La investigación relacionada con las células madre hace pensar que, en el futuro, se va a dar una revolución en el tratamiento de muchas enfermedades. No obstante, la falta de información adecuada sobre los tipos de terapias induce a los costarricenses a buscar y utilizar tratamientos sin respaldo científico.
Ante esa perspectiva, la Academia Nacional de Medicina de Costa Rica recomienda a los pacientes informarse cuando la oferta es participar en un estudio de investigación clínica, cuando es una terapia demostrada como eficaz y segura para la enfermedad que padecen, y cuando la oferta es una innovación médica no probada.
También pueden observar una serie de condiciones que evidencian el manejo profesional y ético del proceso. En primer lugar, la investigación de laboratorio se debe traducir en aplicaciones terapéuticas. Así, el estudio de investigación clínica permite probar que el uso de células madre en el tratamiento de alguna enfermedad es seguro –no produce daños al paciente a corto y largo plazo– ; es eficaz –produce una mejoría en los síntomas o calidad de vida al compararlo con el tratamiento estándar y no compromete la ética del ejercicio de la medicina ni de la investigación–.
Por otro lado, el paciente es adecuadamente informado de los riesgos conocidos y de los beneficios de la investigación y da su consentimiento informado para participar y lo hace en forma gratuita.
En última instancia, el acto médico aprueba a los médicos ofrecer y aplicar a sus pacientes tratamientos con los tres requisitos anotados y en los que los beneficios para el paciente superan los riesgos derivados del uso de la terapia. No permite, sin embargo, aplicar terapias que no han sido demostradas seguras y eficaces por estudios clínicos adecuados.
La célula madre existe en todos los seres humanos como el origen de todas las células que circulan en la sangre y como un componente del sistema de regeneración que tienen los diferentes órganos y tejidos. Hay de varios tipos: embrionarias, adultas, de cordón umbilical y adultas reprogramadas. Las embrionarias son las que se obtienen de los embriones sobrantes de la fertilización in vitro y existen grandes impedimentos éticos para su uso.
Fácil obtención. Las células madres adultas se pueden obtener en forma relativamente fácil y en buena cantidad con mínimo riesgo en su obtención, permitiendo la formación de bancos de donantes pues están presentes en tejidos como la médula ósea, la sangre periférica, la grasa, la piel y otros. Las células de cordón son fáciles de obtener y tienen un riesgo mínimo, pero sus cantidades son escasas y muchas veces se necesita más de un donador para tratar a un paciente adulto. El tiempo de preservación de estas es desconocido, y los bancos de sangre de cordón públicos no son para uso por sus donadores, sino para uso en pacientes que las necesiten para tratamiento de enfermedades de la sangre.
El uso de células madre, obtenidas de la médula ósea, del cordón umbilical o inducidas, para tratar pacientes con enfermedades de la sangre, metabólicas o del sistema inmune, es una indicación demostrada con gran beneficio. Este procedimiento se ha traducido correctamente de los resultados en el laboratorio al paciente, por estudios de investigación clínica, y utiliza un registro del tipo de célula usada, las dosis, los medicamentos y los procedimientos con estudios demostrados como efectivos y seguros para tratar la enfermedad del paciente.
Por su parte, el uso de células madre adultas en reconstitución de tejidos en casos de enfermedades neurológicas (esclerosis múltiple, lesiones traumáticas de la médula espinal, autismo o parálisis cerebral infantil), lesiones isquémicas de corazón o Síndrome de Down, entre otras, no ha completado la fase de investigación clínica y no tiene evidencia de que pueda utilizarse como terapia en los seres humanos.
La discusión de este tema dentro de la Academia Nacional de Medicina nos ha permitido concluir que el uso de células madre es una promesa de terapia que requiere completar los estudios de investigación en seres humanos y no debe ser ofrecida a pacientes como un tratamiento, sino como un protocolo de investigación clínica, en el cual la participación sea gratuita.
El Ministerio de Salud ha procedido en forma responsable al evitar que se apliquen células madre en indicaciones para las que no se cuenta con los estudios clínicos de investigación que demuestran su eficacia y seguridad en seres humanos.
Estas decisiones están encaminadas a sacar a Costa Rica del grupo de países con regulaciones médicas y de investigación permisivas.