El 19 de junio pasado, la periodista de la Aresep Ana Carolina Mora publicó un derecho de respuesta a mi columna Ciudadano X del 15 de junio pasado.
Mora tituló su artículo: “Diez frases, diez inexactitudes y mucho daño causado”. Primero, la periodista dice que incurrí en diez afirmaciones sesgadas o falsas; luego repite en diversos párrafos que en mi columna “se hace ver como reprochable” el aumento salarial que la pasada junta directiva de Aresep aprobó para el gerente general Rodolfo González, así como su nombramiento.
Mora alega que en mi columna no dije la verdad acerca del nombramiento de González como gerente general de Aresep y que incurrí en una falsedad al decir que, a diferencia de González, a George Miley, presidente de la Sutel no le aumentan el salario desde octubre del 2008.
Por respeto a la verdad y a los lectores, me siento obligado a efectuar algunas consideraciones al respecto:
Lo que dije (y no es ni inexacto ni dañino, sino un hecho documentado), es que en la tarde del último día de la Administración Arias, la junta directiva de la Aresep aprobó un aumento del 9% para su gerente general, los superintendentes, directores generales, el regulador adjunto y los miembros de la junta directiva.
Dije también que González llegó a ocupar la gerencia general de la Aresep impulsado por el anterior regulador, Fernando Herrero.
Esta afirmación no es un juicio, ni una opinión, sino un dato sustentado en que fue Herrero quien hizo ingresar a González a la Aresep, utilizando la figura de un puesto de confianza y fue Herrero quien luego intentó ampliar su nombramiento hasta febrero del 2011, pero dos criterios legales se lo impidieron. Dije que muy distinta suerte corrió George Miley, quien preside el consejo de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) y quien protagonizó varias disputas públicas con el antiguo regulador y actual ministro de Hacienda, Fernando Herrero.
Y dije que, a diferencia de González, a Miley no le aumentaban el salario desde octubre del 2008.
Cuando lo dije, era correcto. Pero, según me confirmó ayer el propio Miley, luego de la publicación de mi columna, le notificaron que se le ajustaría su salario.
Como periodista, trabajo con hechos y no publico, como afirma la vocera de la Aresep, para “hacer ver como reprochable” la conducta de tal o cual funcionario, sino para que nuestros lectores tengan información precisa y veraz sobre lo que ocurre en el país en el que viven.
Los periodistas no obligamos a nadie a impulsar funcionarios, ni a aprobar aumentos durante la última cesión de la administración. Como periodista, informo sobre lo que ocurre y por eso nadie debería sentir que se daña su buen nombre. Mucho menos un funcionario público.