Mientras el desempeño de los sectores dedicados a satisfacer necesidades del mercado local está de capa caída, así como algunas productoras de bienes para el mercado internacional, las empresas de software, mayormente orientadas a la exportación, muestran resultados alentadores.
De acuerdo con un estudio reciente de la Promotora de Comercio Exterior titulado Características del sector de tecnologías de información y comunicación (TIC) en Costa Rica, las empresas dedicadas a esta actividad generaron $1.300 millones en ventas el año pasado y poco más de 42.000 empleos que, en su mayoría —ocho de cada diez—, exigen contar con alguna certificación internacional de calidad. No solo se trata de empresas grandes: la mitad está constituida por compañías pequeñas y una quinta parte son microempresas.
Otra característica destacable de estas empresas es su capital mayoritariamente nacional (75 %). Si bien muchas de ellas tienen 18 o más años de constituidas, el 47 % fueron creadas hace menos de 11 años.
El desarrollo de software es la principal actividad del sector, pero también se desempeñan con éxito en ingeniería de software, equipos de red y operadores de telecomunicaciones en productos de base, como desarrollo de aplicaciones.
El estudio resalta varias enseñanzas: se trata de una actividad intensiva en mano de obra calificada —más que en capital— y el país la creó y mantiene sin dificultad. En este punto, el papel de la educación, incluida la educación dual, es crucial. Además, si bien las empresas analizadas vendieron en el mercado doméstico, nueve de cada diez exporta servicios. Su éxito demuestra condiciones de calidad y precio competitivas en el mercado internacional. Por último, muchas de estas empresas están ubicadas en zonas francas, aunque también tienen presencia en el extranjero, incluido Silicon Valley.
Como toda compañía sometida a un régimen de competencia, las de servicios de TIC deben analizar permanentemente el medio donde operan, cómo lo hacen y las posibles debilidades por corregir. De momento, una debilidad es la concentración del mercado al cual sirven, constituido por Costa Rica y los Estados Unidos. Es necesario ampliarlo a otros países. La diversificación contribuiría a sobrellevar posibles reducciones en la demanda de los mercados existentes. El aparato nacional de promoción de las exportaciones está llamado a colaborar.
Por otro lado, según voceros autorizados del sector, es necesario recibir más capacitación en otros campos, como la administración de proyectos internacionales y técnicas de negociación y mercadeo. Las universidades y demás centros de educación deben tomar nota.
La experiencia internacional demuestra que la educación superior requiere de abundante contenido en las materias STEM, siglas en inglés para designar un conjunto de conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Dar énfasis a las STEM no necesariamente significa restárselo a las humanidades, siempre tan necesarias. El llamado es a cobrar conciencia plena de la necesidad de educar en las disciplinas científicas y tecnológicas, así como en algún idioma extranjero de amplio uso, como el inglés.
En el comercio exterior, ser pequeño no impide competir en nichos selectos del mercado. La prueba está en la exitosa participación de pequeñas empresas y hasta microempresas costarricenses, desde hace varios años, en la exportación de TIC.