No son los mejores días del delantero Jonathan Moya: medio año después de la muerte de su padre en un accidente de tránsito, quedó despedido del FC Anyang coreano por conducir en estado de ebriedad.
El club coreano, cuyo propietario es el alcalde de Anyang, Choi Dae-ho, ya había dado muestras de tomarse muy en serio lo ocurrido. Apenas se conoció la detención de Moya, aseguró haber confirmado los hechos, informado a la Federación de Fútbol de su país y activado “los procedimientos disciplinarios apropiados”.
El club dejó ver que no es el primer episodio con Jonathan, al asegurar que tomaría medidas “después de descubrir los hechos detallados, como los antecedentes de conducir ebrio”. La decisión no se hizo esperar demasiado: Moya fue sorprendido por la policía el domingo, el Anyang lo admitió el lunes y este martes se anunció su salida anticipada después de una sesión de su comité de recompensas y castigos.
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“FC Anyang es profundamente responsable de este problema. Haremos todo lo posible para evitar que esto vuelva a suceder mediante la educación y la gestión exhaustivas de los miembros del FC Anyang. Una vez más, nos disculpamos sinceramente por preocupar a los ciudadanos y fanáticos de Anyang con estos problemas desagradables”, había señalado el equipo en un comunicado previo a la decisión de romper el contrato con el nacional.
El atacante nacional también se había disculpado este lunes en sus redes sociales, admitía haber tomado una mala decisión, se confesaba avergonzado y a la espera de lo que pudiera venir.
“Es todo culpa mía y aceptaré las consecuencias que esto conlleve. He recibido mucho apoyo durante estos años en Corea y lamento la decepción que les he causado a todos”, escribió el tico a la espera de una decisión.
Su vida ha sido un vaivén de emociones en los últimos meses, con festejos en el terreno de juego y sinsabores fuera de él. Goleador del equipo con cinco tantos en cinco juegos del presente torneo, según destaca aún el Anyang en su página oficial, Jonathan Moya ha tocado fondo más allá del campo de juego.
Apenas hace seis meses y medio sufrió la muerte de su padre, don Juan Luis Moya (60 años), a quien no pocas veces se abrazó en los festejos de gol subido en la malla que separaba la gramilla del Morera Soto con la gradería popular. Quien muchas veces fue su inspiración falleció en setiembre en un accidente de tránsito, al chocar en motocicleta contra un automóvil, cuando viajaba por la ruta 606, en La Guaria de Guacimal de Puntarenas, a las 2:40 p. m. del 18 de setiembre del 2022.
“Te me fuiste muy rápido, cómo te voy a extrañar”, escribió entonces Moya a su padre. Añadió que “nos dejas un vacío enorme que nunca vamos a poder llenar, pero con la ayuda de Dios y la tuya, de mi mamá, de mis hermanas y sobrinos, vamos a salir adelante, porque algo que siempre nos inculcaste fue la unión y el amor de familia”.
Su éxito en el terreno, incluido el gol anotado tan solo hace cuatro días, en la victoria del viernes por 3 a 0 sobre el Ansan, contrasta con los altibajos personales del atacante. Su equipo es líder invicto del torneo, con 11 puntos en cinco juegos, igualado en la cima con el Gyeongnam FC, en gran parte gracias al buen nivel de Moya.