De pequeños detalles nacen las grandes diferencias y eso lo vivió el Herediano, nuevo campeón del fútbol femenino.
El cetro, obtenido el lunes en la noche gracias al empate 1-1 ante Saprissa, estuvo marcado por diferentes momentos; uno de ellos fue la posibilidad de que el equipo estuviera junto desde el domingo.
Las jugadores y el cuerpo técnico pasaron la noche en el hotel Intercontinental, algo que puede ser visto como menor cosa, pero para el fútbol femenino trae consigo mucho significado.
Bernal Castillo, entrenador del Team, asegura que en su vasta experiencia nunca había tenido esa posibilidad con un club. Para él esto deja más evidente el compromiso de la institución rojiamarilla y el avance en general de la disciplina en el país.
“Es algo de gran valor y que las muchachas se han ganado poco a poco. De esa forma uno tiene mejor control de las jugadoras, se sabe que van a descansar, tienen sus tiempos de alimentación como tiene que ser y la concentración fue al máximo”, comentó.
Si bien no fue el factor determinante, tanto Castillo como sus jugadoras concuerdan en que sí fue parte del éxito que finalmente consiguieron en la Cueva.
“Ganamos muchísimo al vivir eso. Cosas como ver llegar el bus al hotel, los muchachos del masculino despidiéndolas, dándonos esa voz de aliento y salir al estadio con dispositivo policial para llegar más rápido, fue algo primordial”.
En Herediano siempre destacaron el trabajo colectivo por encima del individual, tanto dentro como fuera de la cancha y tener la posibilidad de permanecer en grupo durante varias horas trajo consigo más unión e incluso motivacioń.
“También nos da a nosotras un valor importante de profesionalismo, de seriedad de lo que se está haciendo. Esto es bastante nuevo a nivel de clubes porque en selección sí se ha dado, pero es un paso muy grande que se le da al equipo. Realmente fue una motivación extra que llevábamos para el partido”, añadió Wendy Acosta.
La experimentada futbolista y su técnico concuerdan en que el camino para hablar de una Primera División 100% profesional es largo. No será en 2021 ni 2022, pero pasos como estos muestran la ruta a seguir.
Incluso, la concentración tampoco eximió de otras responsabilidades a las futbolistas, incluida Acosta, quien durante la mañana del lunes debió cumplir con sus deberes como profesora de educación física.
La capitana Carol Sánchez también trabajó, mientras Mariela Campos Alvarado presentó un examen.
“Ayer (lunes) no podía quitarme esa responsabilidad del trabajo, debía hacerlo desde el hotel y en mi trabajo fueron super flexibles”, cuenta Acosta, quien laboró durante la mañana con sus alumnos de sétimo y octavo año.
Cuenta que algunas de sus compañeras le ayudaron durante las clases y vieron en primera mano su trabajo.
“Mientras estuvimos desayunando me separé un poco y me ayudaron llevándome la comida. Fue una convivencia muy bonita en general. Va a pasar mucho más tiempo para ser un fútbol profesional, pero cositas como estas lo van haciendo ver de una manera más formal”.
Durante todo el año las florenses notaron los cambios respecto a otros certámenes. Y, destacó Acosta, lo más importante es que no se trata de un solo equipo comprometido, sino de la mayoría.
“La formalidad de la institución nos da a nosotras tranquilidad; fue bonito el ambiente que se vivió ayer con gente allegada al club. Eso fue clave de que nos haya ido tan bien”.
El aporte de patrocinadores y la divulgación en los medios de comunicación se han convertido en otros factores vitales para un año atípico pero igual de importante para el fútbol femenino.
Acosta también percibió eso con sus alumnos.
“Hoy en la mañana los chicos me preguntaron, algunos vieron el partido y querían que les enseñara la medalla. Antes no lo podían ver, antes me decían ‘¿usted juega? ¿qué hace?’. Ahora muchos me dicen que me vieron en la televisión, en redes sociales... ese aporte de los medios de comunicación ha sido fundamental”.