El jugador de Saprissa que más padeció con la tensión que se vivió en la final fue Heiner Mora, quien salió expulsado a los 28 minutos y puso en riesgo la copa 34 para los morados.
Mora cometió una torpeza cuando majó y le tiró un cabezazo a Rándall Azofeifa, por lo que Ricardo Montero le mostró una tarjeta roja.
Esa expulsión retumbó en todo el Saprissa, las cosas se iban a complicar al quedar con un hombre menos, se le venía gran parte del planteamiento a los morados y el responsable era Heiner Mora.
“Fue un error, no queda nada más que celebrar con los compañeros y agradecerles por tanto esfuerzo y trabajo que hicieron en el terreno de juego, estoy muy agradecido con ellos”, detalló Heiner Mora.
El zaguero tuvo que irse al camerino a observar cómo, en primera instancia, Michael Barrantes ocupaba su lugar y después Jaikel Medina tomaba su puesto en la zaga.
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Los minutos pasaron y la situación empeoró, pues el partido se fue a tiempo extra, con lo que el desgaste de tener un hombre menos podría haber pesado para los tibaseños y una derrota iba a señalar directamente a Mora.
Al final, pese a su error que comprometió al equipo, el zaguero tuvo un final feliz para su pesadilla, pues los penales le sonrieron al Saprissa y su error quedará como una simple anécdota.
“Henrique Moura me dijo que estuviera tranquilo, que fue un error, que celebre y disfrute”, explicó Heiner Mora.
Vladimir Quesada tuvo que rearmar su equipo durante la marcha, pero en la tanda de penales tenía un nombre grabado en la cabeza y era el del defensor.
“Tomé mi saco antes del último penal de Herediano porque algo me decía que el penal iba afuera y lo único que tenía en mente era correr hacia donde Heiner, lo conozco desde que era un niño, lo tuve cuando estuve en Santos de Guápiles”, confesó Vladimir.
Quesada no recriminó a Heiner Mora y al igual que todo el camerino morado se fundió en un abrazo con el defensor.