Doña Julieta Quesada cuenta que al llegar al Estadio Alejandro Morera Soto y cruzar la meta tras completar los cinco kilómetros de la Liga Run, la invadió una felicidad indescriptible.
Para ella fue una sensación de júbilo, como cuando salta de la butaca para festejar un gol de Jonathan McDonald, de Róger Rojas o de alguno de los jugadores de Alajuelense.
Con 78 años y caminando a su ritmo con un bastón que utiliza desde hace un año, ella estuvo presente en la cuarta edición de la carrera de la Liga, prueba que completó con un tiempo de 1:03:52.
“Siempre vamos a la Liga Run, nos gusta porque somos fiebres, en mi casa amamos a Alajuelense y no podemos faltar nunca. Aunque sea de las últimas en llegar, soy de las primeras en inscribirme”, relató doña Julieta a La Nación.
Dijo que quedarse en las cobijas durmiendo un poquito más el sábado era algo que ni pasaba por su mente.
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“Tampoco es que yo haga deporte o actividad física. Solo voy a la Liga Run. Me gusta no faltar porque es la carrera del equipo de mis amores, es un esfuerzo que hago por apoyar a Alajuelense, es algo que me nace por amor a la institución”.
Ese día, doña Julieta madrugó más que de costumbre.
“Nosotros vivimos en Hatillo y le puedo contar que el sábado estaba tan emocionada que me bañé antes de las 5 a. m., porque también teníamos que desayunar e irnos para estar a tiempo. La Liga Run empezaba a las 7 a. m. y estábamos medio sufriendo de camino, porque nos precisaba y sentíamos que el bus iba muy lento”.
Iba vestida con la camisa del evento, con un pantalón negro y zapatos cómodos del mismo color.
Portaba un bolsito rojinegro en el que cargaba agua y su hijo Ricardo Borges iba a su lado, como un guardián.
También muy cerca tenía a su hija Ligia, “pero ella se nos apartaba un poquito para sacar fotos, que es algo que le gusta mucho”.
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“Si le soy sincera, le voy a decir que estuvo muy dura la carrera, tenía dos cuestas muy pesaditas, pero yo nunca me di por vencida. A pasito lento iba y lo logramos. Mi hijo me iba dando ánimos y a ratos me iba remolcando, porque en esas cuestas sin remolque no hubiera podido yo (ríe a carcajadas…).
Y agregó: “En varias ocasiones él me preguntó que si estaba cansada, que si lo estaba que cogíamos un taxi, pero yo le respondí que no, que yo no le iba a fallar a la Liga y que mientras pudiera, seguíamos porque al igual que los jugadores, siempre hay que luchar hasta el final”.
Con ese pensamiento, doña Julieta iba avanzando sobre la marcha.
“Terminé, sí pude terminar y la verdad es que yo hallé más larga la edición anterior que se hizo el año antepasado, aquella Liga Run que salió del City Mall, no sé, pero esta vez me fue bien, me sentí mejor incluso”.
Ella reveló uno de los secretos para emprender ese reto.
“Me puse zapatitos cómodos y a caminar… Gracias a Dios todo bien, lo único que hice fue pedirle a Dios que me diera fuerzas y energías para ver hasta dónde llegaba y pude completar los cinco kilómetros”.
Con mucha sencillez, doña Julieta confesó que lo que no se esperaba es que la gente la apoyara tanto en el recorrido.
“En realidad iba apenada, la gente se portó muy bien conmigo, me alentaban mucho y yo sentía que me ponía roja de la pena por todos los halagos que me hacían, no me parecía que fuera para tanto lo que yo estaba haciendo, pero sí sentí muy bonito y eso me daba como un poquito más de aire para seguir”.
“Yo iba con el bastoncito, ahí, a mi pasito, pero ahí iba. Yo uso ese bastón porque yo estuve mal de las rodillas, dicen que era un desgaste. Hace un año me operaron la pierna derecha, me hicieron sustitución de rodilla y por eso es que lo uso para caminar”, contó.
A finales de mayo se cumplieron los 12 meses de aquella cirugía.
“Los doctores me dijeron que tenía que andar un año con el bastón, pero el problema es que ya me acostumbré y ahora lo voy a seguir usando, creo que ya no me sentiría hallada sin él”.
De esos cinco kilómetros, aparte de las dos cuestas, los últimos 1.000 metros se le hacían largos a doña Julieta.
“Sí, estaba muy cansada en ese momento, en ese último kilómetro, pero al llegar me senté y pasé lo más bien el resto del día. Cuando vi que sí pude, el cansancio se desapareció. Me quedó una gran satisfacción de ver que lo pude hacer, le dí gracias a Dios y a mis hijos que me apoyaron. En el estadio me comí unas fruticas y como nueva”, mencionó.
En algún momento creyó que pasaría un poco resentida o magullada, “pero gracias a Dios no me ha dolido nada, ni el sábado, ni el domingo que volví a Alajuela para estar en el Día del Liguismo, ni en estos días, que he pasado callejeando, yo creo que esa Liga Run en lugar de cansarme me dio más energías”.
"Soy manuda desde la cuna"
“Con mucho orgullo le puedo decir que soy manuda desde la cuna. Desde siempre he sido liguista”, citó doña Julieta.
Hace años ella vivía en Alajuela y cuando ni siquiera existía el Estadio Alejandro Morera Soto, uno de sus pasatiempos era ver cómo los jugadores entrenaban en Plaza Iglesias.
“Lo que pasa es que mi abuelita vivía al frente y entonces yo veía los entrenamientos. Después cuando ya pasaron al Morera, también era muy bonito. Era esa época en la que estaban las gradas de madera y yo iba, porque siempre he sido una fiebre”.
Y añadió: “Esta época en la que nos enrumbamos al centenario del equipo yo la vivo al máximo. Se recuerda mucho la historia de momentos importantes del equipo, momentos que yo viví. Cuando me casé me vine a vivir a San José, ya había que criar hijos y entonces ya era un poco más difícil ir al estadio, pero que no fuera no significaba que me hubiese alejado de la Liga, ahí yo escuchaba los partidos por la radio y cuando hubo televisión, veía los juegos”.
De unos años para acá, ya volví a tener tiempo para hacer cosas que había dejado de lado y volvió al estadio con más regularidad.
“La mayoría de las veces voy, a veces choca con alguna actividad de la iglesia, porque estoy en un grupo del adulto mayor, pero cuando puedo ir al estadio por supuesto que voy”.
La última vez que Alajuelense se proclamó campeón fue en el Invierno 2013, pero doña Julieta cree que la sequía de títulos está muy cerca de acabarse para los rojinegros.
“De tanto sufrir, ahora ya siento que vuelve nuestro momento. Yo veo a los muchachos, veo el trabajo que se viene haciendo y estoy con mucha ilusión y con mucha esperanza, creo que los muchachos pueden sacar esto adelante si juegan con alma, vida y corazón. Los veo bien, muy motivados, contentos y veo a (Luis Diego) Arnáez y sé que están en buenas manos”.
Inclusive, dice que a veces siente como si ella fuera la mamá de todos los jugadores.
“Del equipo actual, siempre me ha gustado mucho (José Andrés) Salvatierra por la personalidad que tiene, como se expresa, como juega, pero también quiero mucho a Jonathan McDonald y a Allen Guevara, a Cristopher Meneses, los quiero a todos la verdad”, subrayó.
Al referirse a los jugadores, también dijo: “Cuando Salvatierra se lesionó viera cómo sufrí, o cuando hablan cosas que no son, lo defiendo a muerte. Cuando no voy al estadio paso pegada al televisor, veo todos los resúmenes, leo los periódicos, enciendo la radio y cuando dicen cosas que no son alego, me enojo y discuto aunque sea sola en la casa, pero a la Liga la voy a defender siempre”.
Doña Julieta va marcando los días en el calendario para ir al estadio.
“El campeonato empieza el 22 de julio, pero antes hay fogueos y a esos partidos también tenemos que ir todos los que amamos a la Liga”, finalizó.