Wílliam Sánchez, de 33 años y fiel aficionado a la Selección Nacional, pasó un momento incómodo el pasado domingo, durante la final del Campeonato Mundial Femenino Sub-20, al darse cuenta de que no podría ver el partido junto con sus seres queridos, como lo tenía planeado.
Su familia había comprado 10 entradas para observar el juego entre España y Japón en la zona este del Estadio Nacional, pero una vez allí se enteraron de que en el sector elegido no había acceso para la silla de ruedas de Sánchez y que la única forma de llevarlo hasta la butaca era alzándolo.
El padre del joven, Wílliam Sánchez, comentó a La Nación que se les dificultaba alzarlo. “Imagínese, yo tengo más de 60 años y mi esposa también”, manifestó.
Los parientes de Willy, como lo llaman con cariño, solicitaron utilizar el ascensor, pero aseguran que el guarda les indicó que “estaba malo”. En medio de las gestiones y reclamos del grupo, los encargados ofrecieron ubicar al joven y un acompañante en otro sector para que observara la final.
“Yo me quedé con él y los otros se fueron al lugar de arriba, porque no permitieron que más de dos personas se quedaran”, comentó.
“Él no pudo disfrutar el partido como debe ser, ni los otros familiares tampoco, pensando en que nosotros estábamos abajo. Si por equis motivo yo necesitaba usar el servicio, no lo podía dejar solo. Fue terrible”, agregó. “El estaba muy triste y es algo que nosotros a nivel psicológico trabajamos mucho con él, que no se sienta excluido”, añadió.
Alejandra Sánchez, hermana del joven, expuso lo ocurrido en sus redes sociales, el pasado lunes. Ella relató que la familia había asistido al juego inaugural y que no tuvieron ningún problema para acceder a los asientos, porque estaban en el primer piso y cerca de una de las entradas.
Sin embargo, indicó que los asientos que compraron para la final estaban ubicados en una zona a la que solo se podía llegar utilizando las gradas y que los encargados se negaron a permitirles usar el ascensor.
La familia también aseguró que en ambas ocasiones no pudieron utilizar el estacionamiento para personas con discapacidad.
“Los parqueos especiales estaban desocupados y no dejaron a mi hermano usarlos”, aseguró la hermana de Willy. “Por dicha una de mis hijas tiene un negocio cerca del estadio, a varias cuadras, entonces logramos ir a parquear ahí y después llevarlo en la silla de ruedas, a duras penas”, agregó Wílliam.
Organizadores responden a Willy
Al respecto, Ricardo Chacón, gerente general del Estadio Nacional, explicó que el inmueble de La Sábana no cuenta con ascensores para los aficionados, sino que tiene áreas específicas con una rampa designada para las personas con discapacidad, las cuales se encuentran en platea este y sur.
“En todo el sector este y todo el sector sur hay una rampa especial, asientos especiales y el espacio donde él (Willy) estuvo, eso es habilitado para personas con capacidades especiales”, comentó Chacón, quien además manifestó que tanto la seguridad como el estacionamiento, estaban a cargo del productor del evento.
Por su parte, Víctor Umaña, director ejecutivo de Comité Organizador Local (COL) del Mundial, aseguró a La Nación que el evento estaba diseñado para atender personas que tengan dificultades para movilizarse, prueba de esto es que el fin de semana asistieron 10 personas con discapacidad y todas ocuparon los espacios adaptados para sus necesidades.
“Esas zonas están claramente marcadas en el estadio y se definen al momento de comprar la entrada”, comentó Umaña. “La zona que ellos compraron no es una zona para recibir a una persona con dificultades para moverse”, agregó.
Umaña sostuvo que la plataforma de compra de entradas indicaba al usuario que en caso de requerir asistencia o espacio para sillas de ruedas debía informarlo mediante la dirección electrónica infotickets@mundial2022.cr. Sostuvo que el 100% de las solicitudes realizadas por esta vía fueron procesadas.
“Las personas fueron guiadas en el proceso de compra y, cuando fue necesario, se reubicaron sus asientos ya comprados para otra zona del estadio con condiciones aptas según sus necesidades; incluyendo en el cambio las de sus acompañantes”, aseguró Umaña.
Detalló que el parqueo preferencial también se podía solicitar mediante el correo mencionado. “Estamos muy apenados de que la familia de Willy tuviera que pasar por eso y nos comprometemos a darle un seguimiento al caso”, aseveró el director ejecutivo del COL.
Al respecto, Cristina Vargas, madre del joven aficionado, sostuvo que toda su familia está en contra de sentar a su hijo aparte y que al momento de comprar las entradas no observó ningún aviso sobre que debía indicar que su hijo tiene una discapacidad.
“Mi hijo es totalmente integrado a mi familia, en todos los aspectos. Ha sido una lucha de muchos años y ahora que cada vez que vayamos al estadio él tenga que sentarse aparte a mí no me parece, honestamente”, aseveró Vargas.
El artículo 150 de la Ley de igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad (7600) dice que: “Del total de las entradas utilizadas por el público en cualquier edificio, al menos una de ellas estará a nivel o el cambio de nivel será salvado por ascensor o rampa, con la pendiente indicada en el artículo 124 de este Reglamento”.
En el caso de los estacionamientos, la misma Ley establece en el artículo 154 que: “Todo estacionamiento público y privado de atención al público, de acuerdo a lo que disponga de espacios para estacionar vehículos automotores, deberá disponer de espacios destinados a vehículos conducidos por personas con discapacidad o que les transporten”.