Tadej Pogacar, quien era el niño más pequeño de estatura entre sus compañeros y que empezó a interesarse por el ciclismo, vibrando por televisión con corredores como el español Alberto Contador y el luxemburgués Andy Schleck, ganó este domingo el Tour de Francia.
“Sólo soy un chico de Eslovenia que tiene dos hermanas y un hermano. Me gusta divertirme y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Ya son dos grandes vueltas en las que acabo muy bien. Mi capacidad de recuperación desde el punto de vista genético es muy destacable... Imagino que le tengo que dar las gracias a mis padres”, bromeó Pogacar quien este lunes cumplirá 22 años de edad.
El esloveno (87:20:05) admitió que ganar el Tour de Francia le cambiará la vida, “aunque quiero seguir siendo el mismo, entrenarme y correr con el mismo espíritu”. Nunca pensé en este maillot porque es la carrera más importante del mundo, pero mi equipo (UAE Emirates) tenía una gran confianza en mí y me convencieron de que podía hacerlo", añadió.
El sábado antes de la contrarreloj era segundo, pero tuvo un gran día logrando aventajar a su compatriota Primoz Roglic en 1:56 para arrebatar el maillot amarillo, que contaba con una ventaja de 57 segundos antes de la etapa.
“Como todas las contrarrelojes, en las que luchas contra ti mismo, empecé algo nervioso, pero lo he dado todo. Conocía el recorrido, sabía donde podía recuperar y dónde acelerar”, explicó Pogacar, que recientemente ya había batido a Roglic en la ‘crono’ del campeonato esloveno.
El recorrido era diferente, pero era bueno tenerlo como referencia. Me decía que si tenía un buen día podía pelear con él. Al final, yo tuve un gran día y él un poco menos”, recordó.
Para los aficionados al ciclismo, no es la primera vez que escuchan hablar de Tadej Pogacar, un joven al que su director en el UAE Emirates, el español Joxean Matxin, le define en todas las entrevistas como “un puto crack”. “Es la perfección hecha ciclista”, suele repetir.
Primeros pasos. Su nombre comenzó a sonar hace dos años cuando ganó el Tour del Porvenir, la versión juvenil de la Grande Boucle y en la que suelen destaparse todas las estrellas futuras.
Pogacar destaca por su manera agresiva de correr: “En su primer Tour, cualquiera se hubiese quedado a rueda de Bernal, Valverde... y a ver qué pasa. Pero Tadej no tiene miedo a nadie”, dijo a la AFP su primer entrenador Miha Koncilja, para quien esta mentalidad se forjó en las categorías inferiores.
‘Tamau Pogi' como aún le llaman en casa (‘pequeño Pogi’) comenzó la bicicleta a los nueve años. “Tadej jugaba al fútbol, pero como su hermano mayor hacía ciclismo, quiso probar también”, recuerda el entrenador. Al ser muy pequeño tardó varios meses en que le encontrasen en su club una bicicleta adaptada a su altura.
“Como era mucho más pequeño que los niños de su edad, 10 o 15 cm menos. A los 12 o 13 años, era imposible pelear contra los otros. Debía luchar sin límites para mantenerse en contacto con los otros”, dice el técnico que ha visto la explosión del ciclismo esloveno en los últimos años.
En este Tour, pese a la aparente superioridad de Roglic y de su equipo, el Jumbo-Visma, Pogacar no se cansó de repetir que atacaría siempre que pudiese. “La pelea por el amarillo no ha acabado”, decía etapa tras etapa, hasta que el sábado asestó el golpe que le dio el liderato y el triunfo en las clasificaciones general, la de loas jóvenes y la de montaña.
Nada parece que pueda detener a Pogacar, que destaca que la bicicleta “no es solo su trabajo, sino su estilo de vida”. Un estilo que comparte con su novia, Urska Zigart, también ciclista profesional y que se encuentra disputando actualmente el Giro de Italia femenino.