Con estilos sumamente diferentes en el banquillo, Valdeir Badú Vieira y Jorge Luis Pinto dejaron su huella en Liga Deportiva Alajuelense. Ambos cosecharon alegrías, fueron campeones con su visión de juego y su fórmula para triunfar.
El brasileño y el colombiano son perfiles de técnicos muy distintos, pero tienen algo en común y es que estén donde estén y por más que pasen los años, siempre se encuentran pendientes de lo que sucede en el día a día con la Liga.
Por eso, ninguno de los dos se pudo resistir y no se quedaron callados al ver la modernización del club centenario del que atesoran tan buenos recuerdos.
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Aunque Badú está lejos, en Alemania, la tecnología le permite sentirse cerca y al observar cómo se encuentra en este momento el Centro de Alto Rendimiento en Turrúcares (CAR) sentía que debía referirse de alguna manera al complejo que hoy por hoy pone a la Liga a la vanguardia.
“Leo en estos días y, con mucho gusto, que la Liga Deportiva Alajuelense está de pleno en la era moderna con su CAR. Me alegra por el fútbol de Costa Rica el nuevo proyecto. Como exentrenador de la Liga, me complace recordar el ambiente de nuestro camerino, ese segundo hogar para todos del equipo”, escribió Badú en su cuenta de Facebook.
Ahí añadió que a propósito de eso, algún comunicador y muchos escritores han brindado su visión, impresiones o pensamientos sobre un vestuario.
“Me gusta la reflexión clarividente de mi magnánimo amigo colombiano Andrés Salcedo, quien imagina un vestuario como purgatorio, con los jugadores penando abstraídos entre la abertura y el cierre de las puertas del cielo. Diay, hablando de camerinos, me ocurre que tengo una persistente deuda de gratitud con mi cuerpo técnico en la Liga”, citó.
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Y agregó: “En realidad, no había, y tampoco nos hizo falta el lujo ostentoso que ofrecen hoy vestidores como los del A.C. Milan. Más bien, modestas eran nuestras instalaciones, pero noble de ánimo el grupo de profesionales altruistas que me secundaban”.
Badú mencionó a Juan Diego Quesada Samuels, el Dr. Monge, Cali Chavez, Marvin, Wálter, Marco Castro, Gato Álvarez y Víctor ‘Mingo’ Reyes.
“Gracias a la dedicación de tan auténticos liguistas, nuestro humilde camerino ha sido siempre un rincón de armonía e alegría, todo y cada entrenamiento era una reunión de amigos, cada partido una fiesta, cada viaje un paseo placentero. Sí, algo de suntuoso había por cierto, que es aquel lujo invisible que llena el alma, genera sonrisas y lleva un equipo a jugar bonito: es el compañerismo entre jugadores y cuerpo técnico”.
Por eso, la filosofía de Badú fue en aquel momento -y aún lo sigue siendo-, un poco diferente a lo tradicional, o a lo dictatorial.
“Un camerino sin culpas ni condenas, sin ansiedad ni problemas, sin pizarra y sin regañadas. Cuando yo vuelva a ver Andrés Salcedo (a quien agradezco haberme introducido en el fútbol profesional) le voy a contar que, allá en Alajuela, nuestro vestuario estaba muy, pero muy cerca del paraíso futbolero, cerca del cielo. Mi eterna gratitud a todos esos amigos campeones de la camaradería. Un abrazo de gol a cada uno”, finalizó Badú.
Mientras que Jorge Luis Pinto grabó un video desde Colombia, en el que expresa: “Quiero felicitar a los dirigentes de Liga Deportiva Alajuelense porque han dado un paso trascendental en la historia del club, al construir el Centro de Alto Rendimiento. Se han puesto al nivel de los grandes clubes del mundo, como Corinthians, Flamengo, Sao Paulo, Bayern Munich, Mánchester United, Barcelona y otros que podría nombrar”.
Además, Pinto reseñó: “Que disfruten los jugadores que lleguen y que puedan formar en esa escuela de talentos a grandes jugadores para beneficio del club. Grande Liga”.