
En relación con el editorial titulado “El gran ganador de las fricciones entre Trump y Petro”, publicado en este medio el 23 de octubre de 2025, considero de suma importancia hacer algunas precisiones.
En primera medida, me permito destacar el comportamiento siempre respetuoso del presidente Gustavo Petro Urrego, tal como el editorial lo afirma.
Desde el gobierno de Colombia, condenamos las declaraciones del presidente Donald Trump, en las cuales se refirió al presidente Petro como un “líder del narcotráfico”.
Las cifras del Ministerio de Defensa de Colombia sobre las acciones del Estado contra las economías ilícitas entre el 1.° de enero y el 14 de setiembre de 2025 muestran que se confiscaron 694 toneladas de clorhidrato de cocaína (un 8% más que en 2024), 64 toneladas de pasta base de coca (un 5% más que el año anterior) y 392 kilos de heroína (156 kilos más que en 2024).
Y se indica que “en materia de erradicación (…) más de 11.000 hectáreas –entre erradicar y sustituir cultivos para uso ilegal– han sido ya eliminadas: 5.300 de la Policía Nacional y 6.000 del Programa de Sustitución de Cultivos".
Lo anterior demuestra el compromiso del gobierno colombiano en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Como parlamentario, el presidente Petro denunció la alianza entre políticos colombianos tradicionales y los grupos paramilitares financiados por el narcotráfico. Por esas denuncias, fueron condenados por la justicia varios congresistas.
En cuanto a la “descertificación” de Colombia por parte de Estados Unidos, vale la pena subrayar que esa decisión está basada en las cifras que ha emitido la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
No obstante, el 6 de octubre, la oficina de la Región Andina y el Cono Sur de UNODC reconoció públicamente que “estos datos afrontan limitaciones propias de los estudios científicos, como factores presupuestarios y de seguridad, que han impactado la frecuencia de actualización de los datos en varias regiones”. Por eso, el presidente Petro señalaba que la “descertificación” estaba basada en cifras que carecían de sustento técnico.
Ahora bien, respecto a los ataques contra embarcaciones en el Caribe, con resultados de muertes y sin decomisar drogas ilícitas, expertos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas señalaron, en un comunicado de prensa, que las operaciones letales perpetradas por las fuerzas de EE. UU. frente a la costa venezolana violan el derecho internacional del mar y equivalen a ejecuciones extrajudiciales.
En lo relativo a la amenaza del presidente Trump de ingresar a Colombia, se debe señalar que, en el derecho internacional, hay un principio fundamental de no intervención, según el cual ningún Estado o grupo de Estados puede interferir, ni política y mucho menos militarmente, en cuestiones que son exclusivas de otro Estado.
De igual manera, cabe recordar que, según el numeral 4 del artículo 2 de la Carta de Naciones Unidas, los países miembros de la Organización “en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas”.
En consecuencia, el uso de la fuerza o la amenaza del uso de la fuerza entre Estados está prohibida.
En lo referente a los colombianos deportados por Estados Unidos, se debe precisar que el presidente Petro desautorizó el ingreso de las aeronaves norteamericanas a Colombia porque los migrantes, que no son delincuentes, estaban siendo tratados como tales y exigió a Estados Unidos el establecimiento de un protocolo de tratamiento digno en el marco de esas deportaciones, para lo cual dispuso aeronaves colombianas.
En cuanto a que el gobierno colombiano ha tomado decisiones “cuestionables”, es una expresión válida para cualquier gobierno. En Colombia hay una democracia, y, por supuesto, un debate político en el cual se respeta y no se persigue al contradictor.
Respecto a la problemática de las drogas ilícitas, el presidente Petro ha insistido en todos los foros internacionales en la corresponsabilidad de todos los Estados involucrados y en que al abordar la forma de enfrentarla, se tenga en cuenta que si hay consumo hay producción; esa es la dinámica que se debe resolver coherente y consecuentemente.
Carlos.Rodriguezm@cancilleria.gov.co
Carlos Rodríguez Mejía es el embajador de Colombia en Costa Rica.