergue.
Mientras eso pasa los Silver Snipers no se detendrán en su deseo de brillar en los campos virtuales más importantes del Viejo Continente. En el mes de octubre el grupo tiene participación en el Paris Games Week, en Francia, y luego en el Eurogamer, en Portugal.
La idea de Lenovo y los Silver Snipers es que el proyecto siga vivo y que eche raíces con relativa rapidez. Las nuevas solicitudes recibidas de todo el mundo, para incorporarse al equipo de adultos mayores, es buena señal.
Sin embargo, los Silver Snipers y sus promotores están conscientes de que no será fácil y que para ello deben seguir trabajando para derribar poderosos mitos.
Eso sí, si nada de lo anterior funcionara, al menos mucho habrán ganado los atrevidos ancianos. Así lo atestigua la Abuela Gamer, desde Argentina, y así lo evidencia Teen Slayer con estas reveladoras palabras: “tengo días en los que estoy frustrada o ansiosa, pero cuando juego me ayuda. Me siento bien después”.
Para ellas es simple: se llama tomar un joystick, prender el ‘tele’ y vivir con libertad la revolucionaria terapia ‘gamer’.