La foto de jugadores de Cartaginés posando con su exequipo, Herediano, generó tantos comentarios en redes sociales que la “discusión” llegó hasta la redacción de este diario.
El resultado es el mismo, algunas personas lo ven normal, sin ninguna falta de respeto, mientras otros consideramos lo contrario.
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Posar con el equipo rival es innecesario e irrespetuoso, pese a que esa no fuera la intención de Heyrel Saravia o Jonathan Hansen.
Tampoco imagino que exista un doble propósito de los futbolistas florenses, pero hay otras formas para mostrar agradecimiento.
Una foto oficial un minuto antes de disputarse el partido no es la manera más acertada. Por eso Cartaginés reaccionó con unas disculpas, sinceras o no, pero reaccionó.
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Los aficionados blanquiazules tienen que soportar los típicos chistes en su contra, un club en crisis cada nada, y además esto.
Estoy de acuerdo con quienes dicen que el fútbol debe llevarse en paz. Sin embargo, también es competencia, es darse a respetar y el equipo de la Vieja Metrópoli muchas veces ha padecido de ello.
Desde mi punto de vista ningún futbolista debería tomarse una foto de este tipo vistiendo otros colores. Ni Esteban Ramírez, quien le juró amor eterno al Team.
Pero mucho menos uno de Cartaginés, porque aunque esto no ponga en duda el profesionalismo en la cancha, sí pudieron ahorrarse la polémica con quien les da de comer.
Me pregunto cómo reaccionarían los seguidores de Herediano si Rándall Azofeifa se hubiera tomado la misma foto con Saprissa previo a un enfrentamiento entre ambos.
¿Por qué antes no se hizo tanto alboroto, como cuando fue el turno de Daniel Cambronero? Porque, con todo respeto, no es lo mismo un club prácticamente sin afición a uno que pese a su eterna sequía lo siguen muchas personas.
La gran pregunta es si Leonel Moreira posará con el plantel rojiamarillo en la fecha 8, cuando la Liga visite a Herediano en el Rosabal Cordero. No debería.