
Poco más de un año después de que en Costa Rica entrara en vigor la Ley 9406 de Relaciones Impropias (13 de enero de 2017), usted era sancionado por el Banco Mundial (octubre de 2019), luego de que dos empleadas presentaran denuncias formales de acoso sexual en su contra.
Las mujeres, “que no tienen por qué mentir”, afirmaron en aquel momento que usted intentó besar a empleadas de menor rango, hizo explícitos comentarios sexuales sobre su apariencia y realizó persistentes invitaciones no deseadas a habitaciones de hotel y cenas.
Las denuncias tuvieron un poderoso eco en medios de comunicación internacionales como The New York Times, que tituló con escalofriante precisión: “Lo rebajaron de su cargo por acosar mujeres. Ahora es el favorito para ser presidente”.
También The Wall Street Journal consideró que los señalamientos de acoso sexual contra el entonces candidato a la presidencia de Costa Rica eran noticia digna de destacar.
Don Rodrigo, usted mostró su indignación el miércoles anterior por las denuncias de violación que pesan contra Randall Zúñiga, en una conferencia de prensa que ya de por sí socava los principios democráticos. Aseguró que esas mujeres “no tienen por qué mentir”. Entonces, la pregunta es inevitable y cáustica: ¿aquellas que lo acusaron a usted en 2019 sí tenían razones para inventar o fabular?
Usted no tiene ninguna legitimidad moral para hablar al respecto. Carece de ella de manera absoluta. Menos aún cuando su ministro de Comunicación está también acusado de violación. Parece que este señalamiento no lo indigna lo suficiente, porque decidió mantenerlo en su cargo en lugar de suspenderlo, como procede.
Pero, ¿qué le digo? De usted ya nada me sorprende. Justo cuando se creía que lo habíamos visto y escuchado todo, usted hace su aparición histriónica en un Consejo de Gobierno que lo único que ha hecho durante su administración es fomentar el personalismo vacío, incentivar el conflicto, y sí, tristemente, entretener. Si no supiera que es economista, diría que no tiene oficio conocido.
El manejo que ha hecho en este caso reciente, a partir de las denuncias de las víctimas de presunta violación, ¿no le parece que desvirtúa, mercantiliza y profana el dolor de estas y su búsqueda de justicia? Una vez más, usted reafirma su estilo de gobernar, al usar su posición para arremeter contra aquellos con los que no simpatiza.
Su flagrante doble moral es su inconfundible marca personal. Al César lo que es del César, y dejemos al jaguar tranquilo.
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María Fernanda Quirós Hernández es periodista y profesional en mercadeo digital.