Desprecios de otros equipos, golpes por descensos y carreras prolongadas sin saber lo que es una celebración; en medio de todo esto se forjó un título histórico de San Carlos en la Primera División.
Basta con repasar los nombres del plantel para darse cuenta que la gran mayoría vivieron momentos amargos, militaron en Liga de Ascenso o no recibieron oportunidad en los equipos dueños de sus fichas. Sin embargo, supieron revertir todo y encontrar los caminos al éxito.
Empezando por el técnico Luis Marín, quien no fue tomado en cuenta en la Federación Costarricense de Fútbol para ningún combinado patrio menor, luego de dos mundiales como asistente de la Sele Mayor. Incluso, al timonel no le abrieron las puertas en otros clubes y fue en suelo norteño donde vivió su primera experiencia al mando de los controles.
El capitán Carlos Acosta es otro ejemplo tangible. A sus 35 años no sabía lo que era levantar un cetro de Primera. Jugó en Segunda con los Toros, eludió descensos con Belén y Carmelita y finalmente tuvo su recompensa.
“Era la cereza en el pastel que me faltaba. Con esta medalla que me llevo para la casa ya me puedo morir feliz, porque mi nombre quedará en la historia. Después de todo lo que pasamos y sufrimos, le queda a uno la espinita de ver a los otros celebrando y solo pedía una oportunidad para tener mi revancha. Sabe riquísimo esto, no puedo ni decir cómo me siento”, agregó el capitán Acosta.
Por primera vez en 83 años un club asciende y se consagra de inmediato en la máxima categoría y 13 jugadores fueron parte de esta gesta.
Acosta, Álvaro Saborío, Aarón Salazar, José David Sánchez, Rudy Dawson, Marcos Mena, Jason Vega, Juan Vicente Solís, Fernando Brenes, Ismael Gómez, Sergio Córdoba, Reggy Rivera y Armando Rodríguez son protagonistas de este cuento mágico.
Mientras que quienes se sumaron al proyecto de Primera, también llegaron con ambición de cobrar revancha.
“Me ha costado mucho esto, debuté a los 27 años, pero nunca bajé los brazos, porque quería salir campeón en algún momento de mi carrera. A San Carlos llegué de último el torneo anterior y hasta pensé que el fichaje no se iba a concretar. Me tocó jugar en Segunda División y le agradezco a Uruguay que me dio la oportunidad en su momento”, señaló Marco Madrigal.
San Carlos también supo elegir talento que en otras instituciones no gozaban de protagonismo. En estas figuras detectaron hambre y oportunidades.
José Luis Cordero y Roberto Córdoba se sumaron a préstamo de Alajuelense, Alberth Villalobos de Herediano, al igual que Esteban Ramírez, quien quedó libre del Team. Mientras que Cristian Martínez se incorporó procedente de Saprissa y finalmente decidió quedarse con los norteños. En Ciudad Quesada sintieron un aprecio muy diferente y tuvieron el rol tan añorado.
“Este título me sabe muchísimo, estoy muy feliz y agradecido con Dios y mi familia. Es mi tercer título, pero en este pueblo y con este ambiente se vive y se disfruta más. Ahora ya soy jugador de San Carlos, me hicieron una oferta, estoy muy bien acá, me han tratado bien y Saprissa no mostró interés en mí. No lo pensé dos veces para seguir, porque se vienen cosas importantes”, afirmó Cristian Martínez.
Marín y los Toros supieron sacar provecho de todo y hasta quienes atravesaron amarguras durante este año con los sancarleños, tuvieron su momento para desahogarse.
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Pedro Leal superó lesiones graves que le impidieron jugar en el Apertura 2018, también dejó atrás el penal que falló contra Alajuelense en las semifinales anteriores y se vistió de héroe en la remontada frente a los florenses en el Clausura 2019. Un instante único para él.
“Acá nos hicieron sentir como profesionales y nos inculcaron a apostar a lo grande. El fútbol da revanchas y momentos que uno añora. Esto es una revancha para todos nosotros y nos permite demostrarle a toda Costa Rica que este equipo y estos jugadores están para grandes cosas. Así lo demostramos con este campeonato”, dijo Leal.
San Carlos está de fiesta, en medio de sus momentos más oscuros encontró claridad para lograr su añorado cetro.