--¿Cuál fue la sensación de volver al triatlón el domingo?
La palabra sería feliz, uno se reencuentra con gente, ambiente, también otra cosa que me di cuenta fue que tantos años después uno tiene el chip integrado, como en automático, en transiciones y eso. Fue sentirme en casa.
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--¿Qué pasó durante el proceso de maratón?
El proceso inició bien, estaba dentro de un objetivo para tratar de cumplir la marca olímpica que para aquel momento era 2:19 minutos, después vino la super maratón de Eliud Kipchoge y se bajaron las marcas en atletismo, especialmente en maratón. Pasamos a 2:11. Muy humildemente vimos, mi entrenador y yo, que ya el proceso era difícil en 2:19 y cuando lo bajan más. No iba a ser congruente mandar un mensaje que iba a lograr marca de ese calibre, más cuando la mejor marca de Costa Rica, con José Luis Molina, es 2:13:23. No quería mandar un mensaje incorrecto y sensibilizar que todavía tengo patrocinadores a los que debo defender con retorno y la mejor posibilidad era volver al triatlón. Ahí todavía existe un check por hacer, el de larga distancia, tal vez encontré esa puerta para cumplir un objetivo muy personal.
--¿Antes de que se diera la nueva marca no se estaba tambaleando el proceso?
No, estuvimos entrenando volúmenes planificados, volví a correr media maratón a 1:03, pero cuando salió público la marca para Tokio y para Panamericanos nos dimos cuenta que el panorama había cambiado. Había que ser realista y humilde, sobre a todo con patrocinadores, nos debemos a ellos y a la gente que a uno lo sigue. Era un llamado a ser realista.
--¿Le dolió renunciar a esa meta?
No, creo que dolor no. Sigo cercano al deporte, me siento todavía con muchas ganas de entregar todo el rendimiento posible, ya sea en un deporte u otro. Es importante mandar un buen mensaje a todo el grupo que manejo de triatlón, lo veo de forma positiva. Lo veo como un cambio de planes que puede ser de momento, no sé si luego correré maratón, pero en el momento que cambió la marca había que ser realista, por eso se tomó la decisión.
--¿No se trajo el ánimo abajo?
Jamás. Más bien uno crece como persona cuando ve las cosas de forma más realista, toma decisiones congruentes. No me doy por menos por tomar esa decisión. Di un paso al lado para intentarlo de la misma forma, con disciplina, carácter y entrenamientos en larga distancia de triatlón, que eso es en lo que me ha ido bien en la vida.
--¿Pero no pensaría más en maratón para proceso olímpico?
No, creo que solo a nivel personal. Buscar una marca olímpica o buscar esa marca, como me lo dijo un entrenador, habría que quitarse ocho años de encima y tener otros de proceso. Por eso veo más claro el panorama de larga distancia, el triatlón lo sé hacer bien, hay mucho por entregar.
--¿Tiene planeado próximamente una carrera?
Lo único que me falta es hacer larga distancia, full Ironman. Estamos empezando a construir al triatleta Leonardo Chacón para larga distancia, soy amateur en esa distancia. Son muchos kilómetros de entrenamiento, el evento de San Carlos era distancia media y fue bueno en lo que se proyecta a meses próximos, después buscar distancia de medio Ironman y tal vez a inicio de 2020 buscar uno de full distancia.
--¿El proceso fue mucho más difícil de lo que imaginó?
Creo que uno debe respetar los deportes cuando son diferentes a lo que uno ha hecho toda la vida, pensé que por ser atleta olímpico de triatlón sería algo a lo que me podía acostumbrar o adaptar de forma rápida, realmente lleva un proceso mental y físico alto. Estaba logrando consolidar buenos entrenamientos, pero cuando se establece un proyecto tan grande y luego cambia, sabía que iba a ser muy muy duro. También por el hecho de querer sentir competición, de estar junto con el grupo y demás, también entendí que el triatlón sigue siendo gran posibilidad, sobre todo el objetivo de hacerle check a larga distancia.
--¿Su sinceridad lo ha hecho tener las buenas relaciones con sus patrocinadores?
He llegado a entender que cuando se establecen este tipo de relaciones cuentan no solo resultados, también la imagen que podés proyectar y que sea congruente con valores de las empresas. He topado con empresas que fortalecen eso, no solo ven al atleta que debe rendir siempre, sino el que se esfuerza, hay altibajos y siempre hay que luchar de una u otra forma, proyectar su producto o servicio de una forma real, no forzada. Así me he ido moviendo y he encontrado en Electrolit, Las Catalinas y Adidas la combinación perfecta, tanto para ellos como para mí.
--¿Cuál fue la mayor enseñanza de intentar hacer maratón?
Como vos decís, fue solo un intento, tal vez eso queda ahí. La gran enseñanza o beneficio son todos esos kilómetros que corrí, son beneficio para mí en larga distancia y este fin de semana lo sentí.