Eric Blair, escritor nacido en 1903 y mejor conocido por su seudónimo George Orwell, es uno de los autores que advirtieron con mayor vehemencia sobre los peligros del autoritarismo. Orwell era fiel creyente en que el lenguaje le da forma al pensamiento.
El escritor argumentaba que por medio del control del lenguaje es posible controlar la forma de pensar de las personas. También hizo énfasis en que la forma como se estudia la historia modifica el futuro de la sociedad.
Para explicar mejor esta idea, Orwell introduce en su novela «1984» el concepto de «doublethink» o doble pensar en español. Con ese neologismo explica lo que sucede cuando las palabras ya no son dichas para expresar su significado sino para debilitar o corromper las ideas a las que el término se refería originalmente.
Un claro ejemplo es el lenguaje político. Algunos políticos recurren a los eufemismos. Para referirse a la tortura, por ejemplo, dicen técnicas de interrogatorio mejoradas. Además, en la sociedad posmoderna una gran cantidad de vocablos han pasado a perder significado, pues se les acusó de ser construcciones sociales.
Orwell también previno sobre el uso de la historia para controlar a las masas. Como dice en su novela «1984», «quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado». Los regímenes totalitarios lo saben. Sin embargo, hay corrientes de pensamiento en la actualidad que no necesariamente son de tendencia autoritaria y también procuran modificar o reescribir la historia.
A pesar de que George Orwell escribió numerosos libros y ensayos para hacer referencia a cómo operan los regímenes totalitarios, el aviso más potente que nos envió mediante su trabajo es que la opresión puede existir en democracia.
Por medio de un espejismo de libertad, se mantiene a los individuos atrapados pensando en lo que deben pensar y diciendo lo que se debe decir.
Por lo anterior es sumamente relevante dar voz a ideas diferentes, estudiar la historia de forma rigurosa haciendo uso de diversas fuentes y teniendo la libertad de pensar y expresarse sin limitaciones.
Por eso hay que ser excesivamente cuidadosos cuando los políticos o movimientos intentan limitar la libre expresión, cambiar la forma de hablar o reescribir la historia. La dictadura no es una condición necesaria para que exista opresión.
El autor es economista.