Costa Rica ante Estados Unidos no fue tan ofensiva como Gustavo Matosas lo pregonó desde su llegada al banquillo patrio.
“A mí lo que me gusta es el equipo que proponga, que tenga la pelota”, afirmó el charrúa una y otra vez en diferentes entrevistas, pero con 15 días de trabajo todavía no logra esto con la Sele.
La Nacional tuvo un primer tiempo aceptable en el que administró por lapsos la pelota y consiguió sacar remates de larga distancia; no obstante, careció de profundidad por los costados y José Guillermo Ortiz, quien fungió como centro delantero, no tuvo apoyo.
En la primera etapa, Costa Rica solo logró tres disparos, de ellos únicamente uno fue directo; no obstante, no generó ninguna exigencia al arquero norteamericano.
Las subidas por las bandas, que fueron un fuerte en los fogueos de noviembre gracias a la labor de Joel Campbell y Bryan Ruiz, no se dieron en el partido ante EE. UU. porque Marvin Loría y José Rodolfo Alfaro apostaron por el juego seguro y no la picardía.
De hecho, el técnico Matosas declaró en la conferencia de prensa después del encuentro, que buscó refrescar las bandas con el deseo de ser ofensivo; sin embargo, en cancha esto no se vio reflejado.
En el segundo tiempo, la Tricolor no tuvo una sola llegada de peligro y el cuadro nacional más bien se replegó para evitar que los norteamericanos llegaran a más dianas.
Los jugadores son conscientes que hay mucho trabajo por realizar, pese a que el primer tiempo los dejó conformes.
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“Estamos satisfechos con el primer tiempo, pero ahora hay que respaldar a los debutantes. A mí, Bryan Ruiz y Celso Borges me decían que me fuera bien, que pidiera la pelota y eso es lo que intenté hacer con los compañeros, como Alfaro y Araya”, mencionó Allan Cruz.
El arquero Esteban Alvarado resaltó el parado del cuadro en la inicial, empero también señaló que en la segunda parte se cambió la transición rastrera por el pelotazo y eso afectó.
“El equipo estaba bien en el primer tiempo, pero empezamos a tirar mucho pelotazo y eso nos generó problemas. El grupo está bien, siento que lo hicimos de buena forma, sabíamos que era un examen y había que tener personalidad”, dijo.
Según reveló Jonathan McDonald, en los entrenamientos previos al encuentro el cuerpo técnico lo que le solicita a sus ofensivos es presión alta, estar siempre perfilado de cara al marco y ser un apoyo para los volantes.
Cuando José G. Ortiz actuó se le vio la disposición de presionar y marcar la salida, además hizo muchos movimientos a los volantes quienes tardaron en filtrar los balones.
Por su parte, cuando ingresó McDonald, el manudo no pudo asociarse de forma efectiva con Alberth Villalobos y Jean Scott; ambos extremos si acaso tocaron la pelota tres veces en los minutos que jugaron.
De momento no se nota la Selección ofensiva que prometió Matosas, pero es claro que el experimento era complicado desde el inicio por la poca preparación previo al cotejo.