En los primeros meses del 2018, el delantero Jairo Arrieta tenía a la mano la cifra de 100 goles en la Primera División del fútbol nacional.
Sus festejos con Guanacasteca, Brujas, Saprissa y Herediano lo ponían, en abril de ese año, a solo siete tantos de la cifra mágica.
Según los números que venía mostrando vestido de rojiamarillo, parecía que el centenario estaba cerca, pero sucedió todo lo contrario.
Arrieta bajó considerablemente su promedio goleador y en los últimos 27 partidos (14 con el Team y 13 con la S), solo ha concretado en cuatro oportunidades, dos con cada equipo.
Esto quiere decir que anota un gol cada 436 minutos, o dicho de otra forma, concreta cada cinco compromisos.
LEA MÁS: Recuento: Del delirio de debutar joven a la incertidumbre de consolidarse en Saprissa
Su eficiencia desapareció. El camino se hizo más largo de lo esperado y hoy está con 97 goles, pero una sequía que continuó en el inicio del Clausura 2019.
El domingo Arrieta llegó a diez juegos oficiales sin marcar. El 21 de octubre fue protagonista de la anotación con que le ganó Saprissa 2-1 a la Liga, pero la acción fue catalogada como autogol de José Miguel Cubero.
Por eso de manera oficial no concreta desde el 30 de setiembre, y aunque estuvo cerca de volver al festejo el domingo contra Limón, otra vez se quedó en blanco.
El delantero protagonizó dos acciones ante los caribeños; la primera fue un remate que cruzó por completo la línea de gol, pero el árbitro no lo validó, y la segunda un mano a mano que le ganó el arquero Dexter Lewis.
“Así es el fútbol, me toca levantar cabeza; en la experiencia que tengo a través de todos los años que he estado jugando, siempre he sido de mente muy positiva y fuerte. Son circunstancias de cosas que me están pasando, voy a levantarme y venir más fuerte”, comentó tras el juego.
La suerte tampoco estuvo de su lado y la afición se lo sigue cobrando, como sucedió en el Apertura 2018.
En ese campeonato Jairo fue criticado muchas veces, sobre todo por fallar una ocasión clara en la final contra Herediano.
Lejos de que las aguas se calmen, la marea sigue en su contra. El domingo tuvo que lidiar con los silbidos que llegaron desde la grada morada.
El atacante no recuerda una racha tan mala, pero asegura que cuando llegan los reclamos, sigue insistiendo.
“Cuando la gente se me viene encima trato de ir y pedir la bola otra vez, nunca me escondo, nunca me he escondido (...). El fútbol es tan cambiante, tan injusto, cuando hacés un gol importante en una final sos el mejor, pero cuando fallás, sos el peor, el más malo” , agregó.
Pese a su promedio tan bajo de goles, el tanto número 100 finalmente podría llegar este certamen... o debería, pues si sucede lo contrario estaría ante una pobre temporada.
“Soy un buen jugador, siempre he sido fuerte y los números míos lo demuestran, estoy a tres goles de llegar a 100”, concluyó.
Colaboró el periodista José Pablo Alfaro.