Todos esperaban que un pequeño mediapunta fuera la figura de la final, pero esta no estuvo vestido de azul ni entró de titular. Mario Götze necesitó solo una jugada para cambiar el rumbo del juego.
Lionel Messi no apareció, los goles de Thomas Müller no se presentaron y fue hasta el minuto 88 que ingresó quien marcaría la diferencia en la final de Brasil 2014.
Götze sustituyó al atacante Miroslav Klose y este le pudo haber pasado un poco de la suerte de goleador cuando se saludaron en el borde de la cancha.
“ Le dije a Mario: ‘Yo ya he jugado y ahora tienes que hacer el gol’, y lo hizo. Mario es sensacional”, expresó Klose tras el partido.
Su presencia se notó de inmediato en el primer tiempo extra, al darle mayor pausa y control de pelota a la selección de Alemania.
Mas el destino le tendría deparado un premio de lujo al 113’, cuando con dos toques le dio el cuarto cetro mundial a su país.
El jugador más pequeño de toda la selección se convertía en el más grande en el corazón de la afición.
Nada ha sido fácil para este joven de 22 años esta temporada, tanto en el Bayern Munich como en la escuadra nacional ha sido relegado a la banca.
Esto le pudo frustrar luego de un inicio prometedor en el Borussia Dortmund, donde era el eje de su club y prometía ser el referente del fútbol bávaro en el mundo.
Pero ahí se mantuvo con paciencia y sin quejas o lamentos, cada vez que ingresaba cumplía y lo demuestran los 17 goles que alcanzó durante la temporada.
Símbolo. “Gracias a Mario Götze. Super Mario nos pone en el trono del fútbol. Nos manda el cuarto título del mundo”, le agradecen en el sitio web del diario alemán Bild, junto a una foto de su celebración.
Este joven es un símbolo perfecto de la escuadra alemana, que ya no practica el fútbol tosco y cerrado de décadas anteriores.
Götze aún tiene posibilidad de alcanzar otros éxitos, pues su corta edad le permitiría llegar a otros tres mundiales de fútbol.
Aún así este futbolista jamás olvidará a Brasil 2014, ni a esa pelota que superó por centímetros al arquero Sergio Romero.
Pero lo más importante es que cada vez que un alemán vea la cuarta estrella en su camiseta , se acordará de ese suplente de 22 años, que los coronó en el Maracaná.