
La Selección de Costa Rica se juega en los dos partidos el boleto al Campeonato Mundial y expertos de la Universidad Nacional calcularon cuál sería el impacto si la Tricolor falla en su objetivo y no clasifica.
Según el panorama actual, Costa Rica marcha en el tercer lugar del grupo C, con seis puntos, dos abajo de Haití y de Honduras.
Muchas personas se preguntan: si la Selección no clasifica, ¿qué pasa? Más allá de la obvia desilusión de los aficionados.
Resulta que esa desilusión tiene un impacto en áreas como la economía y la convivencia de las familias, según indica el estudio de la UNA divulgado este lunes 10 de noviembre.
El análisis tomó en cuenta diferentes aspectos, entre ellos, por supuesto, un posible impacto económico. El académico Leiner Vargas, del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe) de esa universidad, hizo un cálculo de lo que podría perder el fútbol nacional y todo el país.
La Federación Costarricense de Fútbol perdería de manera directa entre $9 millones y $12 millones del premio FIFA. Esa remuneración se distribuye entre todas las ligas (Unafut, Ascenso, Linafa, playa, sala y femenino), y de ahí llega hasta los equipos. Incluso, muchos de los clubes presupuestan esos ingresos extraordinarios, que no podrían obtener en ningún otro momento del cuatrienio.
A esto se le suman el apoyo de preparación (entre $1,5 millones y $2 millones); esta es una cifra que la FIFA otorga a las selecciones clasificadas, para que no pasen penurias una vez que obtienen el boleto.
Hay que añadir los derechos televisivos (entre $2 millones y $4 millones), un ingreso extraordinario por partidos de preparación, que obtienen mayor valor entre las selecciones mundialistas.
Además, el economista Leiner Vargas calculó entre $1 millón y $2 millones adicionales en el rubro de mercadeo (por ejemplo, el atractivo para atraer patrocinadores). Todo eso suma un impacto económico de entre $14 millones y $25 millones de manera directa hacia el fútbol nacional.
Pero también habría un perjuicio indirecto hacia la economía, todavía más grande. El especialista de la UNA determinó que un fracaso de la Sele incidiría en menor consumo en el comercio (entre $25 y $40 millones), publicidad y medios ($8 millones-$12 millones) y en turismo y marca país ($15-20 millones), para un estimado total de entre $50 millones y $70 millones.
Al contrario, la participación de Costa Rica en un Mundial puede ser una bola de nieve positiva, pues alienta a otros sectores de la economía. “Las familias tienden a consumir más, por ejemplo, en la compra de pantallas de televisión para ver los partidos o en las reuniones familiares o con amigos donde se consumen más alimentos y bebidas. Ventas de camisetas o artículos promocionales que pueden beneficiar a negocios minoristas también se pueden ver afectados”, indica la UNA.
El posicionamiento como país en estos eventos suele ser clave también, dada la inigualable vitrina que representa una Copa del Mundo. A raíz de su primera participación en un mundial de futbol en Italia 1990 y en virtud de su destacado papel (logró avanzar a octavos de final contra todos los pronósticos) muchas personas conocieron acerca de Costa Rica, lo que pudo facilitar el interés de extranjeros para conocer y visitar el país, según comenta el estudio.
El economista Leiner Vargas también apunta otro detalle que es muy relevante para la industria futbolera: “Otras consecuencias palpables serían una menor exposición de jugadores en mercados internacionales, reducción de contratos publicitarios y pérdida de valorización de mercado. El ejemplo más destacable en este sentido es el del portero Keylor Navas quien después de su participación en el mundial de Brasil 2014 dio el salto al Real Madrid”.
Impacto social
El académico del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Universidad Nacional, Onésimo Rodríguez, expresó una visión crítica sobre el verdadero impacto social si la Selección no va al Mundial: para él, existe un sobredimensionamiento al respecto.
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“A veces se piensa que sería un descalabro para el país, porque algunas personas asocian identidad nacional o nacionalismo con la selección nacional de fútbol y eso no es así. No digo que no sea importante en términos culturales, pero sí es algo que se sobre magnifica”, indicó.
Rodríguez añadió: “Pero en términos estrictamente identitarios no se pierde nada. Es decir, la cultura no se va a morir, vamos a tener que seguir trabajando al siguiente día”.
Al respecto, el académico destacó que las más recientes mediciones del Idespo sobre el tema arrojan que una de cada cuatro personas no siente apetencia por el fútbol, por lo que no se puede generalizar la idea de ser un tema que a todos les interesa.
Eso sí, el propio estudio recuerda lo que sucedió en Brasil 2014, cuando Costa Rica dio la gran sorpresa y todo el país reaccionó con euforia durante varias semanas.
La UNA también señaló que un foco de preocupación se da en las conductas que se pueden disparar a partir de un resultado futbolístico. Por ejemplo, los picos de reportes por violencia intrafamiliar que suele reportar el sistema de emergencias 911 durante y después de eventos deportivos de gran magnitud.
La UNA cita al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Costa Rica, el cual detalló que las alertas por agresiones en el hogar se incrementan en un 45% durante los partidos.
Otro riesgo que no está cuantificado con precisión, pero que es posible apreciar, está en el incremento de accidentes de tránsito por un mayor consumo de bebidas alcohólicas durante estos eventos.
“Habría que adentrarse en las causas más a nivel social y cultural porque el futbol en sí no es el culpable”, añadió el investigador Onésimo Rodríguez.
Así que todo esto quedará en la balanza en los próximos dos partidos de la Selección rumbo al Mundial. Cuando se trata de las consecuencias, el fútbol es más que un juego.
