Las principales carreteras del país vienen mostrando, desde hace varios años, graves síntomas de congestionamiento en las horas pico, inclusive ante cualquier eventualidad como una colisión de vehículos, una inundación de la vía o una “platina”. Esto hace que el traslado a nuestros respectivos destinos se convierta un verdadero calvario.
Para la mala suerte de todos, la fatalidad que hoy afecta a miles de habitantes del Valle Central es un cráter de 15 metros de profundidad, cada vez más amplio, en una de las arterias viales más importantes del país: la ruta de Circunvalación en Hatillo 8. Y, para agravar aún más las cosas, este problema vial no se solucionará con el típico puente bailey , sino que ya las autoridades del MOPT y el Conavi informaron de que los arreglos “temporales” pueden durar hasta dos meses, extendiéndose inclusive hasta el mes de diciembre.
Esta es nuestra realidad y todos debemos dimensionar el impacto que genera un caos vial de este tipo. Por eso, todos debemos tomar las medidas pertinentes y responsables para reducir los efectos de este hundimiento.
Flexibilización. Tanto patronos como trabajadores deben estar anuentes a flexibilizar algunas condiciones laborales para atender esta eventualidad en beneficio de ambos y de terceros que se encuentran en condiciones similares. Por ejemplo, en los distintos medios de comunicación se ha hablado de aplicar de manera más extensiva el teletrabajo en los puestos que efectivamente pueden aplicarlo, y también la posibilidad de modificar el horario de trabajo para que algunos trabajadores ingresen más temprano o más tarde, manteniendo la misma jornada laboral, de forma que las “horas pico” causen menos estragos de la cuenta.
En cuanto al teletrabajo, es conveniente recordar que, desde el 23 de mayo del 2013, el Poder Ejecutivo cuenta con su segundo decreto sobre la materia (N. 37695), y que, en su aplicación, todas las instituciones públicas tienen la obligación de implementar esta modalidad de trabajo a distancia. Sin embargo, el decreto no cubre al sector privado –que emplea al 85% de la fuerza laboral del país– y, por eso, las empresas privadas que quieran implementar el teletrabajo deberán hacerlo sin norma expresa que los regule. Hace falta una directriz del Ministerio de Trabajo para explicar la forma en que puede ponerse en marcha y los temas en que se debe poner especial atención para introducir el teletrabajo en las empresas privadas.
En el 2001, cuando había confusión sobre cómo calcular el auxilio de cesantía con la entrada en vigencia de la Ley de Protección al Trabajador, el Ministerio de Trabajo aprobó una directriz que fue muy útil y oportuna. Algo así hace falta ahora con el tema del teletrabajo.
En cuanto a las modificaciones del horario de trabajo, en principio se puede aplicar de manera unilateral, pero siempre es recomendable que para este tipo de cambios se cuente con la anuencia del trabajador, y que los acuerdos sean plasmados en un addendum al contrato de trabajo o, al menos, en una acción de personal firmada por el trabajador. A este respecto, cualquier cambio que se formule en el centro de trabajo es una medida temporal, y debe señalarse con claridad que solo se aplicará hasta que se restablezca el paso por la Circunvalación.
Impuntualidad y ausencias. Pese a las complicaciones vehiculares ya expuestas, es importante recalcar que las obligaciones laborales de puntualidad y asistencia siguen vigentes para los trabajadores, y que tales complicaciones no justifican llegar tarde. Ciertamente, los patronos deben comprender que los primeros días del percance suelen ser de reacomodo por la nueva situación vial, pero, pasada ya la primera semana, se debe esperar que el colaborador haya tomado las medidas pertinentes para llegar a tiempo. En caso contrario, puede ser amonestado según las reglas del Código de Trabajo. Igualmente, el hundimiento en la Circunvalación no es una causal justificada para no asistir al trabajo, salvo en casos muy calificados en los cuales el trabajador pueda demostrar que le fue imposible llegar al centro de trabajo.
Tema pendiente. Nuestro Código de Trabajo es de larga data (acaba de cumplir 70 años), sin reformas importantes desde su promulgación. Por eso, no contiene normativa que autorice la flexibilización laboral en situaciones de crisis como el hundimiento en la Circunvalación. Esto dificulta dar respaldo jurídico a muchas de las posibilidades que tienen los patronos para paliar los efectos del caos vial. Además, la falta de legislación laboral moderna impide la implementación de jornadas flexibles, como la afamada jornada 4x3, en la cual se laboran 4 días de 12 horas de trabajo y se descansan 3 días. Este tipo de jornadas podría ayudar en estos momentos a descongestionar las vías.
Únicamente queda llenarse de paciencia y esperar que todos colaboremos proponiendo soluciones para no congestionar más de la cuenta nuestra red vial nacional.