Saprissa pasó de formar a Celso Borges, Joel Campbell, Óscar Duarte, Yeltsin Tejeda, Francisco Calvo y Kendall Waston, a no tener un defensor de la cantera lo suficientemente bueno para evitar que el club contrate a un suramericano del montón.
El timonel morado, Vladimir Quesada, describe este fenómeno como un “bache generacional”. Quizás es una forma elegante de decir que los jugadores de 19 y 20 años del equipo no tienen la preparación o el talento suficiente para marcar una diferencia en el primer plantel.
Ante este panorama, el gerente del club, Evaristo Coronado, le asignó la reestructuración de las divisiones inferiores al exjugador y técnico, Enrique Rivers, quien en el 2005 fue uno de los encargados de ‘tropicalizar’ el método de trabajo de Chivas para traerlo a Costa Rica.
El nuevo desafío de Rivers es retomar las bases de la estructura azteca para enderezar el rumbo de la liga menor y que Saprissa vuelva a formar futbolistas de otra categoría, que se consoliden con más facilidad al primer equipo y posteriormente salgan al exterior.
“Chivas nos facilitó (en 2005) un manual que se pudiera adaptar a Costa Rica. Lo fundamental para producir jugadores tiene que ver con que las personas que reclutan tengan el ojo suficiente y la mejor percepción posible del jugador que se analice y se quiere tener”, explicó Rivers.
Pero, ¿cómo fue que la producción de jóvenes de la S disminuyó tan notablemente en los últimos años?
Es sencillo de explicar: el club cerró el departamento de visorías que le permitía a Saprissa captar el talento de la zona rural, y varió radicalmente la fórmula que tanto éxito le dio en la era de Jorge Vergara, cuando se plasmó en papel un proyecto similar al de Chivas.
El equipo morado pasó de reclutar futbolistas de todo el país mediante un amplio grupo de visores que se dividían distintas zonas, a cerrar este proyecto y esperar a que les alcanzara únicamente con los jóvenes que llegaran a probarse a la institución.
Los jugadores perdieron roce internacional al eliminar la Copa Saprissa y se mermaron las participaciones en torneos como la Copa Dallas y la Copa Chivas.
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El presente. Rivers se encontró con una realidad muy distinta. Había una división entre el trabajo técnico-táctico y el desarrollo muscular de los juveniles. Y como bajó la participación en torneos internacionales, los jóvenes estaban subiendo las categorías con un menor rodaje.
Sin el departamento de visorías, se produjo una marcada diferencia entre la calidad de una camada y otra. Por ejemplo, los equipos Sub-20 y el Sub-15 tienen pocos futbolistas con los atributos necesarios para afianzarse en el primer equipo.
Mientras que la Sub-17 es más prolífera; de esta camada hay nueve futbolistas en la Selección Nacional.
Desde el primer día, la premisa de Rivers fue mejorar lo que se había hecho en el pasado incluyendo algunas herramientas que antes no existían en el club, como una mejor alimentación, nutrición y trabajos específicos de fuerza desde las edades tempranas.
También regresaron a Saprissa 15 funcionarios de la “era Vergara” (entre técnicos, ‘ojeadores’ y administrativos), se reabrió el departamento de visorías y, en el mediano plazo, esperan aumentar las participaciones en los torneos internacionales e incluso retomar la Copa Saprissa.
El objetivo más cercano es equilibrar todas las categorías. Por ejemplo, fortalecer el equipo Sub-15 que actualmente luce muy débil en comparación a la infantil.
Según Rivers, tomará algún tiempo retomar el camino para tener a los mejores prospectos. Una tarea nada fácil, pues en los últimos años surgieron clubes con la capacidad económica como para ‘robarles’ talentos que antes reclutaban con cierta facilidad. Por ejemplo, el proyecto Wílmer López, representado en Primera por Carmelita.
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Afirma que en la dirigencia liderada por Horizonte Morado existe la disposición de aumentar la inversión en liga menor para enderezar el barco.
“No podemos taparnos los ojos pensando que como es el Saprissa todos los jóvenes van a querer venir acá. Tenemos que convencer a las familias de que su oportunidad es más viable si está en el Saprissa", explicó el director de liga menor morada.
Los talentos más destacados que se reclutaron durante la “era Vergara”
Celso Borges: Debutó en el 2006 con los morados, después de disputar dos mundiales menores. Antes de ser vendido al exterior, ganó cinco títulos con el Saprissa.
Bryan Oviedo. Jugó poco en el Saprissa, pues rápidamente fue vendido al exterior. Oviedo debutó con la S en el 2008 y participó en el Mundial Sub-20 de Egipto en 2009.
Joel Campbell. Debutó en el 2009 con el Saprissa cuando tenía 17 años. Campbell apenas jugó en el equipo tibaseño, pues fue vendido al Arsenal. Aunque empezó en Alajuelense, la dirigencia morada lo convenció de mudarse a las filas tibaseñas a muy corta edad. Disputó dos mundiales menores.
Óscar Duarte. El mundialista de Brasil 2014 y Rusia 2018 hizo sus primeras armas con el Saprissa en el 2009. Luego de ser campeón y de afianzarse, lo vendieron al balompié europeo, puntualmente al Brujas de Bélgica. El zaguero milita en el Espanyol de Barcelona.
Yeltsin Tejeda. Dos veces mundialista menor, Tejeda fue campeón con los morados antes de partir al balompié internacional. El futbolista suma dos citas mayores, Brasil 2014 y Rusia 2018. Debutó con los morados en el 2011.