Suceden en la actualidad diversos conflictos en el mundo, exacerbados por motivos religiosos, políticos o étnicos. Su causa elemental es la injusta distribución de los recursos entre individuos iguales ante la ley, mas no así ante la economía.
Para evitar los conflictos, es necesario que la institución educativa se convierta en un escenario mediante el cual sea posible comprender cómo se distribuye la riqueza material en una sociedad, aclarar mitos que promueven el odio entre clases y revelar quiénes son las personas que toman más recursos de los que necesitan.
Conociendo los mecanismos de distribución de riqueza, es posible, en forma consensuada, crear un mejor sistema que haga justicia a todos por igual, según el aporte de cada persona mediante su trabajo.
La educación pública debe ser el epicentro que promueva la reforma económica, pues siendo educación de masas ha de generar la información suficiente que capacite a cada persona para comprender las causas del conflicto social y resolverlo como sociedad.
Tal información debe ser transmitida a través de los teléfonos inteligentes, que se enlazan a las redes sociales, de modo que el acceso a la Internet pasa a ser un derecho y no una mercancía.
Tecnología. La educación en sí misma no puede alterar el sistema económico, pues este distribuye las utilidades entre los propietarios del capital, debido a que en el capitalismo lo único que el trabajador tiene a su disposición con el fin de intercambiarlo por los bienes que necesita es su trabajo.
El capital adquiere características muy diversas en una sociedad digital, pues el conocimiento es el mayor factor de producción. Por medio de una simple computadora es posible que una persona llegue a ser dueña de todas las utilidades que su conocimiento informático le genere.
En una sociedad digital, todo funciona y se controla por medio de software, y dado que este es el núcleo que echa a andar la tecnología, posee valor económico y pasa a ser su principal activo.
Una sociedad digitalizada está llamada a transformar la educación, no solo en mejorar habilidades de razonamiento, sino en la construcción de redes de aprendizaje en las cuales cada estudiante comparta ideas con el fin de resolver en forma grupal las problemáticas de un mundo que marcha hacia una guerra comercial por intereses internacionales, agudizada por el desempleo extensivo que genera éxodos de pobreza.
La aparición de epidemias impulsadas por los descontroles de salubridad pública y su desfinanciamiento progresivo; el narcotráfico homicida, que ataca directamente a las generaciones más jóvenes; y la cultura hedonista, que enseña que la vida consiste en el ahora, en la búsqueda del placer y el dinero, exaltando antivalores tales como la deshonestidad que, mezclada con inteligencia, se vende como sinónimo de intrepidez, hacen de la sociedad humana un jungla violenta que no se inmuta ante los cadáveres acumulados en las esquinas y en los noticiarios, vistos como sucesos normales de un mundo sin misericordia.
Cambio de método. El sistema educativo debe renunciar a transmitir datos y técnicas, lo cual una computadora puede hacer de forma más rápida. La Internet y los buscadores como Google proveen al estudiante de toda la información necesaria en instantes.
Es más trascendental el saber cómo esos mismos datos pueden generar información que no se poseía, conocimiento que sea útil para otros. En otras palabras: se requiere aprender a interpretar y a crear modelos que expliquen los datos acumulados.
Por ello es necesario que la educación moderna construya el perfil del nuevo ciudadano, uno que, más que almacenar información, valore la verdad por encima de todo.
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En un mundo donde es difícil saber qué es verdad y qué no lo es, es necesario brindarle al estudiante instrumentos de investigación fundamentados en ciencias y matemáticas, los cuales utilizan una mezcla de razonamiento lógico y hechos observados. El trabajo colaborativo y la resolución de los problemas de la economía socializada poseen más valor que la memorización y la búsqueda implacable del éxito personal.
El autor es asesor de matemáticas del MEP.