Un joven de 17 años llegó al rescate de Alajuelense para salvarla de un insípido empate ante la Universidad de Costa Rica, este miércoles en el Cuty Monge.
Los manudos ganaron 1-2 gracias al tanto del adolescente Jurguens Montenegro, quien ingresó de variante en la segunda parte (69’).
Había sido una tarde de sufrimiento para el conjunto rojinegro y cuando parecía que le tocaba conformarse con un punto, apareció Montenegro.
El delantero bajó un balón con el pecho y de inmediato le pegó hacia el marco para vencer al arquero Erick Sánchez, en el minuto 93.
Su celebración fue de júbilo y tenía razones de sobra para festejar: anotó su primer gol en Primera División y sacó a su equipo de la angustia.
Los dirigidos por Luis Diego Arnáez venían de una goleada histórica de 6-1 sobre Herediano y el panorama en Desamparados era totalmente opuesto a lo vivido el domingo.
En el papel era un enfrentamiento contra un rival diezmado, que ocupa los últimos puestos del torneo, pero el camino se complicó mucho más de lo imaginado.
Después de 35 minutos con pocas emociones, el portero manudo Mauricio Vargas incurrió en un grave error. Perdió la pelota en el área pequeña cuando intentó quitarse la marca del delantero Francisco Rodríguez y falló.
El atacante académico quedó frente al marco y solo debió empujar la pelota.
Vargas se vio muy mal, pero la culpa también fue compartida con un pase innecesario de Allen Guevara hacia atrás.
Después de ese tanto la Liga tomó el control, tanto así que tuvo tres ocasiones muy claras en un mismo minuto (45’).
Jonathan McDonald pegó un balón en el palo, en el rebote Róger Rojas disparó, pero el arquero Erick Sánchez repelió. En seguida Barlon Sequeira fue derribado dentro del área, aunque el árbitro no consideró que fuera penal.
La Liga se fue al descanso manejando el partido y así regresó. Llegó y llegó, hasta que eso se tradujo en un autogol de Mario Mesén (67’), tras centro de Freddy Álvarez.
El volante también había ingresado de cambio. Los movimientos de Arnáez le dieron el resultado esperado.
Así lo terminó de confirmar Montenegro, convirtiéndose en la figura inesperada en medio de Jonathan McDonald y Róger Rojas, quienes no pudieron cambiar la historia antes.
Un menor de edad le devolvió la sonrisa a los manudos.