Ser el pionero del drifting o los derrapes en el país no fue sencillo para el piloto Mario Brenes, quien desde hace 14 años aprendió esa disciplina casi que en forma empírica, observando videos y practicando en una rotonda en su natal Cartago.
Para tener su Corolla acorde con ese deporte, tuvo que realizarle diferentes modificaciones con el fin de que el vehículo pudiese deslizarse y cumplir con el trazado que le permitiera aprender a mejorar su técnica, a pesar de que muchos lo veían como un loco y no entendían lo que hacía.
Es por eso que Brenes se siente orgulloso de haberse mantenido constante, tanto a nivel nacional como internacional, y estar a a punto de revalidar su título nacional, tras cumplirse el domingo antepasado la tercera fecha del campeonato, en el Circuito Grupo Sur del Parque Viva.
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Actualmente Mario (Toyota Supra) contabiliza 248 puntos, seguido muy de cerca por Daniel Quirós (Nissan 140SX) con 233 unidades, Michael Barahona (Nissan 350 Z) con 194 unidades y Allan Vargas (Toyota Corolla 188 puntos). La fecha del domingo antepasado fue para Quirós con 116 unidades, mientras que Brenes, por problemas mecánicos, fue segundo con 105 y Barahona tercero con 95.
La final quedó programada para diciembre.
“Desde hace 14 años empecé a incursionar en el drifting mirando videos, pues en los Estados Unidos ya se practicaba. Me gustó por el estilo diferente y el reto que significaba aprender a derrapar, por lo que siempre intenté practicarlo en el entonces Autódromo La Guácima, hoy Parque Viva”, dijo Brenes.
Los amantes del drifting deben superar un trazado derrapando su vehículo, demostrando pericia al volante para ejecutar las maniobras sin errores, superando a un rival que busca hacer los trucos mejor que su oponente.
El conductor oriundo de Tejar de El Guarco, en Cartago, aseguró que al principio la gente no entendía el propósito de su disciplina e incluso contó una anécdota donde lo corrieron del entonces Autódromo La Guácima.
“Todo fue un malentendido, pero sí, me corrieron de La Guácima. Yo le había pedido permiso de practicar drifting a Carlos Rodríguez, quien entonces era el dueño. Sin embargo, en una ocasión, antes de un Car Show, llegué y empecé a hacer unos trompos. Me mandaron a sacar aduciendo que estaba haciendo loco dentro de la pista”, recordó Brenes.
Durante cuatro meses, Mario no pudo entrar con su vehículo a La Guácima, hasta que en una ocasión volvió a conversar con Carlos Rodríguez y su hermano Alfredo, con quienes arregló el malentendido y pudo volver a demostrar sus habilidad en el drift.
Para a realizar los diferentes trucos, Mario tuvo que alterar su carro, con el fin que pudiera ejecutar las diferentes maniobras, aunque no fue sencillo porque en Costa Rica los repuestos y las partes del automóvil para competir en drift no se conseguían.
“Empezamos con nuestra propia receta casera para realizarle modificaciones a mi vehículo. Primero debía ser de tracción trasera, después usamos resortes más duros en los suspensión y finalmente soldamos en diferencial para lograr tracción en las llantas traseras para lograr los derrapes”, explicó Brenes.
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El hábil piloto explicó que hacía derrapes mucho antes que saliera la película Rápido y Furioso, Reto Tokio, en el 2006, contrario a los que muchos piensan, por lo que tiene claro que muchas escenas del filme son imposibles de realizar en la vida real.
“Es cierto que la película permitió que el drift se diera a conocer aún más, a pesar que ya era un deporte muy activo en los Estados Unidos, pero como nosotros ya lo practicábamos, también nos permitió analizar esa película y tener claro que habían escenas que eran imposibles de hacer como el caso de drift en una de las vías de un parqueo”, explicó Brenes.
Mario también recordó que poco a poco su disciplina empezó a tomar auge en el país, al punto que hace cuatro años se organizó el primer campeonato nacional y además a tenido que la oportunidad de enseñarles los secretos del drift a experimentados pilotos como Amadeo y Javier Quirós, André Solano y José Andrés Motalto, estos dos últimos de los escuderías Chevrolet y Suzuki, quienes competieron en el CTCC.
“Hasta el momento han sido muchos años de ser perseverante en esta disciplina. Estamos muy cerca de lograr otro campeonato y la verdad me siento muy orgulloso. Físicamente nos hemos preparado muy fuerte, realizamos crossfit y otras rutinas para soportar hasta 335 grados de temperatura en al cabina del auto. Este deporte es muy demandante, por lo que nos sentimos felices de poder pelear el campeonato con tan buenos pilotos”, expresó Brenes.