Jonathan McDonald no encuentra una explicación lógica para lo ocurrido el sábado pasado en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares, cuando su hermanito Maikell recibió insultos racistas por parte de un grupo de familiares de los jugadores de Saprissa, mientras se disputaba un clásico de liga menor, correspondiente a la categoría U-10.
Cuenta que ese día salió de la zona de camerinos y cuando se dirigía hacia la cancha paró en varias ocasiones porque los niños saprissistas le pedían fotos. Esa escena se repitió mientras tranquilizaba a Maikell, tras la engorrosa situación.
“A veces el fanatismo y un escudo no nos hace pensar con claridad. Mezclamos los sentimientos de frustración, odio y demás, simplemente por un escudo y no conocen a la persona ni mucho menos, entonces, la verdad que sí, eso pasó. Niños que jugaron contra mi hermano pidiéndome fotos y eso es lo lindo del fútbol”, expresó el atacante.
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En Saprissa indicaron que harían una investigación sobre lo sucedido y Mac espera que los niños no paguen por los errores de sus padres.
🎥 Jonathan McDonald sobre lo sucedido con su hermanito Maikell: "No es algo que yo vaya a tener contra el saprissismo, son cosas que pasan, que pasaron, que no deberían...". Observe el video completo y saque sus propias conclusiones. pic.twitter.com/ay1O865fiT
— Fanny Tayver Marín (@FannyT_LN) September 18, 2019
“Al final y al cabo me dolería mucho que saquen a los niños por los papás, porque tampoco quiero decir que deberían sacarlos, porque no quiero ser yo el que trunque o pueda truncar u obstaculizar el futuro de un niño, jamás. Me duele por los niños si es que los van a sacar, pero ellos como adultos también tienen que afrontar la situación”, comentó.
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Jonathan había tratado de mantenerse al margen, pero el martes, después del sufrido triunfo de Liga Deportiva Alajuelense contra Limón (2-1), el futbolista pasó por zona mixta a las 11:35 p. m. y a esa hora aún habían medios de comunicación esperándolo.
La primera consulta de rigor fue sobre los insultos racistas contra Maikell, quien por cierto, como siempre, estuvo presente en el Estadio Alejandro Morera Soto, viendo jugar a su hermano.
“Yo la verdad que quisiera decir muchísimas cosas, es un tema en el que yo como padre quisiera expresar, yo como hermano quisiera decir tantas cosas, pero la verdad es que quiero mantenerme un poco más al margen de la situación, yo creo que la prensa ha hecho bien en denunciar las cosas, en hablar, yo prefiero que ustedes sean los que hablen, porque yo puedo decir algo y puede ser que me salga del hígado, o no sé dónde y pueda ser perjudicial para mí después”, indicó.
Sin embargo, después de eso, se sinceró.
“Me duele como ser humano primeramente, me duele que sea a mi hermano, pero yo lo único que puedo decir es que por favor dejen a mi hermano forjar su propia carrera, su propio nombre, sé que va a ser difícil, porque viene creciendo bajo la sombra mía y lo van a tratar de hacerlo ver como si él fuera yo y no... Él es otro niño, él tiene actitudes y aptitudes diferentes, tiene cualidades y otras cosas mejores que yo”.
El atacante alzó la voz y envió un mensaje claro: “Yo les pido de corazón a los padres de familia y aficionados de los otros equipos, hasta a los mismos compañeros de él y entrenadores de los equipos rivales y del equipo de él, que lo dejen crecer como niño, que lo dejen disfrutar, que no porque haya yo tenido un pasado complicado, y mi nombre lo relacionan con el de él, él tenga que ser criticado como me critican a mí”.
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Lo de los insultos racistas no es nuevo para Jonathan, porque constantemente los sufre, pero considera que ya la situación fue más lejos.
“Yo la verdad es que a veces llego a la casa frustrado después de un partido donde recibí insultos y me duele y me cuesta, ahora imagínese a un niño de diez años, es algo que la verdad me entristece muchísimo. Yo ese día estaba entrenando ahí y no sabía ni qué hacer, obviamente que uno sí se tiene que comportar, porque la figura pública es uno y la cara mía es la que sale y la cara de mi hermano es la que aparece, pero la de los padres que hicieron eso se mantiene en secreto y es lo que más lamento".
Dicha situación también le trajo recuerdos duros.
“Lo hicieron vivir una etapa que yo la viví después de los 19 años o 21 años, cuando recibí mis primeros insultos en un estadio y a él lo hacen brincarse esa etapa, ese mal momento que lo hicieron vivir, pero de estas cosas él tiene que aprender también. Le tiene que servir para forjar su propio carácter y saber que va a ser difícil y que si él quiere crecer y llegar a ser alguien en el fútbol de Costa Rica tiene que aprender a vivir y a crecer con esa situación”.
- ¿Los golpeó mucho en su núcleo familiar?
Sí, es una situación complicada, la verdad es que a veces uno quiere dejar a la familia de uno un poco más aislada del ojo mediático para que ellos puedan vivir una vida más tranquila, sin tanto foco y al pasar esta situación, obviamente es una exposición para él.
Yo sé que él trata de tener días normales, pero es un daño psicológico irreparable lo que pasó, es algo claro.
A veces nos piden ejemplos a nosotros y qué ejemplo le podemos dar nosotros como padres a nuestros hijos, lo hablo yo como papá, no como hermano de él, sino qué es lo que estamos creando para la sociedad.
Eso es un llamado a conciencia a todos los que somos papás, de qué hacemos en casa, qué es la educación, qué es lo que hablamos frente a nuestros hijos, qué es lo que hacemos frente a nuestros hijos, que es lo que les enseñamos, no podemos pretender que un profesor eduque a nuestros hijos, o que viendo un partido de fútbol nosotros los jugadores eduquemos a los hijos de los demás.
Yo como padre tengo que decirles si está bueno o está malo, si en una película o en una serie sale algo inapropiado que yo creo que no es bueno, tengo que decirle, eso no se hace, o por favor deje de ver eso, que no me gusta que vea eso porque puede traer consecuencias a futuro.
Pero hay que afrontar las cosas como tal y la verdad que nos golpeó mucho, nos dolió. Sabemos que el fútbol es así y esto a él le va a servir, porque de golpes así, nosotros como familia nos sabemos levantar.
- ¿Cómo fueron los días después de Maikell?
Creo que normales, él trató de tener un día normal, de ir a la escuela normal, de participar en las actividades patrias en el 14 y 15 de setiembre.
Yo sé que le puede doler y molestar, pero somos una familia que es futbolera 100%, que tiene ya generaciones. Mi papá jugó, mi hermano mayor jugó, yo también y pues él viene atrás y sabemos cómo manejar estas situaciones a lo interno.
Sé que mi papá y mi hermano han hablado muchísimo con él, mi mamá también y yo de mi parte también y sabemos de que en momentos así el núcleo familiar es donde se resuelven este tipo de cosas, no saliendo a querer exigir sangre o cabezas.
Yo también tengo que agradecerle al presidente de Saprissa (Juan Carlos Rojas) y a la gente de Saprissa por lo que está haciendo, por lo que ha hecho, porque es un tema que lamentablemente nos tocó a nosotros.
No quiero generalizar, tal vez no fueron todos los papás, fueron tres, cuatro, cinco, no sé, pero yo creo que esto nos hace hacer conciencia de qué es lo que estamos dejando para las futuras generaciones de nuestro país.
- Más allá de los comunicados del Saprissa, ¿han tenido comunicación directa con ellos o solo lo que ha salido en la prensa?
No, solo lo que ha salido en los medios. Por lo menos yo no he recibido ningún mensaje directo de alguien directo del Saprissa, pero no tengo el conocimiento si habrá hablado con mi papá, pero tampoco siento que es tan necesaria la disculpa conmigo o con mi papá, es con mi hermano menor, que fue el principal afectado.
Sabemos que esto pasa, que de esta salimos como familia y simplemente seguir teniendo una vida normal y hacerlo a él pensar de que estas cosas pasan, que no deberían, pero que tiene que seguir forjando el carácter y esto tiene que servirle para crecer y no para estancarse.
- ¿Cómo fue ese momento cuando su mamá, doña Ana, lo llamó?
Yo lo vi a él antes del juego y a mi mamá. Cuando salí del entrenamiento pasé viendo si el partido seguía o estaban en el entretiempo y me topé a mi mamá, la vi con cara de preocupación y me dijo vaya hable con su hermano porque lo estaban insultando muy feo y se puso a llorar.
Lo primero que hice fue abrazarlo y lo vi más tranquilo. Después llegaron los compañeritos de él y estuvimos hablando sobre el tema y ya lo vi más tranquilo, entonces tampoco quise hablarle mucho frente a todos, sino hacerlo más privado y él sabe que cuenta conmigo, que siempre voy a estar para él, sea algo bueno o malo que le pase o haga.
La familia de nosotros ha sido muy unida en momentos de crisis y este no va a ser la excepción.
Agradecerle también a la gente por sus mensajes de apoyo, por sus buenos sentimientos y su forma de pensar, que ha sido la mayoría y agradecerles, porque esto no puede seguir sucediendo y por todo lo que nos han hecho sentir bien a la familia.
- Él anotó ese día y se desquitó deportivamente, ¿usted se desquitó con el gol ante Limón, fue un gol para él?
Él tuvo su revancha, esas son las cosas lindas del fútbol, pudo anotar el gol de la victoria y la verdad es que para un niño de 10 años levantarse mentalmente de una situación así y poder anotar, imagínese la felicidad y la fortaleza mental que va a adquirir y que va adquiriendo por este momento.
La verdad no lo veo como una revancha, ni algo que vaya a tener guardado ahí, contra el saprissismo y demás, son cosas que pasan, que pasó, que no deberían, pero tampoco quiero un sentimiento de que quiero una revancha, porque he tenido ese sentimiento de revancha y de desquitarme y la verdad que me ha ido mal cuando tengo eso.
Simplemente que sin rencor, sin nada, afrontar esto y salir como familia.
La otra historia |
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En ese clásico de la categoría 2009 se presentaron los insultos racistas contra Maikell McDonald. El niño de 10 años llegó llorando donde el árbitro a decirle que se iba a salir del juego. El encuentro se detuvo durante seis minutos y después fue él mismo quien marcó el único gol del partido en el último minuto. Y todo terminó con un buen ejemplo. Los papás de la U-10 de la Liga se habían organizado, recolectaron dinero y al final le entregaron un refrigerio a todos los niños que estuvieron presentes en ese partido en el CAR en Turrúcares. |