Dice Jafet Soto que el día antes de ganar la gran final, almorzó un casado en el mercado de Heredia. Todavía hoy en día camina al banco y a la soda. Sabe que genera 'anticuerpos’ entre las aficionados de la Liga y Saprissa, pero no le preocupa, "no pasa de eso”, asegura.
Más distendido, después de levantar el trofeo número 27 del Herediano, Jafet revive los altos y bajos del 2018, en una charla de casi 30 minutos con La Nación.
En frío, después de ganar el título 27, ¿qué análisis hace de lo que fue el torneo, después de venir desde atrás para lograr la corona?
La verdad es que la expectativa siempre es la mejor en Herediano. Si bien es cierto estábamos en una situación complicada, de sextos y con una final de Concacaf en puerta, sabíamos que el trabajo siempre nos dio frutos. Ese fue el mensaje que se le dio al grupo.
¿Recuerda lo que le dijo a los jugadores el día en que asumió el banquillo?
Sí, les dije que la responsabilidad era única y exclusiva de nosotros y que íbamos a salir a jugar, que el equipo estaba formado para jugar. Y creo que los resultados saltan a la vista.
¿Qué cambio sustancial hace en el plano deportivo para elevar el rendimiento del equipo, después de tomarlo fuera de zona de clasificación?
Primero, es indudable que el golpe anímico que nos da ganar la Concacaf, de la forma en que se hizo, nos da la confianza para ganar el título. Sabíamos que podíamos, y que el trabajo en equipo era importante. Le dimos un valor a la táctica. Dentro de las ventajas que tuve fue ponerme de acuerdo con los jugadores de experiencia del equipo y con los más nuevos que ya habían estado conmigo y conocían mi idea de juego.
A veces parece difícil innovar en el fútbol, con tantas tendencias. ¿Qué retoques puntuales hizo para revitalizar el estilo florense y retomar el rumbo?
Yo me enfoco mucho en el video y en la pizarra. También tenía la idea de volver a las bases florenses. Herediano siempre ha tenido ese espíritu, esa entraña de recibir lo que nos habían dado otras generaciones. Este equipo lo retomó y lo puso en práctica. Si la mística fuera carnal, se convertiría en los 28 jugadores que tiene el Herediano en su plantel.
Cuando se presagiaba un ambiente hostil en las series ante Saprissa y la Liga, en la Cueva y el Morera Soto, lo escuché decir que Herediano había ganado en Motagua, en donde el ambiente era aún más hostil. ¿Cuánto pesó ganar en ese estadio para luego sacar el título en Costa Rica y fuera de casa?
Nosotros trabajamos muchísimo la parte mental. Le digo que durante el tiempo en que estuve fuera de la cancha llevé cursos de coaching y los puse en práctica. Trabajé mucho el tema de enviar mensajes subliminales, de tratar de llevar el mensaje del corazón a la cabeza.
¿Algún ejemplo de un mensaje subliminal?
Por ejemplo, lo que contestó Antonio Pedroza sobre el Ricardo Saprissa y el concreto. Es un mensaje. (El mexicano dijo que el estadio Saprissa sí pesa, porque tiene mucho concreto, muchas graderías).
¿Se sentía presionado? Digo, se jugaba toda la temporada y había sido un año intenso.
Cuando uno tiene el apoyo de tanta gente, con la Junta Directiva de Fuerza Herediana y toda la gente que está cerca, se trabaja con mucha tranquilidad.
Pero usted es la cara, ¿igual debe sentir presión por algo?
Yo me presiono solo porque es una forma de dar más. Si yo le pregunto qué cree que estaba haciendo el lunes a las 9 a. m., un día después de ganar el título, ¿qué me diría? A las 9 a. m. vi el video del partido y a las 10 a. m. me estaba reuniendo con todo el nuevo cuerpo técnico. El fútbol es dinámico y no hay tanto tiempo para celebrar.
Imagino que celebró en la calle. Jafet mueve dos sentimientos: amor y odio. Y el día en que se ganó el título había mucho herediano con ganas de celebrar con usted.
El herediano celebró merecidamente. Merecidamente porque esta es una institución grande, que nos ha dado mucho y ahora estamos devolviendo algo de lo que nos ha dado. Pero aplicando mi forma de ver las cosas, yo siento que ya pasó. Mi presente es el hoy.
¿Sigue esa premisa de exigirse a diario, en todo momento, de no dormirse?
Sí, y también siento que este grupo de jugadores y esta administración se acostumbró a pensar en grande. Si uno quiere más, tiene que pasar la página. Hemos roto, junto con nuestros jugadores, muchos paradigmas. Ahora queremos botar ese muro del bicampeonato. Yo creo que en Herediano con poquito logramos mucho.
Leía a un aficionado en Twitter que mostraba su satisfacción porque durante 19 años se acostumbró a que la Liga le quitara jugadores a Herediano, que la realidad del club es distinta hoy en día. ¿Qué opina sobre el sentir del aficionado?
Es ese sentimiento de respeto, de orgullo, de que me siento orgulloso del equipo que tenemos. Eso lo tenemos todos los heredianos, solo que era un sentimiento guardado y del que hoy por hoy nos sentimos orgullosos, de poderlo decir, gritar y vivir.
¿Usted es de los cree que hay más afición herediana de lo que dicen las encuestas?
Sí, solo dentro del estadio había más de 25.000 personas el domingo en que quedamos campeones y afuera mandé a tomar fotos y traje a un especialista en aglomeraciones que me dijo que en la calle había entre 18.000 y 22.000 personas celebrando.
No sabía que había estudiado coaching. Pero hoy por hoy hay un sector que lo ama y otro que lo odia. ¿El discurso de Jafet Soto tiene alguna estrategia detrás?
Lo dejo a tu criterio.
¿Por qué a mi criterio?
No se puede destapar todo el tamal.
¿Dígame algo que la gente no conozca sobre Jafet Soto?
Creo que por lo que la gente ve, una cosa es la percepción y otra es la verdad.
¿Le sirve llevar ese papel?
¿Dígamelo usted?
Después de perder algunos títulos en el banquillo, ¿en qué cambió como entrenador?
Muchas cosas. Yo soy de análisis, de evaluaciones constantes y también de tener personas que me muestren las cosas desde otra perspectiva. Por ejemplo, futbolísticamente hablando metimos dos goles de bola muerta, fuimos más insistentes con balón. Respetamos más nuestro estilo de juego, fuimos estrategas, pero mejorando nuestro propio estilo.
¿Cómo quisiera que lo vea el aficionado de Herediano?
(Piensa) Me gustaría que me vieran como un aficionado que los representa en el fútbol profesional.
Se dice que parte de su éxito deportivo proviene de fichar y planificar desde mucho antes de cada torneo. ¿Cuánto influye contratar a un jugador desde seis meses antes?
Fuerza Herediana tiene un proyecto que elaboré en el 2010. Se planificaron 10 años. Estamos en el segundo quinquenio y sería muy mentiroso si dijera que pensaba que nos iba a ir tan bien. Hemos tenido que tomar a veces la curva. Este torneo nos enseñó muchísimo. El tema de Jaime De la Pava y de Wanchope. Le digo que Paulo César es de los mejores entrenadores que he tenido. Muy serio y profesional. No se le dieron resultados pero así es el fútbol.
Y a usted, que es el que da la cara, ¿qué le enseñó este certamen?
Uno es el que da la cara, pero el trabajo es en equipo. He visto varios debates de la gente que es 'anti-jafet' diciendo que si Medford fue el campeón, que allá o acá. Yo les digo a todos esos que lo que importa es que Herediano tiene su estrella 27. A esos 'higadosos' se lo resumo más fácil: el campeón es Herediano.
A Herediano se le ve como la piedra en el zapato de la Liga y Saprissa.
Te voy a enredar un poquito con la respuesta, pero yo pregunto, ¿qué es más intenso, un Liga-Saprissa o un partido Saprissa Heredia? Yo lo dejo ahí.
Dice que lo deja ahí, pero está dejando entrever que cree que es más intenso un Saprissa-Herediano.
Vos lo estás diciendo. Vea las pasiones y los estadios.
¿Puede que ese sentimiento anti-herediano de un sector de la afición haya nacido por la agresividad de los fichajes que usted realiza?
Lo veo diferente. Yo pienso que es la pasión y el amor que le metemos en Fuerza Herediana.
¿No es difícil para Jafet Soto, que es la cara, lidiar con estos sentimientos?
Nombres, no, no. Yo voy caminando al banco. Voy caminando el mercado. Antes de jugar la final fui comer al mercado de Heredia y me topé con liguistas y saprissistas, y vacilé con ellos. Ellos me decían, ‘se les fue el título’. Yo solo respondía, ‘los partidos hay que jugarlos’. Después de comerme un casado vacilé con la gente de la carnicería y me tomé fotos. Lo que le quiero decir es que aunque yo sea la cara, no pasa de ahí. Habrá unos que ponen en sus medios que perdió Saprissa 2-3 en lugar de decir que Herediano quedó campeón, pero yo no me enojo con nadie, todos necesitamos de todos.
¿Cuál es su reflexión del 2018 que está por terminar?
La verdad es que hay que darle gracias a Dios. Empezamos con un subcampeonato y luego ganamos dos torneos consecutivos en 54 días, un doblete. No sé hace cuánto se consigue un doblete. Se lo dedico a toda la afición de Herediano.