El caballo costarricense de paso es una raza reglamentada como pura, reconocida y apreciada en el ámbito internacional, regulada por la Asociación de Criadores del Caballo Costarricense de Paso.
En sus inicios, fue desarrollado para trabajar en las fincas de Cartago, donde se requería un caballo robusto, mediano y ágil. Un caballo para trabajar en fincas cafetaleras, hortícolas y lecheras de muy difíciles topografías, clima adverso, lluvia constante, suelos de barro mojado y frío.
Nuestro caballo se desarrolló mediante cruces de caballos peruanos importados por las haciendas de la época con caballos rústicos y criollos, algunos posiblemente mezclados con caballos españoles de la época de la conquista.
El caballo costarricense de paso es multifuncional y se le busca internacionalmente por sus bondades, habilidades y belleza. Es un caballo valiente, ágil, listo, aplomado y robusto, de resistencia, con un tamaño mediano. También es dócil, confiable y de silla suave. Puede ser montado por cualquier persona sin necesidad de experiencia. Esa es su gran virtud.
Es un caballo de finca, seguro y confiable, para disfrutarlo en los paseos familiares y con los amigos. Un caballo de show y exhibición, sin duda alguna. Además, es prometedor para las emergentes actividades deportivas ecuestres de importante potencial económico. Tiene condiciones para el turismo ecuestre, local y extranjero, y actividades como el senderismo, el montañismo, las cabalgatas y los paseos familiares a caballo.
En Hacienda El Molino-Cartago, la hacienda de sus padres, Carlos José Peralta Esquivel, conocido en el mundo ecuestre como Calichón Peralta, desarrolló un ejemplar icónico de la raza. Lo llamó El Cisne.
Ese noble caballo blanco, de gran potencia y alegría, admirado por su belleza espectacular, no tenía nada que envidiar a los caballos del Cid Campeador de la España medieval y, de una u otra manera, las modernas ganaderías del caballo costarricense de paso de hoy llevan la línea genética de El Cisne o de alguno de sus antecesores directos.
Comenzando el nuevo año, este 4 de enero, partió Carlos José Peralta Esquivel a los 88 años de edad, luego de una vida plena. Dejó una marca indeleble como forjador del caballo costarricense de paso, además del legado de una grande y linda familia.
El autor es economista y empresario.