Solo con el rigor conceptual y técnico como herramientas para proponer soluciones a los problemas nacionales y con la absoluta coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace es posible devolver la credibilidad a la ciudadanía y encantar a las nuevas generaciones para que se involucren en la toma de decisiones.
Esta forma de practicar la política es el requisito fundamental para que la democracia recupere la capacidad de tomar y ejecutar decisiones, y para evitar que los poderes fácticos o los intereses corporativistas –empresariales o sindicales– sustituyan la institucionalidad y los procesos democráticos.
Los firmantes, todos conocedores de estos principios, vemos con gran preocupación como buena parte del esfuerzo realizado a lo largo y ancho de nuestra querida nación por ilustres conciudadanos de las más diversas condiciones económicas y sociales, se ha visto distorsionado por quienes han ostentado, en los últimos años, la dirección de nuestro partido.
Al parecer, el sector que domina las estructuras donde se toman decisiones permanentemente hace esfuerzos para imitar las prácticas de la política tradicional que queríamos cambiar.
Malas prácticas. A manera de ejemplo, nos permitimos recordar algunas prácticas contrarias a lo prometido por el PAC, ante las cuales las diversas estructuras superiores del partido hacen caso omiso, excepto para justificarlas.
-Pagar viáticos para asistir a eventos partidarios, no por excepción sino como regla.
-Pagar viáticos y salarios a jerarcas del partido empezando por el candidato presidencial.
-Cobrar toda la deuda política.
-Despilfarrar recursos millonarios en sedes, en empleados y regalando signos externos como banderas, calcomanías, camisetas, etc.
-Nombrar jerarcas por parte del actual gobierno sin concurso de antecedentes.
-La no firma de los jerarcas nombrados por el gobierno del código de ética prometido a los costarricenses, aunque algunos podrían tratar de justificarlo por el hecho de que la mayoría de los jerarcas del gobierno actual no responden al pensamiento y visión de país del PAC.
-Transar plazas en la Asamblea Legislativa que, de acuerdo con nuestros compromisos éticos no podemos utilizar, con el fin de obtener votos de otras fracciones para elegir al diputado Henry Mora presidente legislativo.
-Utilizar el poder disponible desde la presidencia legislativa para nombrar sin concurso a la vicepresidenta del PAC, Kattia Martin, en una plaza de chofer vacante pero con un salario cuatro veces mayor, en un cargo para el cual no existen funciones.
-Utilizar vehículos de la Asamblea Legislativa.
-Gastar dinero de los costarricenses para pautar anuncios sobre las obras de gobierno.
-Afirmar, por parte de jerarcas del PAC, después de haber ganado las elecciones, que los códigos de ética no estaban escritos en piedra y que deben ser flexibles.
No es necesario extender esta lista. Tampoco nos interesa aquí valorar si la gestión de gobierno responde a nuestros compromisos, sino resaltar algunas transgresiones a las prácticas éticas que prometimos desde nuestra fundación, ante el total silencio o, más bien, la complacencia y justificación de las autoridades del PAC.
Viejas costumbres. Ahora bien, las mayorías construidas por un sector del partido en la Asamblea Nacional, en la Comisión Política, en el Comité Ejecutivo y, como consecuencia, en las últimas dos fracciones legislativas, son hechos que no podemos refutar.
La habilidad con que por medio de viejas costumbres transaccionales fueron construyendo esas mayorías, revelan un aprendizaje rápido y eficiente de los métodos de la política tradicional. Si se quiere, en ese mundo, se han desempeñado con gran destreza y habilidad.
Mientras eso ocurría, un grupo de partidarios identificado con las raíces éticas y con el ser racional e inspirador que jamás debió cambiar, ha hecho esfuerzos para construir mayorías que permitan cuidar y diseminar los valores fundacionales del partido. Esos esfuerzos han sido, hasta hoy, desgastantes e infructuosos.
A pesar de estas aparentes derrotas internas, continuaremos adelante, pues creemos en la firmeza de nuestras convicciones. Seguiremos exponiendo al país nuestra visión y la diferencia con aquellas decisiones que atenten contra la visión PAC, cada vez que lo estimemos necesario.
Esa es nuestra simple y llana forma de pensar. Ustedes, con las prácticas citadas anteriormente, han logrado sus objetivos, los que ustedes consideran importantes. No queremos ser mezquinos, reconocemos sus victorias y capacidad para alcanzarlas, aunque disten mucho de nuestros principios y objetivos.
Estén seguros de que desde la distancia, a lo largo y ancho de nuestro país, cientos de costarricenses estamos observando, deseosos de que el grupo dominante recapacite. Es doloroso aceptar que el esfuerzo de tanta gente y la esperanza que se le dio a los costarricenses no haya sido nada más que una promesa igual a las de la política tradicional. Costa Rica necesita al PAC de principios, valores y promesas escritas en piedra.
Rogis Bermúdez Cascante y 89 firmas más.