Solo por ingresar a la FIFA, en mayo del 2015, Eduardo Li se habría hecho acreedor a una retribución anual mínima de $300.000 que se les pagaba a los miembros del Comité Ejecutivo de ese organismo (unos ¢187 millones al tipo de cambio de este martes, más de ¢15 millones por mes).
Li fue arrestado el 27 de mayo del 2015 en un hotel céntrico de Zúrich, donde había viajado para integrarse como nuevo miembro director de la FIFA. Llegaba allí como representante de la Concacaf, en cuyo Comité Ejecutivo estaría devengando hoy otro excelente ingreso.
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Los máximos dirigentes de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf), a la que había arribado Li en el 2013, reciben actualmente un pago de $125.000, más viáticos. Por pertenecer a ambos organismos, el expresidente devengaría como mínimo $425.000, un poco más de ¢265 millones cada 12 meses.
Precisamente esos $125.000 se los está ganando hoy Rodolfo Villalobos, quien en mayo del 2016 fue designado como representante de la Uncaf en el Comité Ejecutivo de la Confederación, después de que varios puestos quedaron vacantes tras la redada de la Policía en Suiza, donde cayeron Li y el anterior presidente de la Concacaf, el hondureño Alfredo Hawit.
En una entrevista con La Nación, Villalobos señaló que ese monto que percibe por el cargo regional no es una creación reciente, sino que existe desde hace varios años y que ni siquiera tenía conocimiento de su existencia cuando se incorporó a la Concacaf.
“En la anterior reunión un compañero consultó algo de ese pago y yo extrañado pregunté acerca de lo que estaban hablando. Me explicaron entonces que se trata de una compensación anual de $125.000 por estar en el cargo. Pero ya existía, no es que se creó ahora”, dijo.
Aunque lo percibido por Villalobos es un monto considerable, resulta una bicoca a la par del salario del presidente de la Concacaf, quien según una investigación del periódico New York Times, tiene un salario de $1,25 millones anuales.
De acuerdo con la publicación del diario, el canadiense Victor Montagliani, sucesor de Hawit, de Jeffry Web y de Jack Warner (todos acusados confesos), percibió en el 2017 un total de $2 millones de la entidad que preside, gracias a un bono.
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Además, Montagiiani recibe $300.000 de la FIFA por su cargo como vicepresidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado, monto que estaría devengando Eduardo Li en caso de no haber sido arrestado. El periodista hizo ver la contradicción entre el salario del jerarca de Concacaf y el de la FIFA, Gianni Infantino, quien en el mismo periodo devengó $1,6 millones.
El reportaje indicó además que algunos miembros del Comité Ejecutivo de la Concacaf pidieron bonos para completar sus sueldos, pero fueron rechazados. También se prohibieron los viajes en jets privados, hoteles de lujo y limusinas, que eran cosa de todos los días en el periodo de Hawit y sus antecesores.
Millones por poco trabajo. ¿Qué tendría que haber hecho Eduardo Li para ganarse tan cuantiosa suma en el Comité Ejecutivo de la FIFA? Casi nada. Según sus estatutos, con asistir a dos reuniones anuales a Zúrich sería suficiente, aunque se recomiendan unas cuatro.
De no haber sucedido el arresto y posterior procesamiento, Eduardo Li habría entrado también a un plan de pensión de la FIFA y tendría derecho a un bono económico al cumplir los ocho años de estar en el organismo. Se habría paseado en Rusia en una limusina permanentemente, como lo hicieron los entonces directores de FIFA en Brasil 2014 durante las 24 horas del día.
Li también estaría recibiendo $500 por día de servicio a la FIFA y como no se habría destapado los malos manejos, a partir del 2023, en caso de permanecer en el actual Consejo de la FIFA, entraría a formar parte del programa de pensiones de la organización. Por ese concepto, al plan del presidente Infantino se le abonaron $133.028 en el 2016.
Según una publicación de AS.com , la pensión consiste en un pago del 3% de los salarios anuales multiplicados por los años de servicio, una vez cumplidos los ocho años mínimos exigidos. En el caso de Ángel María Villar, expresidente de la Federación Española de Fútbol, a la espera de juicio en su país por corrupción en el balompié, la publicación estimó su pensión en 3,7 millones de euros.
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Las aportaciones a la seguridad social suiza y cargas tributarias por todos los montos recibidos serían cubiertas por la institución, de tal manera que las cifras para los diferentes miembros del ente rector eran y siguen siendo netas.
Al terminar el mundial brasileño, Joseph Blatter, el antiguo presidente, recibió un bono de $12 millones por rendimientos, coincidiendo con el término de su anterior mandato y habría ganado lo mismo en el 2019 de haber continuado en el cargo.
En el caso de la Concacaf, la asistencia a un par de reuniones ordinarias anuales, más las que se realizan a raíz de los torneos regionales (Copa Oro, Concachampions), supondrían unas cuatro citas en Miami, sede del organismo regional. Con eso tendría en su bolsa los $125.000, más las dietas por cada uno de los días empleados en ellos.
Pero igual, entre más reuniones, mejores ganancias. Cada viaje supone dietas que diferentes medios han calculado en $300 diarios para los personeros de FIFA, suma que cancela la UEFA a sus integrantes en las jornadas de trabajo.
En febrero del 2016, en la reunión de emergencia de la Concacaf en el Sheraton Aeropuerto de Miami, las figuras claves del organismo se reunieron para tratar de salvarlo. Según la página gestión.pe, los abogados de una firma de Estados Unidos, junto a auditores y financieros, pusieron en alerta a todos: La organización solo tenía en depósitos bancarios $11 millones y $9 millones de ellos eran inaccesibles, pues estaban en cuentas de Islas Caimán a la orden de Jeffrey Webb.
“Esta vez no hubo arenas bordadas de palmeras, ni piscinas de fondo azul celeste –tampoco suites de hoteles cinco estrellas, cuentas de bar abiertas por $25.000 o strippers en la tarjeta corporativa”, relata el sitio de Internet al dar cuenta de la reunión donde se decidió eliminar parte de esos privilegios.
El hotel donde Eduardo Li y seis dirigentes más fueron detenidos la mañana del 27 de mayo del 2015, representaba parte de esa vida lujosa de los mandatarios del fútbol. El Baur Au Lac era el rincón preferido para las noches en el país alpino, sede de la FIFA. Cada una de ellas costaba $580 y con el desayuno subía a $630.
Ni qué decir del St Regis Hotel de Miami, donde se presentó la Copa Centenario 2016 (con equipos de Concacaf y Conmebol y en la que participó Costa Rica). La tarifa más barata ascendía a los $1.000 por noche.
Pero Eduardo Li también era miembro de una de las comisiones de la FIFA, la del estatuto del jugador, en la que fue nombrado el 20 de noviembre del 2013. Por asistir y pertenecer a ellas también los dirigentes reciben remuneración y dietas.
En total, la salida del fútbol de Li –sancionado de por vida por la FIFA- le costó dejar de percibir al menos unos $500.000 al año, alrededor de ¢312 millones en “dinero limpio”.